Cd.
Victoria, Tam.- Directo al grano, empiezo con el nombre: (1) no es el
“avión de PEÑA NIETO”, aunque ENRIQUE y su familia lo hayan disfrutado de lo
lindo.
(2) Fue adquirido por FELIPE CALDERÓN en su etapa de salida (2012) tras un
acuerdo inicial de 218 millones de dólares. Nunca lo estrenó, por el tiempo que
llevó acondicionarlo con altos estándares (sobre todo) de comodidad.
(3) Falso que dicho aparato “no lo tenga ni
OBAMA”. Los dos aviones que hoy día usan los presidentes de Estados Unidos (Air
Force One y Air Force Two) vienen de la administración BUSH y son bastante más
altos, largos, corpulentos y mejor acondicionados que su equivalente mexicano,
sobre todo en materia de seguridad.
Los gemelos Boeing
747-200 están incluso provistos del armamento necesario para presentar batalla
en caso de un ataque y ser abastecidos de combustible en el aire.
En una de
estas fortalezas volantes se escondió GEORGE WALKER BUSH durante ocho horas de
vuelo continuo, tras los ataques terroristas contra el World Trade Center, el 11
de septiembre de 2001.
(4) Tampoco
hay razones para pensar en DONALD TRUMP como un posible cliente o que (al
menos) le pudiera interesar. Esta es otra balandronada de LÓPEZ OBRADOR.
Es muy fácil presumir
que, siendo un magnate ostentoso, pueda y quiera sacar la chequera de su bolsa
y pagarle a un vecino pobretón lo que pida por dicha nave.
En el mundo
real, TRUMP (como Presidente) no necesita un transporte de fuselaje más pequeño
y sin las especificaciones inigualables que poseen los del tipo Air Force One.
Y cuando DONALD
deje de ser presidente y regrese a la vida privada, sus necesidades de
transportación también serán otras.
Aeroplanos ligeros,
compactos y (acaso) más lujosos, similares a los que emplean los reyezuelos
árabes o los banqueros judíos.
(5) Una de las
dificultades que desde un principio la prensa señaló (y AMLO desdeñó) fue que dicha
compra se pactó desde el calderonismo mediante un contrato de arrendamiento
financiero por 15 años, entre BANOBRAS y el Gobierno Federal.
Ello dificulta
la negociación, porque aún no se termina de pagar. A los posibles interesados,
además de un aeroplano usado, les estaríamos traspasando deuda.
El gobierno de
la Cuarta Transformación ha pedido por dicho lujo (precio de remate) 130
millones de dólares, hasta hoy sin éxito.
Razón por la
cual viene ahora de regreso a un hangar mexicano donde nos ahorremos la renta y
resulte menos costoso darle servicio.
(6) Al
respecto, un reporte del diario REFORMA nos habla de mensualidades por un
millón 200 mil pesos por el hosting del hangar donde se exhibía en Victorville,
California. Amén de los servicios de mantenimiento. El estar sin uso también representa
desgaste y gasto.
RAZONES
POLÍTICAS
En fin, Conociendo
la frivolidad (y la inclinación maniaca por el lujo) de ENRIQUE PEÑA NIETO, su
antecesor FELIPE CALDERÓN le heredó, más que un regalo, un problema.
Una fruta
envenenada que después parece haber intoxicado también a LÓPEZ OBRADOR. El
resultado es que ahora no sabemos qué hacer con él. Y aún así, hay que seguirlo
pagando.
Quizás otro
error fue haber intentado venderlo en California y no en Medellín, Colombia. O
en algún paraíso fiscal (Malasia, Luxemburgo, Hong Kong, Guyana, Islas Caimán,
Yibuti) al grito de “dame cien y no le digo a quién se lo vendí”.
Desde luego,
es broma. Ahora bien, por caro que hoy cueste mantenerlo, lo cierto es que estamos
hablando de dinero que ni lejanamente pinta en el presupuesto. El país no será más
pobre ni más rico con ese navío.
Ponerlo en
venta representó un poderoso gesto simbólico con el que AMLO dejaba bien claro
su propósito de renunciar a la ostentación y los privilegios del poder, en aras
de la austeridad republicana.
Fue un gancho
para el votante, como el mudarse de Los Pinos a Palacio Nacional y cancelar la
pensión vitalicia de los expresidentes y sus viudas.
De sobra se
sabía que CALDERÓN, SALINAS y ZEDILLO habían renunciado desde años atrás a dicho
cobro y solamente hacían uso de la seguridad que les brindaba la guardia
presidencial.
En cuanto a
VICENTE FOX, siempre fue una mentira jocosa el que dicha mensualidad le servía “para
los frijolitos” y que de ahí sacaba “para el chivo.”
Cuentos
chinos. Hoy sabemos que VICENTE es el exmandatario más escandalosamente rico de
los seis que permanecen con vida (incluyendo a LUIS ECHEVERRÍA).
Un magnate cuyo
discurso llorón le ha funcionado estupendamente como una ingeniosa coartada. Es
un comediante eficaz, le beneficia que la gente lo trate como un parásito, un
viejito haragán mantenido por el gobierno.
La verdad es
precisamente lo contrario. El ranchero de las botas tiene inversiones en exploración
petrolera, transportes, inmobiliarias, constructoras, hotelería y agroindustria
de exportación. Mucho, pero mucho dinero.
Pero los compromisos
de ANDRÉS MANUEL son pases mágicos que impactan hondamente el alma mexicana y por
ello se repitieron de distintas maneras en precampaña y campaña.
Reducir su sueldo
a la mitad, viajar en auto compacto y avión de línea, ni un cinco a
expresidentes ladrones, convertir en museo la casona donde vivieron 14 jefes de
Estado, desde CÁRDENAS a PEÑA.
A un pueblo
atávico como el nuestro, le fascinan esos desplantes con moraleja incluida, que
parecen destinados a dejar huella didáctica en las generaciones venideras. Acaso
pasen cien años y la gente, el pueblo llano, seguirá recordando esto.
De “la patria
es primero”, al “va mi espada en prenda y voy por ella”. el “respeto al derecho
ajeno” y “los valientes no asesinan”. A este tipo de gestos pertenece el (ruidoso
y malogrado) episodio del avión presidencial.