Cd. Victoria, Tam.-
El congreso local que preside RAMIRO RAMOS se movió con eficacia y otorgó el “sí” a la reforma electoral impulsada por el
presidente PEÑA NIETO, la cuál entraña cambios sustantivos que reforman, derogan y adicionan la Carta Magna.
Punto
para RAMIRO, sin olvidar la participación del legislador cuerudo RICARDO RODRÍGUEZ quien presentó la semblanza del
dictamen.
La reforma aborda,
dijo, “un conjunto de asignaturas pendientes” al fomentar la “colaboración de
los poderes a través del gobierno de coalición” y fortalecer a las cámaras pues
permite “la elección consecutiva de legisladores federales y locales”.
Llega a su fin,
pues, el mito de la “no reelección”, en espacios muy focalizados: congresos y
ayuntamientos. El ciudadano, añadió RODRIGUEZ, tendrá “la posibilidad de
premiar la eficiencia gubernamental”, destacando también la creación del Instituto
Nacional Electoral.
Algo muy importante:
el incremento del porcentaje mínimo que se exigirá a los partidos para que
conserven su registro ahora será del tres por ciento.
NO FUE UNÁNIME
Votaron en contra
los representantes de MC y PT.
A favor: PRI, PAN,
Verde y PANAL.
El diputado del MC
ALFONSO DE LEÓN argumentó su decisión atizándole parejo a las autoridades
electorales (“obsoletas”) y a los partidos nacionales (sus “mezquinos intereses”)
mientras el país se encuentra, dijo, “en la desesperanza y la zozobra”.
Por su cuenta, ARCENIO
ORTEGA del PT formuló una elipsis algo ingeniosa al decir que quienes votaron
por esta reforma (sus vecinos de curul) no merecen ser reelectos.
Paradoja habemos.
Si para merecer la reelección habría que votar contra la misma, meritorios
serían entonces del aplauso petista aunque no tendrían reelección por haberla
desechado con el voto.
Por el PRD JORGE
OSVALDO VALDEZ arguyó también contra la minuta pero no ejerció su derecho al
voto. O, mejor dicho, votó con los pies al abandonar el recinto.
En palabras de RAMIRO
RAMOS, los diputados habrían salido satisfechos de apoyar las reformas
estructurales, en espera de discutir las leyes secundarias.
Para hoy martes hay
programadas sendas reuniones en las comisiones de Desarrollo Industrial y
Comercial, así como de Equidad de Género.
El miércoles, el
pleno legislativo elegirá al nuevo titular de la Comisión de Derechos Humanos,
tras culminar el proceso de inscripción y diálogo con los aspirantes.
CAMBIO DE PIEL
A propósito
de cambios, inician las discusiones en torno a la reforma política del Distrito
Federal, misma que los habitantes de la capital mexicana han esperado por años
y muchos ven como “la definitiva”.
Un
“timeline” rápido de las instituciones políticas capitalinas debiera contemplar,
pos supuesto:
(1) Que
data del Constituyente de 1824 la creación de una entidad llamada Distrito
Federal, sede oficial de los tres poderes de la Unión.
(2) Que los
municipios comprendidos en dicho territorio fueron desaparecidos en 1928 por el
gobierno de ALVARO OBREGÓN.
(3) Que el primer
ensayo (tibio, por cierto) para dar participación a sus millones de habitantes
fue la Asamblea de Representes aprobada bajo el lamadridato en 1987 y electa en
1988.
(4) Dicha asamblea
sólo duró como tal dos periodos (1988-91 y 1991-93) para luego convertirse en
Legislatura del Distrito Federal en los comicios de 1994.
(5) Que en 1997 fue
posible el primer gobierno electo del Distrito Federal, cuya cabeza ya no sería
llamada “regente” (como hasta entonces) sino “Jefe de Gobierno”,
responsabilidad que estrenó el Ing. CUAUHTEMOC CÁRDENAS.
Pues bien, a partir
de febrero arrancan los trabajos de un nuevo Constituyente local en una entidad
que dejará de llamarse Distrito Federal para asumir el nombre de Ciudad de
México.
Esto es, con la
autonomía y soberanía de los otros estados, carta magna propia y plena independencia
presupuestal, transformando sus actuales delegaciones en municipios.
El comisionado
especial que llevaría a cuestas tan magna faena responde al nombre de PORFIRIO
MUÑOZ LEDO.