Cd.
Victoria, Tam. Lo comenté en esta
columna el lunes 22 de abril del año en curso. México es país de excepción en
el concierto latinoamericano, caso único donde jamás se ha llevado a juicio a
un Presidente.
Aunque esto merece una acotación. No creo que ello
obedezca a la presunta divinización del mandatario en turno, al que (siguiendo
un viejo arquetipo prehispánico) convertimos en gran Tlatoani, hombre-dios y
sumo sacerdote al que se venera y respeta por inercia.
Y para descreer de ello, baste recordar lo que ocurre
con la imagen de tan exquisitos señores en cuanto dejan el poder.
Pasan de adorados a malqueridos, odiados, aborrecidos
en cuestión de meses.
Y esto aplica lo mismo si hablamos de ECHEVERRÍA y
LÓPEZ PORTILLO, que del reformador en jefe CARLOS SALINAS y los divos de la
alternancia, FOX, CALDERÓN, hasta llegar a PEÑA NIETO.
Si en verdad fuera cierto que los endiosamos, el amor
duraría más allá del sexto año.
Dicen quienes han pasado por ello que el año más difícil
de un sexenio es el séptimo.
En efecto, es cuando DORIAN GRAY se queda sin espejo y
baja al sótano para fisgonear en su verdadero rostro. Las marcas del tiempo que
el artificio oculta.
Y mire usted, el retrato que OSCAR WILDE asignó al
personaje, no es precisamente amable.
Habrá que buscar entonces una explicación distinta a
la impunidad gozada, sin excepciones, por los presidentes mexicanos.
MÉXICO, RARA AVIS
Y el contraste lo vemos asomándonos al vecindario
latinoamericano. Al menos cinco expresidentes llevados ante la justicia en Perú
(FUJIMORI, GARCÍA, TOLEDO, KUCZYNSKI, OLLANTA), similares casos en Argentina
(MENEM, DE LA RUA, CRISTINA), Brasil (LULA, DILMA) y Guatemala (COLOM, PÉREZ
MOLINA), por citar algunos ejemplos.
En México les cambiamos la impunidad por una aparatosa
quema pública.
No les tocan un pelo, pero se les pone a merced del
oprobio popular.
Se les culpa de todos los males habidos en el poder,
se les ridiculiza con crueldad y saña, son carne de caricaturas, chistes,
apodos (hoy añadiríamos, memes).
Y tan se ha vuelto hábito dicho castigo simbólico, que
los mismos chistes alguna vez enderezados contra LUIS ECHEVERRÍA, décadas después
los escuchamos sobre VICENTE FOX y luego PEÑA.
Aunque seguimos sin hacerles pagar aquellas conductas
que fueron constitutivas de delito.
Y en esto la diferencia es muy marcada con el resto
del continente.
Se opta por el escarmiento simbólico.
Del cielo al infierno, seis años fueron querubines, al
día siguiente los medios dirán que son demonios. Ángeles caídos, apestados,
pero bastante lejos del ministerio público.
En México no pisan cárcel, ni siquiera preventiva, ni
prisión domiciliaria, por una ausencia de voluntad política formidable, inusual.
La cual no parece producto de reverencia autóctona
alguna, sino, más bien, de una tradición de complicidad transexenal fraguada por
generaciones.
Al propio ZEDILLO (quizás el más duro juez de su
antecesor) le tembló la mano para emprender acciones directas contra CARLOS SALINAS.
Se conformó con acosarlo desde los medios, convertirlo
en el espantajo favorito de los columnistas. Encarceló al hermano (RAUL) aunque
más allá no llegó.
El principal personaje de ese drama salió ileso.
A lo más que llegó CALDERÓN con FOX fue a auditarle
sus fundaciones (Vamos México y Centro Fox) pero el expediente quedó abierto,
jamás culminaron la investigación.
Y bueno, para sorpresa de muchos priístas, el gabinete
de seguridad de CALDERÓN (GARCÍA LUNA, MARISELA, GALVAN) que tanta guerra le
dio al partido tricolor, jamás fue molestado ni con el pétalo de una
comparecencia durante el sexenio de PEÑA.
EL METADISCURSO
Por todo ello, cabe pensar que además de los procesos
sucesorios que son visibles, tienen nombres y apellidos, hay correas ocultas en
la transmisión de mandos, acaso más poderosas porque determinan afinidad de
intereses, aún entre partidos distintos.
Cabría entonces preguntar si continúa vigente dicho
esquema de complicidades que ha perdurado por décadas, prácticamente desde que
la revolución se bajó del caballo. ¿O viene algo nuevo?
El presidente LÓPEZ OBRADOR aterrizó en Palacio
Nacional con un doble mensaje, la lucha anticorrupción y el perdón, la
misericordia, su diagnóstico de que los arrestos espectaculares de personajes
públicos son solamente circo y no resuelven de fondo el problema.
Las acusaciones contra PEÑA NIETO sobre un gigantesco
fraude en la compra de una empresa fertilizante son gravísimas.
También las implicaciones del caso ODEBRECHT y la
llamada “Estafa Maestra”, donde también sale bailando el excandidato del PRI a
la Presidencia PEPE TOÑO MEADE.
Mientras ello se decide, el expresidente baila al
ritmo de los “Ángeles Azules”, con su flamante pareja, la modelo TANIA RUIZ
EICHLEMANN, una barbie potosina, treintañera, hermosa, muy quitados de la pena
ambos. Los ojos del país están en ellos.