lunes, 3 de julio de 2017

Victoria, dos mentiras

Cd. Victoria, Tam. – La exigencia es antigua pero su razón más vigente que nunca. Por principio resulta innegable que el calor de la capital tamaulipeca es de clase mundial. Dos rayitas abajo del averno.
Temperaturas dignas de Guinness, en el peor momento del día es factible guisar un huevo sobre el capacete del coche o bañarse con agua caliente sin tener boiler en casa.
Ocurre además que al arranque del presente siglo fue consigna de algunos políticos locales promover ante la Comisión Federal de Electricidad la idea de reclasificar a Victoria en un nivel de tarifas más bajo, propio de las ciudades que, por razones climáticas, se consideran “de alto consumo”.
Sin duda es el caso de la urbe cueruda, aunque doña CFE se haga la remolona. En efecto, esfuerzos hubo, pero de dientes para afuera. Los recibos de luz siguen llegando altísimos y ningún partido, ni representante local o federal se animan a decir “esta boca es mía.”
Si la paraestatal no lo considera así es tanto como decir que nuestro clima es una delicia y la gente baila de felicidad por no requerir del aire acondicionado. Ficción pura.
Esta es una de las dos mentiras que torturan a Victoria. Que nuestra temperatura promedio no amerite replantear su esquema tarifario.
La otra mentira es que Victoria nada en abundancia y el costo de la vida es tan barato que por ello la burocracia federal merece recibir el 60% del pago establecido en las “ciudades caras”.
Lo cual nos convierte en excepción dolorosa frente al resto del estado. Por abajo, ya no digamos de la franja fronteriza o el sur conurbado.
Hasta municipalidades cercanas como Ocampo o San Fernando reciben mejor trato de la federación en materia de sueldos.
Y esta es la segunda falacia consignada aquí, presumir que el costo de la vida en la antigua Santa María de Aguayo es más amable que el de cualquier localidad tamaulipeca.
De nueva cuenta, ningún dirigente ciudadano, prócer social, representante popular o líder partidista se preocupa de ello. Salvo la mejor opinión del lector, todo indica que vivimos en el paraíso.

NOMBRAMIENTO
Y bueno, la comuna local que preside OSCAR ALMARAZ SMER tuvo a bien votar de manera unánime el nombramiento del nuevo cronista capitalino, recayendo la decisión en el maestro FRANCISCO RAMOS AGUIRRE.
Escritor, historiador, investigador, el nuevo funcionario es egresado sucesivamente del Ateneo Fuente de Coahuila, la Universidad Autónoma de Tamaulipas, la Normal Superior del Estado y la UNAM,
Ha sido merecedor de los premios “JUAN B. TIJERINA” de poesía y “MANUEL BUENDÍA” de periodismo, amén de promotor de suplementos culturales como Arquitrabe (El Mercurio); Tobogán (El Tiempo); Maratín (El Diario), Guardarraya (Noticias del Golfo) y La Tarea (El Gráfico).
Colaborador en media docena de revistas culturales, autor de 25 libros y coautor de 7. Ha conducido programas de televisión y radio regionales, desempeñándose como titular de prensa y difusión en instituciones educativas y culturales.
El maestro RAMOS AGUIRRE entra al relevo del profesor GUSTAVO ADOLFO GARCÍA cuyo desempeño fue ocasión de polémica en los últimos meses, al señalarse el destino incierto del patrimonio histórico (documental, gráfico, hemerográfico) del municipio.
Esfuerzo de recuperación que ahora queda en manos del nuevo cronista. Se diría que llega a realizar tareas de recuento y control de daños, balance de haberes y teneres. Qué hubo, qué hay y qué falta.
Todo ello antes de relanzar el proyecto de protección y difusión del patrimonio histórico que una ciudad como Victoria merece. Enhorabuena para el cabildo.
Sin embargo, necesario es recordar que de poco servirá un nombramiento acertado si además no se le otorgan los recursos necesarios que tan importante función merece.