jueves, 27 de febrero de 2020

No la corren, la extirpan


Cd. Victoria.- Subsiste la duda, ¿qué favores, compromisos, deudas, acuerdos de cualquier índole, habrá tejido el presidente LÓPEZ OBRADOR con doña YEIDCKOL POLEVNSKY para soportarle tantos caprichos y pataletas, permitiéndole que hiciera con su partido lo que le vino en gana??
Dada su condición de empresaria, ciertamente operó (igual que PONCHO ROMO) como puente natural con el mundo patronal.
El sector privado y sus cúpulas, por lo general quisquillosas hacia las organizaciones de izquierda.
Aunque no sabemos si ello sea explicación suficiente para que le haya permitido pasarse por el arco del triunfo normas elementales como la duración de un periodo directivo.
Y el consecuente estado de guerra contra las fuerzas y corrientes internas que de manera legítima buscaban sucederla, tal cual lo mandan sus estatutos.
Pese a que su interinato terminó el 20 de noviembre de 2018, fueron visibles los esfuerzos de la dama por eternizarse, intoxicando los ánimos hacia el interior del partido.
Por principio, con la venia de AMLO, el año del triunfo y en plena etapa de transición, la señora POLEVNSKY logró posponer 12 meses el proceso sucesorio, del a fecha citada en 2018, al mismo día de 2019.
La gente pensaba en otros asuntos. Se encontraba entonces en proceso de selección el entrante equipo obradorista, los medios tejían y destejían gabinetes, nombramientos a todos los niveles y, sobre todo, se prolongaba, de manera comprensible, la borrachera del triunfo.
Distracciones todas ellas que le ayudaron a quedarse, sin que demasiada gente hiciera gestos, en una silenciosa prolongación del mandato, se diría que “nadando de muertito.”
Sin embargo, un año después, para noviembre del 2019, el ambiente sería distinto. Asomaban figuras reclamando el derecho a participar, como BERTHA LUJÁN, MARIO DELGADO y ALEJANDRO ROJAS, entre otros.
Pero YEIDKOL tenía otros planes, nada democráticos, por cierto. Mañosamente, bloqueó y desbarató, uno tras otro, los proyectos de convocar a asamblea electiva.
De una declaración a otra, sus planes podrían variar, desde tres meses más, seis meses más, otro año, incluso.
Aunque el común denominador era no soltar el mando.
Aferrarse al cargo con garras y dientes.
A tal grado llegó la arrebatinga por el poder en todas las geografías de MORENA que se puso en duda su viabilidad como proyecto.
El propio AMLO contribuyó a ello al comentar que podría salirse del partido si no se ponían de acuerdo.
Declaración ciertamente irresponsable si recordamos que nada se mueve, a lo largo y ancho de la “4T” sin el consentimiento de LÓPEZ OBRADOR.
Lo cual hace pensar que la actitud cansina y remolona de la polémica dirigente, sus maniobras dilatorias, estarían acordes con la voluntad presidencial.
Meterle sordina al partido, mantener en bajo perfil el gabinete, para gobernar solo, todo ello en la muy clara concepción de que “el poder no se comparte.”
Y con la tranquilidad de que las inconformidades y discrepancias planteadas por la sociedad civil, no han encontrado todavía campo fértil en los partidos de oposición.
Ni PAN, ni PRI (ni mucho menos PRD o MC) han logrado hasta hoy capitalizar, abanderar, encabezar el dolor de las mujeres, la burocracia desempleada, los deudos de la violencia (LE BARÓN y similares), las madres de las guarderías y los pueblos indios inconformes con el tren maya, por citar algunos ejemplos.
En  un gesto no exento de socarronería, ANDRÉS MANUEL dejó correr las fechas, con YEIDCKOL de la mano, hasta que la olla de presión estuvo a punto de estallar y entonces la hicieron a un lado.
Para lo cual fue necesaria cirugía mayor. Más que correrla, la extirparon, como un tejido infecto que amenazaba con intoxicar a todo el organismo.
Efectivamente ya dejó la dirigencia en manos de otro interino, ALFONSO RAMÍREZ CUELLAR, aunque ello no impedirá a la señora POLEVNSKY participar, si así lo quisiera.
Solo que ahora con dos desventajas: (1) ya no tiene el control del aparato y (2) arrastra un desprestigio personal considerable. Está apestada.
Su situación (guardando las debidas proporciones) es similar a la de ELBA ESTHER GORDILLO.
Si ha de volver tendrá que ser con otro membrete, porque el changarro que tenía ya lo perdió.
Otro ocupa su lugar, dice la canción.
El caso es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró oficialmente válida la reciente elección de ALFONSO RAMÍREZ CUÉLLAR en la presidencia de MORENA y esto ya no tiene vuelta de hoja.
Solo que RAMÍREZ llega también como figura de transición.
Debe publicarse en plazo próximo la respectiva convocatoria para nombrar dirigentes definitivos.
Y, mire usted, aun sacando a YEIDCKOL, siguen siendo cuatro.
Los mismos ya conocidos (LUJÁN, DELGADO, ROJAS) y el actual (el propio RAMÍREZ) quien también tiene su corazoncito.
En tanto esto sucede, por lo pronto, la entrante cúpula morenista anunció que auditará las cuentas de POLEVNSKY, lo cual tendría el valor de una advertencia.
Un “estate quieta”, esperemos que lo suficientemente claro.