Cd.
Victoria, Tam.- El vocablo es
francés y significa “gente de armas” (gens d'armes). Dice JULIO CASARES en su
Diccionario Ideológico de la Lengua Española que la palabra gendarme define al
militar destinado a ejercer funciones de guardia civil.
Las
interpretaciones varían en cuanto a los motivos que habría tenido el Presidente
ENRIQUE PEÑA NIETO para proponer desde su campaña la creación de una
“Gendarmería Nacional”.
Algunas fuentes
atribuyen la idea a su asesor colombiano ÓSCAR NARANJO quien a su vez se habría
inspirado en la experiencia de corporaciones como los Carabineros en Chile, la
Guardia Civil española y (por supuesto) la Policía Nacional de Francia.
Por ahí en algún
momento de su campaña doña JOSEFINA VAZQUEZ MOTA llegó a sugerir con toda la
emoción que le era posible la instauración de una policía nacional con
disciplina militar.
Lo supiera o no, la
excandidata panista estaba describiendo a los gendarmes.
La noticia es que
PEÑA NIETO acaba de solicitar a la Cámara de Diputados la aprobación de una
partida por mil 500 millones de pesos para crear la Gendarmería Nacional, cuya
función principalísima sería el combate a la delincuencia organizada.
La cuál, el propio
Presidente define como “una corporación de control territorial y con
características de fuerza intermedia que salvaguarde la soberanía nacional y
garantice el Estado de Derecho en todo el país”.
Control
territorial, ojo con esto. En aquel año aciago del 2010, si algo añorábamos los
tamaulipecos era precisamente la cobertura regional y local, la presencia de
autoridad policial o castrense que se hiciera cargo y respondiera por la
seguridad de la población en territorios específicos.
Con distintos
uniformes, hoy vemos en Tamaulipas a muchos gendarmes, gentes de armas,
efectivos militares, realizando la función de salvaguarda ciudadana.
El proyecto de PEÑA
NIETO sería extender la medida a toda la República. Su nueva corporación
estaría formada por alrededor de 40 mil elementos, lo cuál se complementaría
con la meta de expandir a por lo menos 35 mil los efectivos de la policía
federal.
En su proyecto
presupuestal, el jefe de la nación habla explícitamente de “implementar una
estrategia a fin de reducir la violencia, focalizada en las zonas y los municipios
con mayor índice delictivo, menor presencia del Estado y cercanas a las rutas
del narcotráfico”.
Ora pues. Me
detengo de nueva cuenta en tres conceptos: focalización, regiones y municipios.
¡El gran clamor
nacional va en ese sentido!
Pienso hoy en un
presidente bien intencionado pero sensiblemente alterado en su percepción del
mundo como lo fue FELIPE CALDERÓN HINOJOSA.
Acosado por sus
impugnadores, CALDERÓN asume el poder en 2006 con un fuerte tufo a
ilegitimidad. Le gritaban “espurio” a donde quiera que iba.
Ridiculizado por
los caricaturistas, aquejado por la duda en torno a la legalidad de su mandato,
el hombre se inclina por una opción “pantalonuda”, muy afín a su formación
conservadora: demostrarle al país “quien manda” y enfrentar a los capos más
poderosos, ir por ellos.
Y así fue, uno tras
otro fueron cayendo, unos muertos, otros en prisión, algunos más con destino a
la extradición.
Cacería mayor la
suya: leones, tigres, rinocerontes, elefantes, muy útiles para publicitar su
imagen junto al ejemplar caído, pero que en nada mejoraron las cosas.
La tragedia de
FELIPE es que el trasiego de droga de México hacia Estados Unidos no disminuyó
un ápice. Tampoco el terror de la gente pacífica, pesadilla que, por el
contrario, se exacerbó.
Alguien tenía que
haberle dicho desde un principio que el apremio mexicano se debía al acoso de
otras especies menores que infestaron vecindarios, calles, carreteras y caminos
rurales. Cuando reaccionó ya era demasiado tarde.
Zigzag
*** IMAGEN de este
fin de semana. *** LA FEROCIDAD en el rostro del boxeador capitalino JUAN
MANUEL MÁRQUEZ al momento de lanzar el golpe definitivo, descomunal, a su
contrincante filipino MANNY PACQUIAO. *** MIRADA y puño. ***