Cd. Victoria, Tam.-
Aquel diciembre de 2010, en la cabina de XEGW, entrevisté junto con ADRIANA
HEREDIA a la directora de una asociación civil denominada Voluntad Contra el
Cáncer, NORMA ROBLES.
Por
esos días traían una campaña para allegarse recursos que no podía pasar
desapercibida para un consumidor habitual de azúcares como es el autor de esta
columna. Vendían barras de chocolate.
Compré la
caja entera, aunque luego, ante la perspectiva de que en pocos minutos fueran a
dar (todos) a mi estómago y el oportuno regaño de ADRIANA (“¡Te vas a
enfermar!”) opté por repartirlos entre locutores, oficinistas y directivos de
Organización Radiofónica Tamaulipeca, ORT, con el consabido “¡Feliz Navidad!”
Lejos
estaba entonces de imaginar que tres años después, en mayo de 2013, me vería
obligado a tocar esa puerta para enfrentar una emergencia familiar.
Aquella
tarde de espanto, oscura, lluviosa, cuando el cielo parece llorar con nosotros y
la noticia empieza apenas a ser digerida, un amigo extraordinario tecleó desde
su BlackBerry tres consejos que seguí al pié de la letra:
-“Échale
ganas, busca a BALBINA, busca a BILLY.”
Titular
del Hospital Infantil, CARLOS GUILLERMO (BILLY) MORRIS me explicó al día siguiente
los protocolos de validez internacional que se siguen para enfrentar el mal.
Con
BALBINA PASTOR y su marido CARLOS CASTILLO conocí las historias de éxito que
distinguen a Voluntad Contra el Cáncer, listado de triunfos que empezó en su
propio hogar.
-“Esto
tiene cura”, me advirtió por la hebra el pediatra de mis hijas JESUS FLORES.
Se me
quedó también la metáfora empleada por otro doctor muy cercano, TOFFIC SALUM.
Enfrentar
el problema, me dijo…
-“Será como
caminar descalzo entre piedritas algunos años, pero luego te acostumbras.”
Entre
las muchas piedritas, incomodidades, el aprendizaje rápido de una cultura y un
lenguaje. Universo semántico poblado de catéteres, punciones, plaquetas,
glóbulos, transfusiones y demás.
Habíamos
visto de lejos a niñas y niños peloncitos haciendo antesala afuera del área
oncológica, en compañía de algún familiar.
Gente
que toma un autobús (a veces dos) para trasladarse desde los confines
tamaulipecos y recibir su terapia ambulatoria.
Observar
el valor con que enfrentan el desafío, en condiciones bastante más difíciles
que las nuestras, nos abrió los ojos.
Basta
de lamentos, pensamos:
-“Estamos
en la gloria”, dijimos…
Es
largo, interminable, el historial de logros que distingue a la agrupación hoy presidida
por un joven empresario de nombre MANUEL CORCUERA CANSECO.
Dan
mucho y sin distingos, con generosidad y cariño. Lo hacen todo el año, sin
parar, con un gusto y una determinación admirables.
Ayudan
y enseñan, pues los buenos resultados dependen en buena medida de conocimientos
y habilidades nuevas.
No
habría espacio aquí para reseñar la diversidad de acciones que emprenden en auxilio
de pacientes y familias. Su amplio abanico de servicios.
Invito
al lector a que los conozca, en su página:
Ocurrió
después que (en un día de “quimio” cualquiera) nos topamos en los pasillos del Hospital
Infantil con un equipo de TV Azteca enviado desde la capital mexicana,
coordinado localmente por ALFREDO WALLE.
Habría
un concurso de baile, decían, con una bolsa millonaria de premio y los
participantes representarían a causas altruistas.
¿Por
Tamaulipas?... Voluntad Contra el Cáncer.
Sorpresa,
ahí los vimos entrevistar a médicos, familiares y pacientes, entre estos
nuestra hija.
Al paso
de las semanas, la expectativa creció. Darle seguimiento frente a la pantalla
se convirtió en tema de todos, esperanza compartida en pos de la noticia que
Tamaulipas esperaba con fe.
Pues
bien, este sábado la causa naranja se cubrió de gloria tras vencer, etapa por
etapa, a rivales difíciles como Veracruz, Distrito Federal y Estado de México.
Hay
tanta gente a la cuál felicitar, honrar, reconocer.
En
especial a ustedes, BALBINA y CARLOS.