Cd.
Victoria, Tam.- Ciertamente, la principal ventaja de toda narrativa
dualista, maniquea, es su gran utilidad didáctica. Simplifica, reduce y
facilita mucho la exposición, sin importar que tan cierta pueda o quiera ser.
Así
son las fábulas infantiles desde los tiempos de ESOPO hasta los más cercanos
relatos de LA FONTAINE, SAMANIEGO y TOMÁS DE IRIARTE. Hay buenos, hay malos y
de su interacción llegamos a un desenlace que invariablemente aporta una
moraleja, la enseñanza edificante.
Pero no debiera sorprendernos, las parábolas evangélicas son así. En pocas líneas y con gran eficacia plantean la anécdota y todo fluye de manera regular hasta rematar en una lección de vida.
A los mexicanos nos es muy familiar no solo por el trasfondo cristiano, también porque así fueron concebidos nuestros libros de texto gratuitos en la enseñanza de la historia patria.
Episodios cortos de dudosa veracidad, a menudo citables con solo recordar un nombre o (incluso) una frase del personaje, de esas que llegaron para adornar alguna pared o discurso.
Los valientes no asesinan, va mi espada en prenda y voy por ella, ¿Estoy acaso en un lecho de rosas?, si hubiera parque no estaría usted aquí, la patria es primero, entre los individuos como entre las naciones, mejor morir de pie que vivir de rodillas.
¿Cuánta verdad reside en nuestras liturgias cívicas?, usted no se fije, lo importante es que norman conductas, simplifican el entendimiento, orientan la marcha de las colectividades y nutren de colorido al discurso oficial.
Quizás pensamos que la doble celebración del 2010 (centenario y bicentenario) nos habría vacunado contra la deificación de los héroes, dejando por saldo positivo la voluntad de bajarlos de su pedestal para tomar distancia de la llamada “historia de bronce”.
Pero poco cambió la narrativa gubernamental. En la mañanera de cada día seguimos escuchando alusiones a la mitología cívica del siglo pasado y del antepasado, con el mismo fervor religioso.
RELATORÍA BIPOLAR
Evoco todo esto mientras veo el manejo que la autoridad nacional le está dando a dos casos tan diferentes, nacidos de circunstancias por completo ajenas entre sí, como es la absolución de ROSARIO ROBLES BERLANGA y el amparo otorgado al exgobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.
En la visión de AMLO, los dos temas tienen que ver con una mujer a la que odia, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ, al decir (entre otros desplantes) que desde su llegada al cargo los jueces “favorecen con sus fallos a presuntos delincuentes”.
Peligrosa manera de interpretar las cosas. Encontrar nexos causales dónde no los hay resulta propio del pensamiento dualista, esencialmente conspirativo.
Esa pirueta mental que concentra la pluralidad de criterios en un solo bando para facilitar la condena moral y su respectiva inserción en el imaginario colectivo.
A la señora ROBLES BERLANGA un juez de control de nombre ROBERTO OMAR PAREDES, adscrito al Reclusorio Sur, le sobreseyó las acusaciones en su contra, dice el reporte, “con efectos de sentencia absolutoria”.
Ojo al calendario. El caso avanzó de manera gradual pero efectiva desde el arresto de ROBLES (13 de agosto de 2019) y durante los tres años de gestión del ministro presidente ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA en la SCJN (2019-2022).
Las fechas importan, ROSARIO ya estaba en su casa cuando NORMA LUCÍA llegó a la presidencia de la Suprema Corte, el 2 de enero pasado. El sobreseimiento del juez PAREDES fue tan solo una consecuencia lógica del largo trabajo previo.
Caso muy diferente el del exgobernador tamaulipeco. No fue absolución sino amparo y le fue obsequiado por el juez octavo de distrito en Tamaulipas, FAUSTINO GUTIÉRREZ PÉREZ.
De sobra conocido y por muchos años experto en “desfacer entuertos”, botar candados y limpiar de obstáculos el camino de sus viejos amigos, los hermanos CABEZA, clientes regulares, por supuesto siempre agradecidos.
VAYA REVOLTIJO
Mezclar estas historias dentro de una misma teoría conspirativa es por demás artificioso. Y, peor todavía, al vincularlas de manera forzada con el relevo en la Corte, AMLO les otorga un cariz politiquero que eventualmente beneficiaría al exmandatario tamaulipeco.
Nada que ver las tropelías del señor CABEZA con el caso ROBLES ni con la gestión de la ministra presidenta NORMA LUCÍA PIÑA. Partidizar el asunto le lava la cara al exmandatario.
Lo vuelve mártir y le permite vender simpatías (mire usted) entre quienes marcharon el domingo pasado contra el “Plan B” del INE. Cuestión de ver los argumentos perversos de su amigazo JAVIER LOZANO ALARCÓN desde su cuenta de #Twitter y en los programas de ALAZRAKI.
Tan innecesaria mezcolanza les pone el balón para que anoten. Si algo conviene a los defensores de CABEZA es amarrar su caso con la insurrección ciudadana por el asunto del INE.
Vaya falsedad, el caso tiene sustancia jurídica propia y por completo ajena, tanto al tema de ROBLES, como a las malquerencias de AMLO contra la doctora PIÑA.
El saqueo del erario en Tamaulipas es absolutamente real, como objetiva ha sido la denuncia del gobierno americanista por desvíos superiores a los dos mil 500 millones de pesos, tan solo en tres dependencias.
Faltante grave que puede llegar a mucho más cuando se tenga el arqueo completo, la auditoría definitiva, con FRANCISCO JAVIER como responsable principal.
Sus fechorías no cambian con un amparo, pero la percepción social puede tergiversarse en beneficio del reynosense, sobre todo si AMLO insiste en que la doctora PIÑA está detrás del asunto. Abre la puerta para que los jilgueros de CABEZA le otorguen un perfil heroico que ni lejanamente tiene.
Pero no debiera sorprendernos, las parábolas evangélicas son así. En pocas líneas y con gran eficacia plantean la anécdota y todo fluye de manera regular hasta rematar en una lección de vida.
A los mexicanos nos es muy familiar no solo por el trasfondo cristiano, también porque así fueron concebidos nuestros libros de texto gratuitos en la enseñanza de la historia patria.
Episodios cortos de dudosa veracidad, a menudo citables con solo recordar un nombre o (incluso) una frase del personaje, de esas que llegaron para adornar alguna pared o discurso.
Los valientes no asesinan, va mi espada en prenda y voy por ella, ¿Estoy acaso en un lecho de rosas?, si hubiera parque no estaría usted aquí, la patria es primero, entre los individuos como entre las naciones, mejor morir de pie que vivir de rodillas.
¿Cuánta verdad reside en nuestras liturgias cívicas?, usted no se fije, lo importante es que norman conductas, simplifican el entendimiento, orientan la marcha de las colectividades y nutren de colorido al discurso oficial.
Quizás pensamos que la doble celebración del 2010 (centenario y bicentenario) nos habría vacunado contra la deificación de los héroes, dejando por saldo positivo la voluntad de bajarlos de su pedestal para tomar distancia de la llamada “historia de bronce”.
Pero poco cambió la narrativa gubernamental. En la mañanera de cada día seguimos escuchando alusiones a la mitología cívica del siglo pasado y del antepasado, con el mismo fervor religioso.
RELATORÍA BIPOLAR
Evoco todo esto mientras veo el manejo que la autoridad nacional le está dando a dos casos tan diferentes, nacidos de circunstancias por completo ajenas entre sí, como es la absolución de ROSARIO ROBLES BERLANGA y el amparo otorgado al exgobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.
En la visión de AMLO, los dos temas tienen que ver con una mujer a la que odia, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ, al decir (entre otros desplantes) que desde su llegada al cargo los jueces “favorecen con sus fallos a presuntos delincuentes”.
Peligrosa manera de interpretar las cosas. Encontrar nexos causales dónde no los hay resulta propio del pensamiento dualista, esencialmente conspirativo.
Esa pirueta mental que concentra la pluralidad de criterios en un solo bando para facilitar la condena moral y su respectiva inserción en el imaginario colectivo.
A la señora ROBLES BERLANGA un juez de control de nombre ROBERTO OMAR PAREDES, adscrito al Reclusorio Sur, le sobreseyó las acusaciones en su contra, dice el reporte, “con efectos de sentencia absolutoria”.
Ojo al calendario. El caso avanzó de manera gradual pero efectiva desde el arresto de ROBLES (13 de agosto de 2019) y durante los tres años de gestión del ministro presidente ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA en la SCJN (2019-2022).
Las fechas importan, ROSARIO ya estaba en su casa cuando NORMA LUCÍA llegó a la presidencia de la Suprema Corte, el 2 de enero pasado. El sobreseimiento del juez PAREDES fue tan solo una consecuencia lógica del largo trabajo previo.
Caso muy diferente el del exgobernador tamaulipeco. No fue absolución sino amparo y le fue obsequiado por el juez octavo de distrito en Tamaulipas, FAUSTINO GUTIÉRREZ PÉREZ.
De sobra conocido y por muchos años experto en “desfacer entuertos”, botar candados y limpiar de obstáculos el camino de sus viejos amigos, los hermanos CABEZA, clientes regulares, por supuesto siempre agradecidos.
VAYA REVOLTIJO
Mezclar estas historias dentro de una misma teoría conspirativa es por demás artificioso. Y, peor todavía, al vincularlas de manera forzada con el relevo en la Corte, AMLO les otorga un cariz politiquero que eventualmente beneficiaría al exmandatario tamaulipeco.
Nada que ver las tropelías del señor CABEZA con el caso ROBLES ni con la gestión de la ministra presidenta NORMA LUCÍA PIÑA. Partidizar el asunto le lava la cara al exmandatario.
Lo vuelve mártir y le permite vender simpatías (mire usted) entre quienes marcharon el domingo pasado contra el “Plan B” del INE. Cuestión de ver los argumentos perversos de su amigazo JAVIER LOZANO ALARCÓN desde su cuenta de #Twitter y en los programas de ALAZRAKI.
Tan innecesaria mezcolanza les pone el balón para que anoten. Si algo conviene a los defensores de CABEZA es amarrar su caso con la insurrección ciudadana por el asunto del INE.
Vaya falsedad, el caso tiene sustancia jurídica propia y por completo ajena, tanto al tema de ROBLES, como a las malquerencias de AMLO contra la doctora PIÑA.
El saqueo del erario en Tamaulipas es absolutamente real, como objetiva ha sido la denuncia del gobierno americanista por desvíos superiores a los dos mil 500 millones de pesos, tan solo en tres dependencias.
Faltante grave que puede llegar a mucho más cuando se tenga el arqueo completo, la auditoría definitiva, con FRANCISCO JAVIER como responsable principal.
Sus fechorías no cambian con un amparo, pero la percepción social puede tergiversarse en beneficio del reynosense, sobre todo si AMLO insiste en que la doctora PIÑA está detrás del asunto. Abre la puerta para que los jilgueros de CABEZA le otorguen un perfil heroico que ni lejanamente tiene.