Cd.
Victoria, Tam.- La próxima semana regresa a Tamaulipas el Presidente
LÓPEZ OBRADOR y no es una visita cualquiera. Llega con todo su gabinete, lo
cual ofrece al gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA la oportunidad de plantear a
cada secretario las necesidades específicas de la entidad, sector por sector.
El
dinero, por supuesto, es una asignatura de primerísima importancia. Por demás
urgente para una hacienda estatal que fue desfondada de manera alevosa y
deliberada en los años previos.
Aunque en el plano político me atrevo a señalar tres apremios fundamentales, amén de inaplazables, que destacarían en estos primeros días del régimen.
(1) Limpiar a fondo, de punta a punta, la Fiscalía estatal, hoy secuestrada por los renglones más tenebrosos del calderonismo y último bastión vigente del exgobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.
(2) Una vez obsequiada la orden de captura contra CABEZA y su consiguiente alerta migratoria, faltaría por emitir un documento de importancia crucial. La ficha roja de INTERPOL para así otorgar al susodicho el merecido rango de prófugo internacional.
(3) En el plano legislativo, estudiar las opciones que sean necesarias para recuperar la mayoría otorgada por las urnas a MORENA en el Congreso local. Misma que CABEZA arrebató a golpes de plata o plomo.
Negociación, desde luego, la vía del diálogo y el consenso. Acaso una oferta imposible de rechazar para quienes traicionaron a sus votantes, se brincaron dolosamente de bancada y cambiaron su identidad partidista por un plato de lentejas.
LOS PENDIENTES
En los puntos arriba mencionados estamos ante herramientas básicas de gobernanza que el doctor VILLARREAL ANAYA debe gestionar a la brevedad posible, acaso con la ayuda del gobierno nacional.
El desembarco del gabinete obradorista a Tamaulipas subrayará de facto la autoridad concedida antes por el voto popular, en las sucesivas contiendas de 2018 (Presidente, senadores, diputados federales), 2021 (congreso local, municipalidades) y 2022 (gobernador). En los tres procesos sucesivos, la entidad se fue pintando gradualmente de guinda.
Es tiempo también de recordarle al presidente LÓPEZ OBRADOR la promesa de campaña que hizo a los victorenses en 2018. Construir el segundo acueducto a la presa “VICENTE GUERRERO”.
El lector recordará que el primer acueducto fue obra del ingeniero AMÉRICO VILLARREAL GUERRA, padre del actual mandatario. Así pues, ya no hay pretextos ni tiempo que perder, manos a la obra.
La capital tamaulipeca se encuentra urgida de un plan maestro de rescate integral, dado el abandono deliberado que sufrió durante estos seis años y la animadversión inocultable que nos profesó CABEZA DE VACA.
Aquí es dónde LALITO GATTÁS debe sacudirse de una vez por todas la modorra. Perder el miedo a sus fantasmas, esos enemigos reales o imaginarios que lo traen a salto de mata y con el JESÚS en la boca desde su llegada al 17 Hidalgo.
Su telenovela debe terminar. No fue votado para que pose como víctima sino para acaudillar el cambio. La gente de Victoria lo sigue viendo demasiado verde (y blando) para la responsabilidad que tiene encima. O madura o le van a pedir que entregue el cargo, así de sencillo.
LATA Y CORCHO
Y bueno, decir que viene el gabinete significa que, al menos, viajan sus principales miembros. No sabemos si ello implique a personalidades del equipo ampliado, como (por ejemplo) el líder senatorial RICARDO MONREAL ÁVILA, recién incorporado por AMLO en su lista de presidenciables (“corcholatas”).
Cabe pensar en SHEINBAUM, EBRARD y (por supuesto) ADÁN AUGUSTO, arroz de todos los moles. Desde luego los titulares de SEDENA, SEMAR, Guardia Nacional y SSPC.
¿Salud, Hacienda, Economía, Trabajo, Agricultura, Bienestar Social, Medio Ambiente, Energía, Comunicaciones y Transportes?...
En fin, comenta el extitular de SEGOB y actual líder panista en la Cámara Baja SANTIAGO CREEL MIRANDA que el término “corcholatas” le resulta despectivo. Entre otras razones, porque su destino es la basura. Se usa y desecha, pues, se tira.
Lo cierto es que el tapadismo original viene de la fiesta de gallos y no de la industria refresquera. En concreto por los animales cuya identidad permanece velada para otorgar un toque de misterio y sorpresa a las apuestas. El gallo tapado ha sido tema literario, entre otros, de JUAN RULFO.
Y es el sentido de aquella caricatura de ABEL QUEZADA que popularizó el término en medios periodísticos a finales de los cincuentas, durante el proceso sucesorio de ADOLFO RUIZ CORTINES.
Se recuerda su cartón donde aparece un hombre encapuchado con la leyenda “El tapado fuma elegantes”, marca de cigarrillos favorita del entonces titular del Trabajo ADOLFO LÓPEZ MATEOS.
Algo muy (pero muy) distinto al significado empleado por ANDRÉS MANUEL, quien identifica al verbo destapar como el acto de retirar la ficha, la corcholata, el tapón (de lata y corcho) de un refresco embotellado.
Lo curioso es que sea el mismo LÓPEZ OBRADOR quien asegure que “ya no hay tapados” por ser una práctica del viejo régimen ya superada y, sin embargo, parezca reconocerlo al decir “el destapador soy yo.”
De cualquier manera resulta más ilustrativo el significado gallero del asunto, pues le reconoce al proceso sucesorio esa condición de enigma que por generaciones le ha caracterizado.
Aunque en el plano político me atrevo a señalar tres apremios fundamentales, amén de inaplazables, que destacarían en estos primeros días del régimen.
(1) Limpiar a fondo, de punta a punta, la Fiscalía estatal, hoy secuestrada por los renglones más tenebrosos del calderonismo y último bastión vigente del exgobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.
(2) Una vez obsequiada la orden de captura contra CABEZA y su consiguiente alerta migratoria, faltaría por emitir un documento de importancia crucial. La ficha roja de INTERPOL para así otorgar al susodicho el merecido rango de prófugo internacional.
(3) En el plano legislativo, estudiar las opciones que sean necesarias para recuperar la mayoría otorgada por las urnas a MORENA en el Congreso local. Misma que CABEZA arrebató a golpes de plata o plomo.
Negociación, desde luego, la vía del diálogo y el consenso. Acaso una oferta imposible de rechazar para quienes traicionaron a sus votantes, se brincaron dolosamente de bancada y cambiaron su identidad partidista por un plato de lentejas.
LOS PENDIENTES
En los puntos arriba mencionados estamos ante herramientas básicas de gobernanza que el doctor VILLARREAL ANAYA debe gestionar a la brevedad posible, acaso con la ayuda del gobierno nacional.
El desembarco del gabinete obradorista a Tamaulipas subrayará de facto la autoridad concedida antes por el voto popular, en las sucesivas contiendas de 2018 (Presidente, senadores, diputados federales), 2021 (congreso local, municipalidades) y 2022 (gobernador). En los tres procesos sucesivos, la entidad se fue pintando gradualmente de guinda.
Es tiempo también de recordarle al presidente LÓPEZ OBRADOR la promesa de campaña que hizo a los victorenses en 2018. Construir el segundo acueducto a la presa “VICENTE GUERRERO”.
El lector recordará que el primer acueducto fue obra del ingeniero AMÉRICO VILLARREAL GUERRA, padre del actual mandatario. Así pues, ya no hay pretextos ni tiempo que perder, manos a la obra.
La capital tamaulipeca se encuentra urgida de un plan maestro de rescate integral, dado el abandono deliberado que sufrió durante estos seis años y la animadversión inocultable que nos profesó CABEZA DE VACA.
Aquí es dónde LALITO GATTÁS debe sacudirse de una vez por todas la modorra. Perder el miedo a sus fantasmas, esos enemigos reales o imaginarios que lo traen a salto de mata y con el JESÚS en la boca desde su llegada al 17 Hidalgo.
Su telenovela debe terminar. No fue votado para que pose como víctima sino para acaudillar el cambio. La gente de Victoria lo sigue viendo demasiado verde (y blando) para la responsabilidad que tiene encima. O madura o le van a pedir que entregue el cargo, así de sencillo.
LATA Y CORCHO
Y bueno, decir que viene el gabinete significa que, al menos, viajan sus principales miembros. No sabemos si ello implique a personalidades del equipo ampliado, como (por ejemplo) el líder senatorial RICARDO MONREAL ÁVILA, recién incorporado por AMLO en su lista de presidenciables (“corcholatas”).
Cabe pensar en SHEINBAUM, EBRARD y (por supuesto) ADÁN AUGUSTO, arroz de todos los moles. Desde luego los titulares de SEDENA, SEMAR, Guardia Nacional y SSPC.
¿Salud, Hacienda, Economía, Trabajo, Agricultura, Bienestar Social, Medio Ambiente, Energía, Comunicaciones y Transportes?...
En fin, comenta el extitular de SEGOB y actual líder panista en la Cámara Baja SANTIAGO CREEL MIRANDA que el término “corcholatas” le resulta despectivo. Entre otras razones, porque su destino es la basura. Se usa y desecha, pues, se tira.
Lo cierto es que el tapadismo original viene de la fiesta de gallos y no de la industria refresquera. En concreto por los animales cuya identidad permanece velada para otorgar un toque de misterio y sorpresa a las apuestas. El gallo tapado ha sido tema literario, entre otros, de JUAN RULFO.
Y es el sentido de aquella caricatura de ABEL QUEZADA que popularizó el término en medios periodísticos a finales de los cincuentas, durante el proceso sucesorio de ADOLFO RUIZ CORTINES.
Se recuerda su cartón donde aparece un hombre encapuchado con la leyenda “El tapado fuma elegantes”, marca de cigarrillos favorita del entonces titular del Trabajo ADOLFO LÓPEZ MATEOS.
Algo muy (pero muy) distinto al significado empleado por ANDRÉS MANUEL, quien identifica al verbo destapar como el acto de retirar la ficha, la corcholata, el tapón (de lata y corcho) de un refresco embotellado.
Lo curioso es que sea el mismo LÓPEZ OBRADOR quien asegure que “ya no hay tapados” por ser una práctica del viejo régimen ya superada y, sin embargo, parezca reconocerlo al decir “el destapador soy yo.”
De cualquier manera resulta más ilustrativo el significado gallero del asunto, pues le reconoce al proceso sucesorio esa condición de enigma que por generaciones le ha caracterizado.