Cd. Victoria, Tam.- La
primera pregunta que aflora tras leer la iniciativa de reforma en materia de
telecomunicaciones y radiodifusión es: ¿Cuánto de ello sobrevivirá a su paso
por ambas cámaras?
En verdad,
el paquete sería digno del mejor de los entusiasmos aún para los gustos más
exigentes que apenas el año pasado demandaban en calles y plazas la apertura de
los medios nacionales y una autoridad antimonopolios con verdaderas uñas y
dientes.
Habría razones
para echar las campanas al vuelo y hasta sonaría “demasiado bueno para ser
cierto”, como ayer mismo lo dijo en el programa radial de ARISTEGUI la diputada
perredista PURIFICACIÓN CARPINTEYRO, a la sazón secretaria de dos comisiones
legislativas estratégicas como son las de Comunicaciones y Radio y Televisión.
Pero,
tercos que somos, sabiendo que las cámaras son un filtro, insistimos en
encontrarle más pies a este gato:
¿Hasta
donde el partido del Presidente está tolerando que la iniciativa se presente
así, con demasiadas aristas y párrafos incómodos, a sabiendas de que todo es
negociable y que las partes controversiales o un tanto cuanto filosas puedan
ser limadas dentro del legislativo, ya lejos de la mirada pública?
Por eso
es necesario leer los detalles antes de echar las campanas al vuelo porque en
los detalles suele esconderse el diablo. Invito al lector a repasar la pregunta
que planteo en el primer párrafo de esta columna.
Digamos
que para la fotografía resulta harto conveniente la iniciativa “en greña” que
promete, por ejemplo, normar las gacetillas para que la publicidad pagada no se
disfrace de información, combatir a fondo los monopolios o garantizar el acceso
democrático a la banda ancha.
En el
esperado evento encabezado este lunes por el presidente ENRIQUE PEÑA NIETO
destacaron también avances como la licitación pública de dos nuevas cadenas televisivas
y la revisión de todos los títulos de concesión.
En este
aspecto, el Subsecretario de SCT JOSÉ IGNACIO PERALTA había adelantado al
diario LA JORNADA que dicha licitación abre la puerta a jugadores que llevan
años esperando participar en el mercado de la televisión abierta como TELMEX y MULTIVISIÓN,
pero estará vedada a empresas como TELEVISA y TELEVISIÓN AZTECA que ya tienen
presencia en dicho espectro.
Con un
poco de malicia cabría preguntar hasta donde los llamados “tele-diputados” deberán
trabajar horas extra ante ese detallito incluido en la iniciativa y que propone
permitir el 100% de inversión extranjera en TV abierta.
Lo cuál
debe traer algo preocupados a los chicos del duopolio pues no es lo mismo
avasallar a competidores de talla menor, muchos de ellos provincianos, que
enfrentar a las grandes cadenas internacionales, en particular, las
norteamericanas, verdaderos tiburones de este negocio.
Otro
detalle interesante (que ojala y sobreviva al tijeretazo legislativo) es la
inclusión del concepto conocido como “must carry” que permite a los
concesionarios de cable incluir en sus programaciones los canales de televisión
abierta.
Se dice
fácil, pero en los últimos tiempos empresas como TV AZTECA se han hecho las
remolonas en ese renglón. No le gusta mucho que los “cableros” programen sus
canales 7 y 13.
La
iniciativa de PEÑA NIETO establece que dichas empresas estarían obligadas a entregar
su programación de manera gratuita a las compañías de TV restringida, las de
cable y similares.
Necesario
es recordar que el “must carry” ya estaba en el texto original del “Pacto por
México” en diciembre pasado pero alguna manita no muy santa lo eliminó de última
hora.
Ahora reaparece
en la iniciativa de reforma de telecomunicaciones. Hagamos votos porque los
diablillos del Ajusco (o de Chapultepec 18) no lo echen abajo.
Se crea
asimismo el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL) con siete
comisionados designados en forma escalonada, a propuesta del Presidente, que
deberán votarse en el Senado y durarán siete años en el cargo, con posibilidad
de ser reelectos para otro periodo igual.