miércoles, 30 de septiembre de 2015

Cuatro dólares y pico

Cd. Victoria.- Calurosa mañana de martes 29 en la capital tamaulipeca, se va septiembre, avanza el otoño, el del 2015 y el de tantas vidas.
¿A cómo está el dólar?, le pregunto en voz baja a la pantalla de cristal donde ya parpadea el logo de Windows, para abrir luego el navegador y finalmente el portal financiero. Compra 16.55, venta 17.30.
Ora, pues, lo que sigue es la calculadora, también virtual, cierta versión gratuita de Mofsoft que emula las operaciones de las viejas sumadoras con su panel lateral semejante a una hojita blanca.
Amanezco con la inquietud de traducir a moneda norteamericana el recién homologado salario mínimo nacional. Va la división, los 70.1 pesos diarios entre la cifra de 17.3, paridad del billete verde en ventanilla.
Y luego el resultado, con dos dígitos fraccionarios: 4.05, cuatro dólares con cinco centavos al día.
Escarbo ahora en la red y encuentro un reporte de CNN-Expansión que data del 15 de mayo pasado, sobre los salarios en el mundo. Aparece una tabla con los diez países que registran los niveles más altos del orbe.
Abismal la comparación con México, escandaloso el resultado. En cualquiera de dichas naciones el pago por hora de trabajo (por hora, ojo) supera a la jornada entera en la patria nuestra.
Van algunos: Australia (9.54), Francia (8.24), Alemania (7.19), Estados Unidos (7.25)…
Ya ni le sigo, pienso en voz alta, mientras hago acopio de memoria. La tragedia de los minisalarios se fraguó en el último bienio de JOSE LÓPEZ PORTILLO (1981-1982) cuando su desastre financiero lo lleva a doblar la cerviz ante el FMI y aceptar que todo debía subir (gasolinas, luz, agua, transporte, canasta básica) menos el ingreso de los trabajadores.
El calvario se alargaría en los posteriores sexenios de MMH, CSG, EZPL, VFQ, FCH y el actual de EPN.

VALOR CENTRAL
Y, bueno, está de moda en ciertos ámbitos de la vida pública hablar de valores y lamentar, con un chisguete de añoranza, que se han perdido, se fugaron, evaporaron, volatilizaron, acaso por culpa de la modernidad (o la postmodernidad, ya no sabe uno).
Pienso luego que al pagar mal un valor de valores como es el trabajo se abaratan también las prendas morales asociadas al mismo: lealtad, disciplina, compromiso, puntualidad, eficiencia, perseverancia, aprendizaje, honestidad, congruencia…
Y resulta que por dichos valores la Comisión Nacional de Salarios Mínimos estipula un monto diario de siete monedas doraditas con centro niquelado, más un botón pequeñín de diez centavos, que caben justos en la palma de una mano.
Se diría que en esta medida aprecia la citada comisión no solo el trabajo sino las cualidades humanas que le son asociadas.
Y, oiga usted, luego escuchamos cada cosa. Embebido en su esquizofrenia, VICENTE FOX propuso hace tiempo instalar una especie de COCOPA para pacificar a los millares de jóvenes que han incursionado en la delincuencia y convencerlos de que regresen al trabajo legal.
Acaso VICENTE se visualice como un moderno flautista de Hamelin, encabezando a largas filas de sicarios en paso alegre rumbo al mundo feliz del salario mínimo. Perversa la burla, locura cruel.

RECONOCIMIENTO
En fin. No bien había anunciado la celebración de sus siete años invictos al aire con su programa radiofónico “Zona Tres”, la colega y amiga victorense ADRIANA HEREDIA nos sorprende con una mejor noticia.
Su nombre aparece en la lista de periodistas galardonados por el Senado de la República con la Presea y Reconocimiento a la Trayectoria Profesional en Comunicación 2015.

Tiene cita, pues, para recibir su premio en la capital del país, a las cuatro y media de la tarde en la vieja casona de Xiconténcatl, antigua sede del Senado, el próximo jueves primero de octubre. Felicidades.