lunes, 22 de febrero de 2021

Justicia en Veterinaria

Cd. Victoria.- Se maneja en medios como presunta caída el reemplazo del médico EDGAR ALBERTO LÓPEZ ACEVEDO en la dirección de Medicina Veterinaria, una de las escuelas más antiguas y de mayor prosapia en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Lo cierto es que ni renunció ni lo cesaron. Terminó únicamente su periodo regular (2017-2021) para el cuál fue electo. El médico EDGAR había tomado protesta el 16 de febrero de 2017, en relevo de quien fuera el director saliente RIGOBERTO LÓPEZ ZAVALA (2013-2017) y en presencia del entonces rector ENRIQUE ETIENNE PÉREZ DEL RÍO.
Hoy en día, en el presente 2021, queda claro que ninguna escuela de la UAT se encuentra en condiciones de realizar un proceso electoral, debido a las medidas estrictas de confinamiento impuestas por la pandemia.
De manera práctica, esta vez se optó por nombrar como directora provisional a quien había venido fungiendo como Secretaria Académica de la misma facultad, la doctora LORENA TORRES RODRÍGUEZ.
En el plano visible y formal, esta es la verdad objetiva que es necesario consignar. Sin embargo, los hechos no están exentos de interpretaciones más amplias que exigen exposición paralela.
Es muy común (en la UAT y en muchas universidades) que los directores permanezcan más allá de su periodo sin complicación alguna. Pasan años, incluso, sin que convoquen a elecciones.
No sería la primera vez que alguien se eterniza en un cargo de dicha importancia y se extienda a “extra innings”, como reza el lenguaje beisbolero.
La pandemia misma era un pretexto idóneo para posponer el reemplazo en Veterinaria. Razón suficiente para preguntar: ¿por qué fue tan puntual el retiro del médico LÓPEZ ACEVEDO?...
 
GESTIÓN PROBLEMÁTICA
Habrá que poner atención a las voces que circulan en aulas y pasillos, según las cuales, la decisión de llamar a una suplente pudo obedecer a una serie de factores adversos, a saber.
1.- Mal ambiente al interior de la escuela. Antipatía creciente en un sector amplio de trabajadores, alumnos y maestros por lo que consideran un ejercicio autoritario y abusivo del mando.
2.- Ambición desmedida, en un director que ya se manejaba como aspirante franco a la silla principal de rectoría, donde hoy despacha el ingeniero JOSÉ ANDRÉS SUÁREZ FERNÁNDEZ.
3.- Versiones no confirmadas pero sí muy insistentes responsabilizando a EDGAR de un manejo poco escrupuloso de los recursos que tuvo a su cargo. Se habla de un cuantioso desfalco, cuya investigación estaría en camino.
4.- Y lo más grave: sigue abierto y sin aclararse el caso del médico ROLANDO PINSON DOMÍNGUEZ, catedrático universitario y colaborador cercano de EDGAR LÓPEZ ACEVEDO.
En la madrugada del 13 de marzo de 2020, la Policía Ministerial del estado fue alertada por personal del IMSS, de que había una camioneta pickup abandonada en el estacionamiento de la clínica, con una persona sin vida en la caja del vehículo.
El médico PINSON presentaba huellas visibles de golpes en cara y cráneo. Había salido la noche anterior de su hogar para acudir a una carne asada en el rancho de su jefe, el director LÓPEZ ACEVEDO. No regresó.
En los días subsiguientes, EDGAR daría una explicación absurda. Que su colaborador habría bronco aspirado durante la cena y se desmayó.
Sin embargo, la Fiscalía estatal determinó que se trataba de homicidio, por los golpes recibidos. La sospecha se incrementa cuando recordamos que en lugar de hacerse cargo del problema, EDGAR ordenó deshacerse del cuerpo, abandonarlo en la clínica del IMSS, poco después de la media noche.
Decisión culposa, sin lugar a dudas. No asumió responsabilidad alguna hasta el día siguiente cuando ordenó acelerar los servicios funerarios, incluyendo la incineración precoz del cadáver. ¿Tenía prisa en borrar evidencias?...
 
PROMESAS VACÍAS
El dictamen pericial sigue ahí. Las versiones de quienes asistieron a dicha cena hablan de que el médico ROLANDO PINSON habría fallecido a consecuencia de los golpes que le habría propinado el propio EDGAR (o alguien cercano) en una discusión suscitada al calor de las copas.
Buscando echar tierra al asunto, el entonces titular de Veterinaria prometió el oro y el moro a la viuda y los hijos del maestro fallecido. Quería ganar tiempo y lo logró.
La familia quedó al garete, recibió a cuentagotas una indemnización miserable, no obstante que ROLANDO tenía 32 años de antigüedad trabajando como profesor de tiempo completo en la UAT.
El expediente oficial es claro. No fue muerte accidental ni asfixia por ingestión de alimentos o bebidas. La autoridad estatal encargada del caso reportó un homicidio y como tal debe investigarse.
La salida de EDGAR LÓPEZ ACEVEDO se registra al momento en que parece haber perdido la confianza superior del 8 y 9 Matamoros.
A estas alturas, el único que todavía le brinda alguna protección es el Secretario de Investigación y Posgrado JULIO MARTÍNEZ BURNES, por igual egresado de Veterinaria.
Hacia este último apuntarían también las sospechas que hoy se ciernen contra EDGAR por malos manejos en su tarea universitaria. Amigos y colegas, socios acaso.
Como una observación paralela importa señalar que hay disgusto en la comunidad académica y estudiantil por el nombramiento de LORENA TORRES RODRÍGUEZ en dicho cargo.
La dama es considerada como una incondicional de EDGAR LÓPEZ. Lo cual significa que el mismo grupo hoy cuestionado por arbitrariedades y malos manejos seguirá controlando los dineros de dicha escuela. Trinca fatal la de EDGAR, LORENA y JULIO, deberán responder por ello.
En un mes más ROLANDO cumplirá el primer aniversario de su inesperada y dolorosa partida. Fue un hombre de bien, buen esposo, buen padre y profesor muy querido en la posta Veterinaria.
Una viuda, tres hijos y dos nietos siguen esperando justicia.