Cd.
Victoria, Tam.- Se veía venir
desde la campaña de ENRIQUE PEÑA NIETO la intención de restituirle a la
Secretaría de Gobernación las funciones de mando que le arrebató el gobierno de
VICENTE FOX y jamás recuperó bajo el calderonato.
Sin embargo, los
detalles de este cambio llegaron acaso más lejos de lo que creían los
imaginólogos cuando se informó de manera oficial que la dependencia devorará de
un bocado a la Secretaría de Seguridad Pública, incluyendo, por supuesto, a la
Policía Federal.
Aflora, pues, el
primer náufrago del régimen saliente: GENARO GARCÍA LUNA aún titular de la
agonizante SSP, quien deberá rendir armas al entrante titular de Gobernación
MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG.
La nueva policía, a
la que PEÑA NIETO se refiere con el nombre de “Gendarmería Nacional”, tendrá
por sala de partos al viejo palacio de Bucareli.
Habrá que tomar en
serio a quienes vaticinan desde ahora la instauración de una supersecretaría.
Cuestión de recordar el listado de atribuciones que de por sí acumula
Gobernación.
Dependencia que lo
mismo presenta ante el Congreso iniciativas y decretos del Ejecutivo, que se
encarga de publicarlos en el diario oficial bajo su férula.
Por supuesto,
conduce la política interior y la relación del Ejecutivo con los demás poderes
de la unión, órganos autónomos, gobiernos estatales y municipios, partidos,
organizaciones sociales y asociaciones religiosas.
También posee mando
sobre el Instituto Nacional de Migración, el Archivo General de la Nación y la
estratégica Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía.
Regula, autoriza y
vigila los negocios de juego, apuestas, loterías y rifas, teniendo bajo su
cargo dos sistemas nacionales de singular importancia, el de Seguridad Pública
y el de Protección Civil.
Y, desde luego,
controla al organismo máximo de inteligencia política en México, el CISEN,
Centro de Investigación y Seguridad Nacional, así como la antaño temida
Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas (hoy disminuida
por la irrupción de los medios digitales que se difunden vía Internet).
En fin, la
intención explícita de PEÑA NIETO dada a conocer la semana pasada es que el
nuevo titular de Gobernación opere por ley (y no solamente por costumbre) como
un auténtico Jefe de Gabinete.
Lo cuál no sólo
incluye a secretarios sino, de manera ampliada, a titulares de los principales
organismos paraestatales. Ello, dicen, para dar cumplimiento a las órdenes e
instrucciones del Jefe del Ejecutivo.
Función que ya desempeñan
dependencias equivalentes en la mayor parte del mundo bajo el nombre de
ministerios del interior, lo mismo en España que en Francia, Alemania,
Argentina, Chile, Uruguay, Colombia y Cuba.
¿Qué va a ocurrir
con la actual SSP?
Según el esquema
anunciado perdería nivel jerárquico (aunque no necesariamente importancia) para
convertirse en la naciente Subsecretaría de Seguridad Interior, de la cual
dependerán la Gendarmería Nacional y el sistema penitenciario.
Bajo dicha
Subsecretaría se ubicará la llamada “Plataforma México”, instancia que, según
el propio OSORIO CHONG, concentraría “en un sólo lugar toda la información de
los diversos órganos de seguridad nacional, es decir la Procuraduría General de
la República, la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional”.
OSORIO anunció la
intención de implementar en las entidades federativas la figura del mando único
policial, incluyendo municipios, donde la responsabilidad de dicha estructura
recaería en los gobiernos estatales.
Propuesta de
integración que en Tamaulipas ya lleva un avance muy importante desde que
arrancó la administración a cargo del ingeniero EGIDIO TORRE CANTÚ.
La seguridad
pública ya no será una dependencia meramente policiaca pues quedará engarzada
bajo el concepto superior y más amplio de la seguridad nacional, entendida esta
como condición esencial de la gobernabilidad.
Cambia la
perspectiva, en efecto.