martes, 22 de septiembre de 2015

Alianzas, en plural

Cd. Victoria.- A nadie debe sorprender que los aspirantes a la gubernatura en diversas trincheras opositoras retomen nuevamente el asunto de las alianzas, la suma de voluntades en pos de objetivos mayores.
Está hoy en la agenda y el discurso de hombres como PACO CABEZA, GUSTAVO CÁRDENAS y también CANTUROSAS.
La inquietud es cíclica, recurrente, ha existido en todas las democracias y Tamaulipas no tiene por qué ser la excepción, más ahora que el PRD está retomando el tema en su asamblea nacional.
De hecho, el sueño más alto de todo opositor es protagonizar una epopeya colectiva y encabezar una hipotética coalición donde todos los grupos unan fuerzas y empujen parejo a una sola voz.
Y mire usted que el término “alianza” viene del “liar”, del latín “ligare”, amarrar, atar, aunque también enredarse, liarse (a golpes, por ejemplo), mezclarse en una disputa, un embrollo.
Alianza es, en el mejor de los casos, un pacto de mutua conveniencia para los abajo firmantes que, en ocasión de competencia, señala no sólo objetivos sino adversarios comunes. Por ejemplo, el PRI.

¿SOLO ELLOS?
La noticia para quienes piensan que una eventual suma de voluntades PAN-PRD pudiera sorprender al oficialismo es que este último tiene también experiencia en armar su propio “team” junto a compañeros de ruta como el PVEM y el PANAL.
Esta sería una segunda alianza. Y, bueno, si nos apuramos tantito, el aspirante más claro del Movimiento Ciudadano como es GUSTAVO, igual podría nuclear a minipartidos (con y sin registro) que por ahí hayan quedado sueltos.
Todavía falta por ver como van a administrar sus diferencias los señores CABEZA y CANTU, ¿dentro o fuera del PAN?
Sólo uno puede ser candidato de Acción Nacional y por ello la pregunta de si el perdedor estaría dispuesto a levantar la mano al vencedor de una contienda interna.
Si gana CABEZA, ¿CANTÚ lo apoyaría?... (y viceversa).
En una cultura democrática la respuesta debería ser: “Sí, por supuesto.”
Pero la ambición es mucha y escasa la sapiencia. De no haber acuerdo, el capital político reunido en cada trinchera los presionará para que rebasen los límites del partido albiazul.
El sueño, pues, de “todos contra el gobierno” observa hoy una dificultad básica. ¿Quién debería encabezar ese “todos” que tan ruidosamente invocan hoy día?
GUSTAVO dirá que GUSTAVO… CANTÚ que CANTÚ… CABEZA que CABEZA… y hasta la propia edil de Matamoros levantaría la mano diciéndose la más indicada.

GANAR PERDIENDO
La experiencia indica que tanto la izquierda ortodoxa (PRD) como el lopezobradorismo (MORENA) tienen puertas abiertas para inconformes de la más diversa catadura que no logren ser candidatos en sus partidos de origen.
¿Encabezarían CABEZA o CANTÚ algún periplo por el Sol Azteca, como en 2004 lo hizo el empresario ALVARO GARZA o en 2010 JULIO ALMANZA?
De ir cada cuál por su lado, adiós alianza.
El PRD está urgido de llenar de nuevo el cantarito del financiamiento oficial, regidurías, diputaciones plurinominales y canonjías aldeanas obtenidas al amparo de su fama nacional, de la cuál han vivido por años sus clanes familiares.
Ello, aunque defender privilegios y pequeñas cuotas de poder poco tenga que ver con ambiciones reales de triunfo.
Mera supervivencia en quienes desde hace mucho parecen atrapados en su zona de confort. En ganar perdiendo.

¿Y PALOMA?
Pasan las décadas y la prensa nacional sigue ubicando a MERCEDES DEL CARMEN como “la hermana del subcomandante MARCOS”, como si en dichas cinco palabras cupiera una trayectoria.
Abogada, exprocuradora, exsecretaria general de gobierno, primera mujer en presidir una legislatura tamaulipeca (la única que lo ha logrado dos veces), nada de eso parece preocupar a unos medios que, no por capitalinos, dejan de ser cerriles.
Desde luego, la dama está en la pelea.