Cd.
Victoria, Tam.- Coincidencia
casual o línea del alto mando, el caso es que la comparación entre el cambio de
estafeta de 2006 y el de 2012 estuvo en boca de los principales cronistas nacionales,
de manera reiterada y contundente.
En efecto, cualquier
irregularidad observada este sábado palidece ante el recuerdo de lo que ocurrió
en la toma de posesión de FELIPE CALDERÓN.
Verdadero hito en
la historia de las democracias contemporáneas, aquel 1 de diciembre del 2006
CALDERÓN hubo de entrar por la puerta trasera (algunos dicen que encajuelado) a
horas tempranas, para burlar el cerco y consumar la ceremonia. Mandato para el
cuál FELIPE juró brevemente, antes de salir a toda prisa.
Hoy se insiste en
que las circunstancias cambiaron pues PEÑA NIETO entró con menor dificultad a
San Lázaro, asumió el poder con holgura y hasta pudo darse el lujo de salir por
la puerta principal (y no la de servicio, como CALDERÓN).
Y el mexiquense lo
hizo con la suficiente seguridad, que hasta pudo despedirse de cada legislador
e invitado, para luego atravesar el lobby de la sede legislativa y abordar el
vehículo que lo llevaría a Palacio Nacional.
Desde luego, la
asunción del priísta estuvo muy por debajo de los parámetros considerados
normales en las democracias avanzadas.
Afuera hubo
disturbios, choques de policías y manifestantes, bombas molotov, gases
lacrimógenos, balas de hule y barricadas.
Las protestas luego
se extendieron por calles aledañas, hubo daño de comercios, bancos y a las
propias instalaciones de la Alameda central cuya remodelación fue el orgullo
del jefe de gobierno capitalino MARCELO EBRARD semanas atrás.
Ni es ni puede ser aceptable,
deseable, el que un presidente se dirija al foro bajo una lluvia de billetes
falsos que le arrojaban los miembros del perredismo más recalcitrante, para decirle
con ello que su elección fue “comprada”.
Aún así, los
cronistas aciertan al recordar que no existe punto de comparación con lo ocurrido
hace seis años cuando FELIPE CALDERÓN juró protesta de manera casi furtiva, mientras
un estrépito ensordecedor sacudía al salón de sesiones.
Un detalle
secundario también recordado por los amantes de las referencias felices es que FELIPE
jamás regresaría a Palacio Legislativo durante los seis años de gobierno, ni
siquiera en ocasión de sus informes de labores.
No lo dejaron
pasar. A lo más que llegó fue a entregar el documento en las puertas de San
Lázaro para regresarse luego por donde vino.
Asistió únicamente
el primero de diciembre de 2006 al asumir su responsabilidad y luego seis años
después para entregar el mando.
También se insiste
en que tanto CALDERÓN como FOX eligieron un centro de espectáculos (el
Auditorio Nacional) como escenario de su discurso inaugural, mientras que PEÑA
NIETO lo hizo en Palacio Nacional. La diferencia, pues, cobra dimensiones históricas.
El propio FELIPE
confesaría después su temor real a que los legisladores de izquierda no lo
dejasen llegar, con lo cuál se hubiese desatado una crisis constitucional.
Este 2012, el nuevo
gobierno priísta se aseguró de que hubiese paso franco al recinto, por donde
salió y entró no solo el Presidente sino su gabinete en pleno, gobernadores e
invitados.
En fin, el cambio
de estafeta es tema que da para toda la semana.
ZIGZAG
*** MÉDICO victorense, endocrinólogo, el
exdirector del Hospital General ALEJANDRO TIRADO SALDIVAR ha sido tocado por
las veleidades de una infausta lucha testamentaria de la cuál resulta ajeno. ***
NADIE está exento en esta vida de verse afectado de esta manera, sin deberla ni
temerla, por caprichos del destino. *** DESDE luego, es lamentable que alguien
con su trayectoria, honorabilidad y reconocido nivel profesional esté siendo
mezclado en asuntos de dicha estofa. *** INCOMODIDAD, no obstante, pasajera. ***
NADA que puedan decir ahora modificará el respeto que ALEJANDRO se ha ganado en
toda una vida de ejercicio profesional donde principalmente destaca, su invariable
vocación de servicio. ***