miércoles, 25 de enero de 2023

Años trágicos, relectura urgente

Cd. Victoria, Tam.-. La lectura del hecho noticioso suele descansar en la identificación de los personajes clave que intervinieron en ello. Quienes lo permitieron, lo generaron o hicieron posible, a veces por omisión y también con golpes de voluntad. Las cosas se toman de quien vienen.
La mirada nacional está fija en el juicio que hoy tiene lugar en Nueva York. El perfil tremendista de sus preparativos y su magno despliegue de recursos son factores que confirman el perfil francamente delincuencial del ingeniero GENARO GARCÍA LUNA, exsecretario de Seguridad del gobierno calderonista (2006-2012).
Sexenio trágico. Para Tamaulipas fueron años terribles. Pesadillas de alto impacto entre las que recordamos:
(1) La fractura del cártel dominante con su violenta guerra intestina que convirtió plazas, calles y carreteras en mortíferos campos de batalla (2009-2010).
(2) El asesinato de un candidato a gobernador, hasta hoy impune (2010).
(3) Y la guerra mediática desatada desde Palacio Nacional contra tres exmandatarios, a partir de una alerta migratoria que luego resultó apócrifa (2012).
Desde luego, ni CAVAZOS, ni YARRINGTON ni EUGENIO han sido madres de la caridad. Lo relevante sería el carácter exógeno, repentino, hiperviolento y persecutorio que parece hermanar todos estos hechos.
Episodios cuyo despliegue se abatió con rudeza sobre el territorio tamaulipeco entre los años 2009 y 2012, marcando nítidamente la segunda mitad de CALDERÓN, para luego culminar con el empoderamiento de CABEZA DE VACA en 2016.
Importa recordarlo hoy que las autoridades norteamericanas nos restriegan en la cara los testimonios escalofriantes de altos jefes delictivos cuando coinciden en señalar a GARCÍA LUNA como la bestia negra de la narcopolítica mexicana en aquella época.
Personaje no menos tenebroso que los tres procuradores de dicha administración: EDUARDO MEDINA MORA, ARTURO CHÁVEZ y MARISELA MORALES, sin olvidar al general secretario GUILLERMO GALVÁN.
 
LA TORMENTA
Buena pregunta para los chicos de #GuacamayaLeaks y las agencias norteamericanas de inteligencia (CIA, DEA, FBI) que hoy coadyuvan con la fiscalía de Nueva York en el juicio del superpolicía calderonista.
¿Hasta dónde participó en la embestida brutal contra Tamaulipas, qué papel jugó y cuál fue su verdadero interés en todo ello?
Sobre todo si recordamos que tanto la Policía Federal como la propia SEDENA aplicaron de manera sistemática una infame política de brazos caídos ante la agresión generalizada contra la población civil.
La incesante ola de atracos, secuestros en grupo y masacres colectivas como la de San Fernando, que sin duda anticiparon lo que años después veríamos en Ayotzinapa, Guerrero. Inacción culposa por órdenes superiores.
Las fuerzas federales bajaron la guardia en Tamaulipas de manera deliberada, dejando el campo libre a una delincuencia organizada cuya capacidad de fuego rebasaba con mucho a las corporaciones estatales y municipales.
Entre otros vacíos pendientes de llenar, faltaría saber quiénes autorizaron y promovieron la inacción federal, para benefició de qué intereses y proyectos políticos ulteriores.
Y ello ocurría mientras, en paralelo, la oficina de difusión en Presidencia le echaba la caballería encima a las instituciones políticas de la entidad, con todo el presupuesto a su alcance. Prensa nacional, radio y noticieros televisivos en horario “triple A”. Columnistas, comentaristas, también Internet.
Poderosa instancia burocrática donde, por cierto, figuraba MAX CORTÁZAR LARA, quien años después sería publirrelacionista adjunto con CABEZA DE VACA.
Tragedia paralela, en operativo relámpago y fantasmal, con eficacia profesional y escalofriante economía de tiempos, ejecutarían al doctor RODOLFO TORRE y parte de su comitiva a escasos kilómetros de Victoria.
El caso es que hoy empezamos a ver la película completa. La manera en que los hechos se fueron concatenando y engarzando uno tras otro mientras FELIPE gobernó y cuando su matón de confianza era el superdelincuente GARCÍA LUNA, ahora juzgado en el Tribunal Federal del Distrito Este con sede en Brooklyn, Nueva York.
Volviendo al primer párrafo, cambia mucho la interpretación de los hechos si (1) la conducta de un mandatario, sus funcionarios y corporaciones, se orientó en razón de criterios profesionales o bien (2) se contaminó de origen con la agenda personal de un secretario de Seguridad deshumanizado, corrupto.
Títere o socio de las todopoderosas organizaciones criminales. Lobo pastoreando el rebaño, con nombramiento, uniforme y placa.
En efecto, las cosas se toman de quien vienen. Aquellos años de espanto merecen una relectura urgente desde el punto de vista periodístico. Y también su respectiva interpretación histórica.