Cd.
Victoria, Tam. El húmedo llanto de
ROSARIO ROBLES que asoma por estos días en la portada de PROCESO tiene una
interpretación literal.
Tristeza y lágrimas ante un destino que deviene carcelario.
Como era de esperarse, el consejo de PEÑA (“no te
preocupes”) resultó fallido.
Un artificio, entre tantos que le conocimos, a manera
de tranquilizante pasajero.
La posibilidad del canto, en cambio (pertinencia del
“Cielito Lindo”) tendría un significado adicional que viene del vocabulario
policiaco.
El lenguaje de nota roja, las voces de barandilla, de interrogatorio,
donde cantar es confesar, soltar la sopa.
La necesaria denuncia de cómplices mayores.
Delación, chivatazo, revelación, soplo, testimonio, dedo salvador que apunta hacia lo alto.
Delación, chivatazo, revelación, soplo, testimonio, dedo salvador que apunta hacia lo alto.
Intercambio de información relevante por penas blandas.
Todo ello, en un proceso judicial donde ROSARIO (ojo) pertenece
a la parte más delgada del hilo.
Lo es, al menos, en la madeja principal de conspiradores.
Esa maraña de trapacerías donde asoman nombres como LUIS
VIDEGARAY, PEPE TOÑO MEADE, EMILIO LOZOYA y, por supuesto, ENRIQUE PEÑA NIETO,
entre otros.
Añada usted a por lo menos ocho instituciones de
educación superior involucradas en la facturación fantasma de millonarios
fondos federales.
Universidades que están debidamente ubicadas en Morelos,
Campeche, Estado de México y Tabasco (cinco en este último).
Dineros que nunca se supo cómo se aplicaron, pero se
esfumaron sin remedio y en cantidades mayúsculas.
Con la posibilidad real de que la también llamada
“Estafa Maestra” acabe de hundir al hoy encarcelado exgobernador de Veracruz
JAVIER DUARTE DE OCHOA.
Sobre este tema, mire usted…
A pesar de la colección tan amplia de señalamientos
que pesan sobre DUARTE, el postrer regalo que le dejó su amigo PEÑA NIETO, fue
una sentencia mediocre de 9 años, por solo dos delitos, lavado de dinero y
asociación delictuosa.
Ello, aunque sus paisanos lo consideren el mandatario
más voraz que se recuerde en la historia moderna de Veracruz.
Y también a pesar de que medios regionales y
nacionales le reclaman por los 17 asesinatos de periodistas cometidos durante
su gobierno, en tierras jarochas y también en la Ciudad de México.
Tratándose de un hombre nacido en 1973 (el próximo 19
de septiembre cumplirá 46 años) dicho remedo de castigo abre la posibilidad franca
de que pueda salir a los 50 años, con la típica reducción de pena “por buena
conducta” (aunque su comportamiento anterior haya sido deleznable).
Hoy día está disponible en formato de libro la
premiada investigación del portal ANIMAL POLÍTICO que con el nombre de “La
Estafa Maestra” publicaron el 5 de septiembre de 2017 los reporteros NAYELI
ROLDÁN, MANUEL URESTE y MIRIAM CASTILLO (“La Estafa Maestra, graduados en desaparecer
dinero público”, Editorial Temas de hoy).
En cuanto a las travesuras de JAVIDU dentro y fuera de
su estado, bajo el sello de Editorial Planeta circula otro libro del reportero
ARTURO ANGEL MENDIETA con el título de “Duarte, el priísta perfecto.”
Texto que como muchos, empezó siendo reportaje
periodístico sobre las empresas fantasmas en Veracruz.
En ambos asuntos cabe poner atención a los expedientes
porque la justicia mexicana (aún cuando se aplica) suele actuar en forma algo
chapucera, rabona.
No necesariamente investiga ni (mucho menos) castiga
la totalidad de los atracos atribuidos a políticos y funcionarios.
Casi por regla, la investigación periodística suele
llegar bastante más lejos que la pesquisa ministerial.
Esta última parece trabajar siguiendo la ley del
mínimo esfuerzo, el botón de muestra.
Es así que la autoridad documenta nada más lo
suficiente para dar soporte al arresto y el consabido show mediático.
El resto queda suelto (o mal amarrado) acaso por
descuido o bien como materia de negociación bajo manga en el mediano plazo.
Similar sería la telenovela del exmandatario
quintanarroense ROBERTO BORGE, preso desde hace un par de años por lavado de
dinero.
Los delitos que le atribuyen están muy por debajo de
las denuncias vistas y leídas en medios.
Ciertamente, sus secuaces andan a salto de mata, algunas
de sus propiedades han sido embargadas, pero el proceso no avanza. Parecerían
apostarle a la desmemoria.
El común denominador de BORGE, DUARTE, LOZOYA y ROSARIO
es que todos parecían estar operando para personajes de mayor peso.
Sus contemporáneos (por cierto) en el ejercicio del
mando, llámense superiores jerárquicos o jefes políticos, a quienes deban en
cada caso el cargo, el nombramiento, la postulación de los tres sectores.
De aquí la importancia de ROSARIO. La posibilidad de esquivar
con éxito una condena larga, embarrando a sus patrocinadores.
Aunque para ello la controvertida dama deba detener el
llanto, secar sus lágrimas y ensayar su canto.
Incluyendo, tal vez, alguna clase de solfeo, para que entonación,
vocalización y dicción aporten tersura y (con ello) credibilidad a sus palabras.
Así podría trasladar el mayor peso de la culpa a los autores
intelectuales, los verdaderos jefes.
Eso y un volumen macizo de datos duros, fiables, documentados.
El qué, el quién, el cómo y el dónde, en dichos ríos
de dinero cuyo cauce parece diseñado como mecanismo de relojería, hacia bolsillos
muy concretos.
Por supuesto, el asunto se puede atorar, naufragar en
el burocratismo y devenir en parto de los montes.
En trances como este, el gobierno de la 4T habrá de enseñarnos
sus verdaderos alcances en el combate a la impunidad. Que lo demuestren de una buena
vez…
¿Son o no distintos a sus antecesores?