lunes, 10 de marzo de 2014

¿TV versus plasma?

Cd. Victoria.- Mirar a distancia, ver lejos, la utopía cumplida desde el primer tercio del siglo 20 significa algo muy diferente en esta segunda década del siglo 21.
Coinciden propios y extraños, las audiencias frente a la pantalla casera se multiplican, se cuentan por miles de millones en todo el globo, aunque no necesariamente están viendo TV en el sentido tradicional del término.
Se escucha raro: atisbar la pantalla sin mirar la televisión. Acaso tenga razón quien diga que la palabra “televisor” debe ser reemplazada en el uso diario por el más corto término de “plasma”, absolutamente neutro en cuanto a contenido y origen.
El multicolor lienzo de cristal ya no está acaparado por la señal convencional que por años le llegó de una antena aérea, luego por cable y vía satelital.

VARIEDAD DE FUENTES
El adolescente hurga en sus bolsillos, saca una hojita fina de metal arropada en mica transparente y la clava en la entrada USB de su pantalla.
Aparecen imágenes de sus amigos, alguna fiesta familiar grabada desde el smartphone, el video curioso de la semana descargado desde VIMEO o YOUTUBE o el videoclip que un vecino le envió por mail.
Su hermana mayor puede presentarse de pronto y decirle, “deja eso, vamos a ver las noticias”, aunque ello no necesariamente signifique comprobar si están al aire ARISTEGUI, LORET, ALATORRE o LÓPEZ DORIGA.
-“Ver las noticias” puede ser sinónimo de conectarse por Smart-TV (vía navegador) con un centenar de portales informativos para accesar los videos del día en el orden que el usuario quiera.
La explosión de anoche, el asalto de esta mañana, la “trivia” musical detrás de cámaras, el reciente pleito en San Lázaro, la marcha de las autodefensas sobre Michoacán, el avión perdido en Malasia o las tropas rusas irrumpiendo en Ucrania.
Ver muchas veces los goles del Atlante al Querétaro, ampliar a pantalla completa las huellas digitales del CHAYO que ofrece la PGR y congelar aquella imagen de Palacio donde el mandatario parece saludar de mala gana a un colaborador cercano.
Sin olvidar la cantidad de aparatos periféricos susceptibles de ser conectados al plasma, convirtiéndose así en opciones más atractivas que la señal clásica empaquetada en canales.
Y esto significa lo mismo discos (DVD, Blue-Ray, 3D) que videoconsolas (Wii, PlayStation, Xbox) o memorias externas, desde la pequeña USB de ocho gygas hasta el disco externo de tres o cuatro terabytes, atiborrado de películas y conciertos.

¿EL CONSUMIDOR MANDA?
El cambio de paradigma implica, entre otras cosas, que las noticias cada vez se consumen menos en el orden que los conductores tenían a bien dosificarlas, comerciales incluidos.
Me viene a la mente todo esto hoy que el gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO, vía Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le puso “timing” (ahora sí) a la licitación de dos nuevas cadenas de televisión abierta que habrán de competir con TELEVISA y TV-AZTECA.
Textual, el propósito del IFT…
-“Concesionar el uso, aprovechamiento y explotación comercial de canales de transmisión para la prestación del servicio público de televisión radiodifundida digital, a efecto de formar dos cadenas nacionales” por un plazo de 20 años, dice el Diario Oficial de la Federación.
Y ojo con esto, las nuevas concesiones aterrizarían con dos décadas de vida útil mientras que las empresas de los señores AZCÁRRAGA y SALINAS tienen vigencia actual hasta el 2021. Estamos en 2014, así que haga usted cuentas.
La noticia estimulante es que (una vez concursadas, concesionadas y operando) habrá más opciones de TV abierta ofertando contenido en todos los rubros (entretenimiento, noticias, deportes, ¿cultura?)
Aunque justo es decir que el progreso llega con dos décadas de retraso. Esto es, ya cuando las opciones se han multiplicado por otras vías.
Frente a las posibilidades que hoy representa la Red Madre y con los nuevos alcances de la banda ancha que están en puerta, acaso la postergada apertura tenga un impacto mediocre.