viernes, 30 de agosto de 2013

Informe enclaustrado


Cd. Victoria, Tam.- No, definitivamente no ha quedado resuelto el dilema nacional que se abrió abruptamente hace 25 años en torno a la naturaleza y sentido de los informes presidenciales.
Efectivamente, el primero de septiembre de 1988 (¡Un cuarto de siglo ya!) legisladores del naciente PRD encabezados por el senador PORFIRIO MUÑOZ LEDO protagonizaron la primera gran interpelación a un informe (el sexto de MIGUEL DE LA MADRID) en protesta por el presunto fraude registrado en la elección que daba por ganador a CARLOS SALINAS sobre el candidato de las izquierdas CUAUHTEMOC CÁRDENAS.
Apoyaba la revuelta (mire usted) buena parte de la bancada panista, en una LIV Legislatura donde se estrenaba como diputado un político novicio, oriundo de Guanajuato y de nombre VICENTE FOX, quien se haría famoso por las grandes orejas de cartón que solía lucir desde su curul, en franca burla a la anatomía del propio SALINAS.
La fecha marca un hito en la historia de San Lázaro. Después de ello nada sería igual.
Se perdió para siempre el llamado “Día del Presidente”, aquella liturgia imperial de aquiescencia unánime ante un jefe máximo que recorría las calles en auto descubierto, entre multitudes que lo vitoreaban bajo una lluvia de papel picado.
Se inauguraban nuevos tiempos donde el Estado Mayor tomaría el control de las transmisiones televisivas, cuidando en todo momento que el productor eligiera en su consola de mando las cámaras dirigidas a la tarima.
Igual restricción se operó en los micrófonos ambientales privilegiando aquellos que recogían de manera unidireccional la voz del estrado.
En uno y en otro caso se buscaba minimizar a ojos y oídos del televidente el estrépito de la protesta que habría de convertirse en costumbre en todos los informes de SALINAS y ZEDILLO.
Excepción esperanzadora, la toma de protesta de VICENTE FOX en diciembre del 2000, entre un ambiente inusualmente terso por la etapa de alternancia que entonces se abría.
No duró mucho la paz. Para el primer informe de FOX en 2001 retornó el vocinglerío aunque se cambiaron los papeles.
Aprendería VICENTE la diferencia entre ser borracho y cantinero, entre gritar abajo a todo pulmón y aguantar callado las mentadas de madre.
Para los legisladores del PRI representaría una experiencia nueva estrenarse como opositores y asumir el rol de impugnadores a toda garganta.
Para el PRD su papel en San Lázaro no cambió ni antes ni después de la alternancia y sigue igual en estos tiempos de restauración tricolor.
Ciertamente, en estos años se han experimentado algunos añadidos de corte aperturista como los discursos de “posicionamiento” que los líderes de las distintas bancadas debían leer en los momentos previos a la llegada del mandatario.
La iracundia no amainó. Al paso de los años, las interrupciones en un principio solemnes se diversificaron para derivar en un ambiente de carnaval, entre risotadas, sonidos escatológicos, cartelones, mantas, disfraces, silbatos y espanta suegras.
Por eso hoy, en la perspectiva del primer informe de ENRIQUE PEÑA NIETO, se diría que la polémica sigue tan vigente como hace dos décadas y media.
¿Qué función cumplen estos eventos y que alternativas hay, acaso más acordes con los el espíritu democrático?
La experiencia europea es la más socorrida por quienes han propuesto sustituir el monólogo del Ejecutivo por un evento interactivo donde el orador responda a los planteamientos de las bancadas.
En contrario, los puristas señalan que la jornada debe restringirse al ritual burocrático marcado por la Constitución. La entrega del documento escrito, en persona o mediante un tercero, eludiendo así toda confrontación.
Se deja para luego el mensaje político, este sí bajo pleno control del Ejecutivo, con derecho de admisión bajo custodia de la Guardia Presidencial.
Pues bien, esta vez la ceremonia tendrá lugar el lunes 2 de septiembre a las 10 de la mañana en la Residencia Oficial de Los Pinos y será transmitido en vivo por radio y televisión.