lunes, 10 de julio de 2017

La carta común

Cd. Victoria, Tam. – Siendo rector de la UAT, alguna vez le preguntaron a JOSÉ MANUEL ADAME si se consideraba prospecto a la gubernatura de Tamaulipas. Tras pensarlo un poco, respondió con voz pausada, en tono tranquilo, palabras más, palabras menos:
- “Si, pero no es por mi persona, es por el cargo. Cualquiera que sea el titular de nuestra máxima casa de estudios, desempeña una función tan relevante en la vida del Estado que nunca falta quien lo ponga en la lista.”
La nota viene a cuento hoy que varios figurones de la UNAM están siendo etiquetados por los medios como factibles precandidatos a la presidencia.
Recordará usted que los tres últimos rectorados unamitas han sido ejercidos por profesionales de la medicina.
Citados en orden cronológico, el psiquiatra JUAN RAMÓN DE LA FUENTE (1999-2007) tiene rato siendo considerado como un prospecto ciudadano para una eventual coalición de partidos, como la que ahora pretenden el PAN y el PRD.
Su relevo, el también doctor JOSÉ RAMÓN NARRO ROBLES (2007-2015), es hoy Secretario de Salud y su nombre suena con insistencia como probable abanderado del PRI.
Y, por si fuera poco, el rector actual, el oftalmólogo ENRIQUE GRAUE (2015-2019) también es mencionado en diversas trincheras.

MUY COMPETIDO
Comenté hace días que el problema es de posicionamiento. El indudable prestigio de los tres personajes no impide recordar que entre el sector mayoritario de la población (fuera del campus y la secretaría de Salud) son poco conocidos.
Muy por debajo de MARGARITA ZAVALA, MIGUEL ANGEL OSORIO, ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, RAFAEL MORENO VALLE, ERUVIEL ÁVILA y RICARDO ANAYA.
Desventaja significativa si pensamos en puntos porcentuales. Aunque también pudiera ser una ventaja si observamos que poseen una imagen académica de pulcritud que los ubica a prudente distancia de la desprestigiada clase política nacional.
Desde el PRI o por coalición opositora, cualquiera de ellos sería una opción muy distinta al clásico perfil del gobernante mexicano.
Importa insistir, la dificultad (no pequeña, ¡inmensa!) es de orden mercadológico pues implica abrir (en cortísimo tiempo) un espacio propio al recién llegado, en una competencia hoy saturada de nombres con bastante millaje recorrido.
En tono de broma se comenta que, entre esos tres doctores unamitas, tal vez deban elegir a quien responda mejor a los males de la república.
Considerando, por ejemplo, las graves carencias de nuestra salud social, el más indicado sería un especialista en medicina comunitaria como el doctor NARRO.
Si, en cambio, pensamos que la incultura y la mala calidad de la educación han convertido a México en un país de ciegos, la recomendación recaería en el oftalmólogo GRAUE.
Y si recordamos que México está convertido en un país de locos, quedaría que ni pintado el psiquiatra DE LA FUENTE.

¿OTRO CÁRDENAS?
De cualquier manera, el proyecto de candidatura común entre el Sol Azteca y Acción Nacional tiende a consolidarse. La duda sigue siendo qué figura panista sería aceptable para el PRD o cuál de los gallos perredistas tendría el visto bueno del PAN.
Respuesta difícil en ambos casos. Por ello se está hablando nuevamente de algún aspirante sin partido, oriundo de la sociedad civil, cuya ubicación tampoco es una perita en dulce.
Y, bueno, por ahí ha surgido de nuevo el nombre de LÁZARO CÁRDENAS BATEL, exgobernador de Michoacán (2002- 2008), antropólogo de profesión.
Con casi una década viviendo en Washington, presta sus servicios en WOLA (Washington Office on Latin America) una ONG defensora de los derechos humanos, amén de realizar trabajo académico para el Woodrow Wilson Center.
Sigue siendo miembro del PRD y (algo importante) es amigo personal de FELIPE CALDERÓN HINOJOSA.