lunes, 27 de julio de 2020

Justicia y reality show

Cd. Victoria.- Como tarea de investigación, el caso ODEBRECHT que hoy arrastra al exdirector de Pemex EMILIO LOZOYA AUSTIN, tiene un gemelo en México: la llamada “ESTAFA MAESTRA”, donde también se enlodó la cúpula de la administración anterior.
En ambos corrió mucho dinero que llenó los bolsillos a funcionarios identificados en los primeros niveles de gobierno, con la aquiescencia (se presume complicidad) del presidente ENRIQUE PEÑA NIETO.
Episodios paralelos, independientes, distintos, pero con interesantes elementos en común. Ambos quitan el sueño a personajes como LUIS VIDEGARAY CASO, JOSÉ ANTONIO MEADE, AURELIO NUÑO MAYER y varios más.
En la “ESTAFA MAESTRA”, las triangulaciones para lucrar con facturas fantasma involucraron a una decena de universidades, varias del sureste, algunas en Tabasco.
Centros de educación superior donde estarían bajo sospecha no solamente sus rectores, también quienes cumplían funciones en áreas como finanzas, administración y contraloría.
En el asunto de ODEBRECHT, la investigación a escala continental golpeó a México durante el segundo tercio del sexenio anterior, tras descubrirse en Brasil una operación multinacional de corrupción, sobornos y lavado de dinero.
Delincuencia de altos vuelos, caso exquisito en la criminalidad de cuello blanco, investigada y destapada por los medios entre los años 2014, 2015 y 2016.
El caso original se llamó (en portugués) “LAVA JATO”, lavado de autos, autolavado a presión, porque (mire usted) en la trastienda de esta clase de negocios se practicaba otro lavado más gordo, el de dinero, en varias ciudades de Brasil.
Es por eso que la Policía Federal carioca identificó dicha investigación con el nombre de “LAVA JATO”, que luego se extendería a diversos ramos de la industria y el gobierno de dicho país, con la constructora ODEBRECHT como epicentro de las operaciones.
Al paso de los meses, el escándalo se extendió por todo el continente y se supo que dicha transnacional habría repartido, al menos 788 millones de dólares en sobornos a políticos de 12 países.
Medios y redes mexicanos hoy se dan vuelo rescatando de sus archivos fotos del año 2015 donde aparece el presidente PEÑA NIETO, nada menos que con el entonces capitán de dicha empresa MARCELO ODEBRECHT.

RENGLÓN TORCIDO
Detalle clave: PEÑA NIETO no quiso proteger a gente suya, prefirió sacrificar a LOZOYA AUSTIN, aceptar su renuncia y abrir un expediente penal en su contra, permitiendo (eso sí) que huyera del país.
Igual había ocurrido con otros dos amiguísimos suyos: los exgobernadores de Veracruz y Quintana Roo, JAVIER DUARTE DE OCHOA y ROBERTO BORGE ANGULO. 
Escapistas ambos, hoy son reos con gruesos legajos de corrupción en su contra. La amistad de Palacio Nacional no les sirvió de mucho, ante un mandatario que jugó siempre para su santo. Su decisión fue clara y cabe en una consigna de carácter personal: salvarse él y nadie más.
Por ello, la ruptura previa de PEÑA con LOZOYA es lo que permite a la fiscalía obradorista invitar a este último como testigo protegido. No está obligado EMILIO a guardar silencio.
Nada tiene que agradecer a quien lo puso en Pemex, si recordamos que luego lo despidió y dispuso causa judicial en su contra. Ni de lejos podría su exjefe rogarle que mantuviera un silencio cómplice.
Máxime si el propio LOZOYA tiene bastante que ganar, tras despedir a su defensor (JAVIER COELLO TREJO), pactar su repatriación voluntaria desde España y mudarse a la trinchera obradorista.
Entre otras concesiones, que la autoridad deje de hostigar a su esposa, su madre y su hermana, presuntas copartícipes en la posesión de dineros cuantiosos y mal habidos.
Sabe demasiado, aunque la fiscalía actual (como sus antecesoras, las procuradurías) decidirá como reparte la cuota de responsabilidades entre la larga lista de involucrados, en función de conveniencias netamente políticas.
Es decir, (1) a quienes buscará meter a la cárcel, (2) a cuáles solamente castigará con la exhibición pública, haciéndolos comparecer, (3) qué otros serán nombrados en filtraciones para que la jauría de las redes se encargue de ellos, (4) sin olvidar, por supuesto a los personajes intocables.
¿En cuál categoría quedarían VIDEGARAY, MEADE y PEÑA, gobernadores, legisladores de ambas cámaras, dirigentes partidistas?...

JUSTICIA CHIQUITA
Y la advertencia es necesaria porque esto fue lo que vimos en la ESTAFA MAESTRA, investigación donde solamente fue castigada ROSARIO ROBLES, la extitular de SEDESOL y Desarrollo Rural, hoy en prisión.
La sospecha es que con su juicio y encarcelamiento, ANDRÉS MANUEL se cobró una vieja afrenta, cuando uno y otra eran perredistas y el escándalo de CARLOS AHUMADA (pareja sentimental de ROSARIO) amenazó con hundir al tabasqueño, siendo Jefe de Gobierno en la capital del país (2000-2006).
Década y media después, la causa penal contra la señora ROBLES ha sido tan personalizada, que no avanzó más allá. No hay más exfuncionarios consignados, ni federales ni universitarios.
Importa recordar que la ESTAFA MAESTRA había emergido de una investigación periodística realizada por el portal ANIMAL POLÍTICO, con el apoyo jurídico de la asociación civil “Mexicanos contra la Corrupción”, dirigida hasta la semana pasada por el magnate CLAUDIO X. GONZÁLEZ.
Quizás por esto último, AMLO tomó del caso solamente lo que le servía, la inculpación de ROSARIO. Lo demás no le interesó ni quiso hacerlo más grande, al provenir de un crítico sistemático de su gobierno como es el propio CLAUDIO, a quien detesta.
Por esto, ahora que acapara la atención el otro tema de la multinacional ODEBRECHT (y los sobornos de LOZOYA AUSTIN) acaso sea momento oportuno para preguntar qué tan lejos quiere llegar la fiscalía.
O si estamos ante un nuevo escándalo mediático, donde el baño de lodo será muy amplio, pero la justicia podría aplicarse de manera mañosa y selectiva.
Dicen que tienen videos inculpatorios. Que no hablen tanto, que los muestren. La opinión pública nacional tiene el pleno derecho de exigir su exhibición oportuna, completos y sin censura. Por lo menos.
Igual es menester que la investigación y sus correspondientes castigos lleguen hasta las últimas consecuencias, como un trabajo profesional de la justicia federal, sin solapamientos, ni excepciones.
En aras de la credibilidad, también es necesario que el propio ANDRÉS MANUEL deje de utilizar el escándalo para hacer propaganda desde las conferencias mañaneras.
Manos fuera del presidente en el proceso. Que no se abrogue facultades de juez ni dicte culpabilidades antes de tiempo. Que tampoco lo limite, que lo deje fluir.