jueves, 13 de julio de 2017

De dígitos y árbitros

Cd. Victoria, Tam. – Siendo el PAN un organismo que ejerce el doble papel de oposición nacional y gobierno estatal, las condiciones están dadas para que el señor GARCIA CABEZA DE VACA opere como un eficaz fiel de la balanza en la selección de los entrantes candidatos a senadurías y diputaciones.
Condición que equivale a la que ejercieron TOMÁS y EUGENIO, ambos titulares del poder regional, pero opositores en el plano nacional (con FOX y CALDERÓN).
El común denominador es la ausencia de contrapesos al interior del partido en la capital del país, capaces de alterar la voluntad del jefe político en Tamaulipas.
A la inversa, cuando gobernador y presidente son del mismo partido, no solo Los Pinos mete mano, también la cúpula partidista nacional y hasta Gobernación.
Y, por el contrario, cuando aquí y allá son de extracción distinta, el margen de maniobra crece en favor del poder regional.
Lo cual hacía decir al propio TOMÁS que, tras el ascenso de VICENTE FOX, los gobernadores del PRI se habían convertido en presidentes (de facto) en su entidad federativa.
El tema se discutió mucho después, en tiempos de EGIDIO TORRE. En tono especulativo, nos preguntamos si la llegada de PEÑA a Palacio Nacional le restaría poder a los virreyes de estirpe tricolor.
Especialmente en la facultad mayor, la de imponer (impulsar, promover, inducir, decidir) sucesor en el cargo.
Para los medios fue una experiencia por etapas. Tuvimos (1) tiempo para plantear la pregunta, (2) margen para cotejar las respuestas y (3) oportunidad de observar resultados.
Recordando el planteamiento inicial: ¿Recuperaría EPN el dedo que ERNESTO ZEDILLO se había cortado en cachitos y repartido entre los gobernadores del PRI poco antes de irse, a finales de los 90s??
La respuesta fue un sí rotundo. Lo recuperó, lo armó de nuevo y lo ejerce sin reservas. El actual inquilino de Los Pinos no reconoce a los gobernadores de su partido ni siquiera el derecho a veto.
Y si él decide “va fulano”, no hay poder capaz de impedirlo. En este sentido podemos decir que, tras el arribo del mexiquense, el PRI retornó a la fórmula más conservadora.
Ahí donde (siguiendo la liturgia tradicional) se anuncia con fanfarrias que (1) los tres sectores del partido (2) tras una intensa auscultación telepática, (3) habiendo consultado la ouija y (4) tras escudriñar con lupa la mirada de quien decide, coincidieron en que “el bueno es fulano”. Punto
PEÑA NIETO recuperó, de paso, la imposición de liderazgos partidistas y sectoriales, todos por designación.
Designar, simpática etimología. Digamos que, entre sus dos componentes, el segundo carece de misterio. Signar es señalar (con el dedo, por ejemplo) algo que los mexicanos conocemos bien.
Importa más el sufijo “de”, porque (según fuentes consultadas) implica ejercer una acción “de arriba abajo”.
Para explicarlo mejor. El señor que está en lo alto (mandamás, dirigente, capo, padrino) emplaza su voluntad de manera vertical para que los de abajo cumplan.
El dedazo, pues, tiene un origen monárquico. Nos remite (si a usted le gusta la Roma antigua) al mandato de los Césares, cuando la sola dirección del pulgar decidía la vida o la muerte.
Un mal chiste añadiría que el retorno del dedo se vio reforzado por el advenimiento de la era digital. La pequeña pero temible extremidad que activa software y hardware de un proceso sucesorio.
Aunque (divagaciones aparte) el tema central de esta columna es FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA y su estilo personal de elegir candidatos.
Filosofía operativa, modelo de trabajo, estilo de ejercer el mando, misterio por resolver que conoceremos pronto, en camino al 2018.
Deberán tomar nota desde ahora quienes (en dicho partido) sientan latir sus corazones por algún cargo. Se agota el tiempo.