Cd.
Victoria, Tam.- Diagnóstico riguroso expuesto de manera franca. No
había otra forma de abordar la coyuntura política de Tamaulipas más que
agarrando al toro por los cuernos. En este caso, la vaca.
No
había tiempo para tibiezas. Y aunque en la víspera ya sabíamos que el primer
informe vendría poblado de buenos propósitos, el mayor interés se centró desde
un principio en escuchar el recuento de males.
Entre otras razones porque el desastre administrativo heredado por el gobierno del señor CABEZA no le deja al doctor AMÉRICO otra alternativa que llevar hasta las últimas consecuencias lo mismo el diagnóstico que el tratamiento.
Y no están los tiempos para aspirinas, ungüentos o tecitos de yerbas. Tamaulipas se encuentra en cuidados intensivos, con una administración policontundida que pide a gritos cirugía mayor.
Los tres poderes de gobierno se observan infestados de malas prácticas políticas, ineficiencia, derroche, negocios cuantiosos a la sombra del poder.
Y esto que los medios hemos venido diciendo por meses, era no solo necesario sino además inaplazable que lo asumiera con la profundidad debida, el Jefe del Ejecutivo estatal.
Sin diagnóstico realista no hay cura posible. Es el principio de cualquier acción correctiva, el saber qué ocurrió y quienes son los responsables, área por área, a todos los niveles.
Y esto incluye también los horrores de la campaña gubernamental en la primera mitad del 2022. Muy sano que el gobernador lo haya aceptado desde su máxima tribuna, al referirse a la jornada electoral del 5 de junio pasado:
-“ Superamos toda clase de trampas, el uso ilegal y faccioso de los poderes del estado, que se abalanzaron en nuestra contra con el más escandaloso desvío de recursos para la compra de votos, un caudal inmenso de noticias falsas y la más violenta persecución política y judicial.”
Ojo
a los términos porque señalan una diversidad de marrullerías, inspirados todos
por la misma mala leche de quienes estuvieron a cargo de la estructura
gubernamental.
¿Uso ilegal y faccioso de los poderes?... Recuérdese la compra de diputadas locales, que se brincaron de bancada por el alegórico plato de lentejas.
¿Escandaloso desvío de recursos?... En efecto, identificadas están las dependencias educativas que fueron saqueadas no solo para la compra de voluntades al momento de la urna, sino también para sostener el cuantioso tren de gastos observado en la campaña del candidato oficial, CESAR VERÁSTEGUI OSTOS.
¿Caudal inmenso de noticias falsas?... Está también ubicado el origen de la guerra sucia que incluyó reiterados insultos contra la familia VILLARREAL SANTIAGO.
¿La más violenta persecución política y judicial?... Corporaciones de seguridad dispuestas para amedrentar a candidatos y votantes contrarios a la línea albiazul. Procedimientos jurídico-electorales que todavía un día antes de la toma de protesta (30 de septiembre) pugnaban por invalidar la elección.
INOCULTABLE DOLO
Ayer comenté por radio que sorprendió también el dolo, la disposición al daño deliberado que caracterizó al régimen saliente cuando se vieron perdidos, prácticamente desde mediados de las campañas.
El modificar leyes para reasignar organismos de seguridad pública a la fiscalía, contralada entonces (y todavía) por empleados del gobernador CABEZA DE VACA.
O el hecho de imponer trabas legaloides para que el nuevo gobierno pudiera remover a los gerentes de las COMAPAS, al establecer que para ello se requeriría la autorización mayoritaria del congreso.
Sin olvidar el daño en especie a la hacienda pública, oficinas donde desaparecieron computadoras, copiadoras, equipo de contabilidad, impresoras, televisores, cafeteras. Todo se llevaron.
Por primera vez en la historia moderna de Tamaulipas, fueron omisos en el deber institucional de la entrega-recepción. Salieron por la puerta de atrás.
En seguridad pública, un parque vehicular no solamente convertido en chatarra sino que (además) los vehículos mostraban huellas de haber sido desvalijados, desprovistos de todo aquello que tuviera algún valor, desde equipos de radiocomunicación hasta llantas.
Sería largo hablar aquí de hospitales pero todo indica que proveedores venales le impusieron su agenda al área de compras gubernamentales, con la venta de medicamentos cercanos a la obsolescencia o de plano caducos.
El panorama me hace recordar (lo escribí antes en este espacio y este miércoles en radio) aquella costumbre de los viejos ejércitos europeos en los tiempos del imperio romano.
Viéndose perdidos y obligados a replegarse, antes de emprender la retirada envenenaban el agua, quemaban los bosques, derribaban puentes, para dificultar el avance de sus adversarios.
Nada describe mejor la actitud mezquina y destructiva adoptada por CABEZA DE VACA en la derrota de su candidato y su partido, que representa también el fracaso suyo y de su gobierno. Más temprano que tarde tendrá que afrontar las consecuencias.
Entre otras razones porque el desastre administrativo heredado por el gobierno del señor CABEZA no le deja al doctor AMÉRICO otra alternativa que llevar hasta las últimas consecuencias lo mismo el diagnóstico que el tratamiento.
Y no están los tiempos para aspirinas, ungüentos o tecitos de yerbas. Tamaulipas se encuentra en cuidados intensivos, con una administración policontundida que pide a gritos cirugía mayor.
Los tres poderes de gobierno se observan infestados de malas prácticas políticas, ineficiencia, derroche, negocios cuantiosos a la sombra del poder.
Y esto que los medios hemos venido diciendo por meses, era no solo necesario sino además inaplazable que lo asumiera con la profundidad debida, el Jefe del Ejecutivo estatal.
Sin diagnóstico realista no hay cura posible. Es el principio de cualquier acción correctiva, el saber qué ocurrió y quienes son los responsables, área por área, a todos los niveles.
Y esto incluye también los horrores de la campaña gubernamental en la primera mitad del 2022. Muy sano que el gobernador lo haya aceptado desde su máxima tribuna, al referirse a la jornada electoral del 5 de junio pasado:
-“ Superamos toda clase de trampas, el uso ilegal y faccioso de los poderes del estado, que se abalanzaron en nuestra contra con el más escandaloso desvío de recursos para la compra de votos, un caudal inmenso de noticias falsas y la más violenta persecución política y judicial.”
¿Uso ilegal y faccioso de los poderes?... Recuérdese la compra de diputadas locales, que se brincaron de bancada por el alegórico plato de lentejas.
¿Escandaloso desvío de recursos?... En efecto, identificadas están las dependencias educativas que fueron saqueadas no solo para la compra de voluntades al momento de la urna, sino también para sostener el cuantioso tren de gastos observado en la campaña del candidato oficial, CESAR VERÁSTEGUI OSTOS.
¿Caudal inmenso de noticias falsas?... Está también ubicado el origen de la guerra sucia que incluyó reiterados insultos contra la familia VILLARREAL SANTIAGO.
¿La más violenta persecución política y judicial?... Corporaciones de seguridad dispuestas para amedrentar a candidatos y votantes contrarios a la línea albiazul. Procedimientos jurídico-electorales que todavía un día antes de la toma de protesta (30 de septiembre) pugnaban por invalidar la elección.
INOCULTABLE DOLO
Ayer comenté por radio que sorprendió también el dolo, la disposición al daño deliberado que caracterizó al régimen saliente cuando se vieron perdidos, prácticamente desde mediados de las campañas.
El modificar leyes para reasignar organismos de seguridad pública a la fiscalía, contralada entonces (y todavía) por empleados del gobernador CABEZA DE VACA.
O el hecho de imponer trabas legaloides para que el nuevo gobierno pudiera remover a los gerentes de las COMAPAS, al establecer que para ello se requeriría la autorización mayoritaria del congreso.
Sin olvidar el daño en especie a la hacienda pública, oficinas donde desaparecieron computadoras, copiadoras, equipo de contabilidad, impresoras, televisores, cafeteras. Todo se llevaron.
Por primera vez en la historia moderna de Tamaulipas, fueron omisos en el deber institucional de la entrega-recepción. Salieron por la puerta de atrás.
En seguridad pública, un parque vehicular no solamente convertido en chatarra sino que (además) los vehículos mostraban huellas de haber sido desvalijados, desprovistos de todo aquello que tuviera algún valor, desde equipos de radiocomunicación hasta llantas.
Sería largo hablar aquí de hospitales pero todo indica que proveedores venales le impusieron su agenda al área de compras gubernamentales, con la venta de medicamentos cercanos a la obsolescencia o de plano caducos.
El panorama me hace recordar (lo escribí antes en este espacio y este miércoles en radio) aquella costumbre de los viejos ejércitos europeos en los tiempos del imperio romano.
Viéndose perdidos y obligados a replegarse, antes de emprender la retirada envenenaban el agua, quemaban los bosques, derribaban puentes, para dificultar el avance de sus adversarios.
Nada describe mejor la actitud mezquina y destructiva adoptada por CABEZA DE VACA en la derrota de su candidato y su partido, que representa también el fracaso suyo y de su gobierno. Más temprano que tarde tendrá que afrontar las consecuencias.