lunes, 25 de junio de 2018

De aguaceros y basura


Cd. Victoria, Tam. Las inundaciones en Reynosa encontraron pronta respuesta en las autoridades municipales y del Estado. Hombres y maquinaria trabajando, iniciaron la limpia con la urgencia debida, logrando restablecer la actividad normal en gran parte de la zona afectada.
El propio gobernador CABEZA DE VACA recorrió las colonias involucradas, caminó por calles donde el nivel del agua se elevó por encima de las rodillas, junto al personal y equipo de Protección Civil, así como la siempre puntual asistencia de autoridades y efectivos militares.
Realizado el diagnóstico, se ordenaron y ejecutaron las acciones de salvaguarda y las medidas sanitarias correspondientes. Entre ellas, el auxilio a centenares de familias.
La preocupación fue también para las dependencias sanitarias en los tres niveles, ante el riesgo que representa la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos vectores, como dengue, zika y chikunguña.
Y bueno, una vez emprendida la operación rescate, observando el intenso trajinar de los trascabos en tareas de desazolve, pudimos apreciar imágenes aún más crudas que las del siniestro mismo.
La acumulación escandalosa de basura. Cantidad y variedad de desechos atorados en arroyos y drenes durante años de inacción gubernamental pero también de irresponsabilidad ciudadana.
Preocupa, en particular, la abundancia de materiales sintéticos que el consumidor adquiere, utiliza y desecha en lapsos de horas y hasta de minutos. Ello, aunque quizás tarden siglos en degradarse o (como el PET) no se degraden jamás.
Lo cuál nos remite a la otra cara de la moneda. La cultura del deshecho responsable, una de las asignaturas pendientes en materia de cuidado ambiental, en Tamaulipas y todo el país.
Nuevo paradigma cuya instauración definitiva exige (1) la participación activa del consumidor, (2) hace necesaria la reeducación de individuos, familias, comunidades, (3) involucra a la educación formal en escuelas y también (4) la informal, los medios. En suma, un cambio profundo en la mentalidad colectiva.
Los expertos en la materia a escala global opinan que la médula del asunto descansa, sobre todo, en el imperativo de impulsar una estricta ética industrial.
Mire usted, en pocas generaciones, a partir de que los fabricantes de bolsas y empaques abandonaron el uso de materiales biodegradables (papel, cartón, metal, vidrio, fibras naturales) para rendirse a la ductilidad y economía de los plásticos, la contaminación del subsuelo, cuencas hidrográficas, vasos lacustres y (finalmente) mares y océanos, se disparó.
De aquí las fotos que hoy dan vuelta al mundo donde nos muestran peces, aves, mamíferos acuáticos, muertos por asfixia tras ser atrapados por bolsas de supermercado. Pelícanos con restos de poliestireno en vías digestivas.
El año pasado fue confirmada la existencia de una “isla de basura” en el Océano Pacífico, que ocuparía un territorio equiparable, en tamaño, al de la República Mexicana.
Volviendo al plano estrictamente local, cualquier habitante de Ciudad Victoria que visite los parajes turísticos de Juan Capitán o Los Troncones sabe perfectamente a lo que me refiero.
En la Libertad, el Novillo o la Peregrina. Abandono, ineptitud, importamadrismo, existen muchas maneras de llamar a la degradación natural de origen humano.
Todavía hay quien se divierte dejando flotar botellas de cerveza en los cauces para jugar al tiro al blanco con ellas. Sin considerar que esos vidrios semienterrados en el fondo del río, significarán una amenaza para incontables generaciones de bañistas.
Hay razones, púes, para exhortar a los 43 nuevos ayuntamientos que están por arribar tras la elección del domingo en Tamaulipas, a que encaren de frente y sin mezquindades, un problema de primer orden como es el desecho y confinamiento inteligente de la basura.
Pudiera ser asunto también de legisladores. Un diagnóstico más amplio y detallado que disponga, en efecto, de sanciones más severas a quien dañe y contamine. Aunque también renovadas tareas de prevención, educación, cultura y su consecuente difusión.