Cd.
Victoria.- A nadie debe sorprender que los
aspirantes a la gubernatura en diversas trincheras opositoras retomen
nuevamente el asunto de las alianzas, la suma de voluntades en pos de objetivos
mayores.
Está hoy en la agenda y el discurso de
hombres como PACO CABEZA, GUSTAVO CÁRDENAS y también CANTUROSAS.
La inquietud es cíclica, recurrente, ha
existido en todas las democracias y Tamaulipas no tiene por qué ser la
excepción, más ahora que el PRD está retomando el tema en su asamblea nacional.
De hecho, el sueño más alto de todo
opositor es protagonizar una epopeya colectiva y encabezar una hipotética coalición
donde todos los grupos unan fuerzas y empujen parejo a una sola voz.
Y mire usted que el término “alianza” viene
del “liar”, del latín “ligare”, amarrar, atar, aunque también enredarse, liarse
(a golpes, por ejemplo), mezclarse en una disputa, un embrollo.
Alianza es, en el mejor de los casos, un
pacto de mutua conveniencia para los abajo firmantes que, en ocasión de
competencia, señala no sólo objetivos sino adversarios comunes. Por ejemplo, el
PRI.
¿SOLO
ELLOS?
La noticia para quienes piensan que una
eventual suma de voluntades PAN-PRD pudiera sorprender al oficialismo es que
este último tiene también experiencia en armar su propio “team” junto a
compañeros de ruta como el PVEM y el PANAL.
Esta sería una segunda alianza. Y, bueno,
si nos apuramos tantito, el aspirante más claro del Movimiento Ciudadano como
es GUSTAVO, igual podría nuclear a minipartidos (con y sin registro) que por
ahí hayan quedado sueltos.
Todavía falta por ver como van a
administrar sus diferencias los señores CABEZA y CANTU, ¿dentro o fuera del
PAN?
Sólo uno puede ser candidato de Acción
Nacional y por ello la pregunta de si el perdedor estaría dispuesto a levantar
la mano al vencedor de una contienda interna.
Si gana CABEZA, ¿CANTÚ lo apoyaría?... (y
viceversa).
En una cultura democrática la respuesta
debería ser: “Sí, por supuesto.”
Pero la ambición es mucha y escasa la sapiencia.
De no haber acuerdo, el capital político reunido en cada trinchera los presionará
para que rebasen los límites del partido albiazul.
El sueño, pues, de “todos contra el
gobierno” observa hoy una dificultad básica. ¿Quién debería encabezar ese “todos”
que tan ruidosamente invocan hoy día?
GUSTAVO dirá que GUSTAVO… CANTÚ que CANTÚ…
CABEZA que CABEZA… y hasta la propia edil de Matamoros levantaría la mano
diciéndose la más indicada.
GANAR
PERDIENDO
La experiencia indica que tanto la
izquierda ortodoxa (PRD) como el lopezobradorismo (MORENA) tienen puertas abiertas
para inconformes de la más diversa catadura que no logren ser candidatos en sus
partidos de origen.
¿Encabezarían CABEZA o CANTÚ algún periplo por
el Sol Azteca, como en 2004 lo hizo el empresario ALVARO GARZA o en 2010 JULIO
ALMANZA?
De ir cada cuál por su lado, adiós alianza.
El PRD está urgido de llenar de nuevo el
cantarito del financiamiento oficial, regidurías, diputaciones plurinominales y
canonjías aldeanas obtenidas al amparo de su fama nacional, de la cuál han
vivido por años sus clanes familiares.
Ello, aunque defender privilegios y pequeñas
cuotas de poder poco tenga que ver con ambiciones reales de triunfo.
Mera supervivencia en quienes desde hace
mucho parecen atrapados en su zona de confort. En ganar perdiendo.
¿Y
PALOMA?
Pasan las décadas y la prensa nacional
sigue ubicando a MERCEDES DEL CARMEN como “la hermana del subcomandante
MARCOS”, como si en dichas cinco palabras cupiera una trayectoria.
Abogada, exprocuradora, exsecretaria
general de gobierno, primera mujer en presidir una legislatura tamaulipeca (la
única que lo ha logrado dos veces), nada de eso parece preocupar a unos medios
que, no por capitalinos, dejan de ser cerriles.
Desde luego, la dama está en la pelea.