Cd.
Victoria, Tam. Haciendo memoria, el
consulado norteamericano en Matamoros fue noticia importante en junio de 2017,
no solo por la salida de su titular ANGELA KERWIN sino, además, por la nueva
encomienda otorgada a esta diplomática de carrera.
Reubicación que significó un ascenso, al
convertirse en embajadora de su país ante Corea del Sur, en aquel momento
difícil, cuando la relación entre el gobierno de DONALD TRUMP se encontraba en
franca y preocupante confrontación con el gobierno de Corea del Norte, el que
preside KIM JONG-UN.
La señora KERWIN viajaría a Seúl, como
emisaria en jefe ante la flamante administración de MOON JAE-IN, quien apenas
en mayo de ese mismo año había jurado como duodécimo presidente de dicho estado
nacional, ubicado al sur del paralelo 38 y que suele adjetivarse como la “Corea
capitalista”, la democrática y pro-occidental.
Dos años había fungido ANGELA como
responsable del consulado matamorense, tocándole la tarea de poner la primera
piedra al nuevo edificio que hoy se construye sobre la avenida Álvaro Obregón,
en el predio donde hasta hace poco se encontraba el Hotel Residencial Best
Western (alguna vez Holiday Inn).
El inmueble fue comprado al empresario
matamorense EMIGDIO MANUEL GARCÍA, propietario también del restaurant García’s,
a quien se le atribuye un presunto compadrazgo con ARTURO, el “Negro”, DURAZO,
exjefe de la policía chilanga durante el lopezportillato.
Las nuevas instalaciones del gobierno estadounidense
reemplazarán al viejo edificio de la colonia Jardín, cuyas insuficiencias son de
sobra conocidas por el vecindario. Al menos, desde que la representación estadounidense
cerró un tramo de la calle Primera, para montar barricadas de concreto, alegando
razones de seguridad.
Cabe recordar que, desde 1999, el
Departamento de Estado norteamericano, a través de la Oficina de Inmuebles en
el Extranjero, ha edificado 129 nuevas instalaciones diplomáticas y tiene medio
centenar de obras, unas en construcción, otras en proyecto.
Se recordará que, en abril pasado, el
gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y la embajadora ROBERTA JACOBSON pusieron
en marcha el nuevo consulado de Nuevo Laredo, junto a su titular PHILLIP
LINDERMAN.
Para el caso de Matamoros, reportes de
la embajada calculan una inversión de 176 millones de dólares (3 mil 344
millones de pesos, al tipo de cambio actual) en un área de tres hectáreas, que
incluye edificio de oficinas y residencia para el Destacamento de Marines.
La obra estaría lista en mayo de 2019 y convertirá
al consulado de Matamoros en el más importante del país por su infraestructura
que ofrecería un servicio aún más amplio que el de Ciudad Juárez, que ya es
mucho decir.
En la referida ceremonia, un risueño lunes
18 de abril de 2016, además de ANGELA KERWIN, estuvieron presentes el gobernador
EGIDIO TORRE, la alcaldesa de Matamoros, LETY SALAZAR y el mayor (pronúnciese “meiyor”)
de Brownsville, Texas, TONY MARTÍNEZ.
Dato curioso, de las cuatro
personalidades arriba citadas, solamente el mayor MARTÍNEZ sigue en su chamba
de Brownsville. Los demás ya se fueron, se recordará que era año electoral.
Meses después, al entrante otoño, EGIDIO
sería reemplazado por CABEZA DE VACA en la jefatura de Ejecutivo estatal y LETICIA
entregaría el cargo a CHUCHÍN DE LA GARZA.
Al año siguiente, en julio de 2017, ANGELA
partiría rumbo a su misión coreana, dejando el consulado en manos de OTTO HANS
VAN MAERSSEN, también diplomático de carrera, texano, graduado en Ciencias
Políticas por la Universidad de Fordham y en derecho por la Universidad de
Texas en Austin.
Venía VAN MARSSEN de diversas misiones
en Asia y Europa (Kabul, Ginebra, Bagdad, París), habiendo fungido antes como
asesor de seguridad para el hemisferio occidental, nada menos que en Fort
Benning, Georgia.
Duró un año en Matamoros. Hace 10 días,
con fecha 20 de julio, anunció su retiro con una emotiva carta donde manifiesta
su agradecimiento a sus anfitriones mexicanos, tamaulipecos.
Con el título de “¡Hasta pronto
Tamaulipas!”, OTTO HANS dice que va a recordar entre sus momentos de felicidad,
su estancia en México, al que califica como “incomparable” a cualquier otro
país.
Aquí donde “el tequila y la cerveza
ayudan a los músicos de las calles a sonar como los más apasionados cantantes
del mundo.”
Ello, en “un país con retos”, donde “el
pueblo lucha para que se escuche su voz”, un México, dijo, “lleno de
maravillas, por el bien y el mal.”
Y al despedirse de lo que llama “mi
sueño mexicano”, el señor VAN MAERSSEN evoca entre sus vivencias el visitar una
réplica exacta de la Capilla Sixtina, desfilar montando a caballo; haber conocido
cárceles y dialogado con agentes policiacos.
También se lleva entre sus recuerdos el
compartir el pan con “cleros” (¿clérigos?), abogados y políticos, el
cristalizar programas de intercambio para estudiantes y profesionales,
conociendo además el talento de los artistas locales.
Y algo más difícil todavía, para un angloparlante
de apellido holandés: aprender a pronunciar la palabra “Guelaguetza”, tarea en
la que no pocos norteamericanos fracasan.
El caso es que, tras declarar su
agradecimiento “por haber conocido a algunas de las mejores personas en el
planeta”, OTTO HANS concluyó su misiva con un cálido “¡Viva México!”
Desde luego, tocará al entrante jefe
diplomático culminar el proyecto arquitectónico encaminado por KERWIN y VAN
MAERSSEN, pero el esfuerzo y el saludo quedan para la memoria.
Y permanecen, sin duda, entre otros desplantes de buena voluntad que caracterizaron a la gestión recién concluida de la embajadora ROBERTA JACOBSON, quien cubrió la etapa final de la era OBAMA hasta el actual segundo año de TRUMP.
Y permanecen, sin duda, entre otros desplantes de buena voluntad que caracterizaron a la gestión recién concluida de la embajadora ROBERTA JACOBSON, quien cubrió la etapa final de la era OBAMA hasta el actual segundo año de TRUMP.