Cd. Victoria, Tam.-
Al escribir estas líneas, la renuncia de JOSEPH RATZINGER a la jefatura del
Estado Vaticano ya era nota de portada en la versión castellana de
L´Osservatore Romano, por Internet.
Significativo,
el ver sobresaltos entre los cardenales asistentes al consistorio apostólico
durante el anuncio de la dimisión. Literalmente, pegaron el brinco.
Que la
crema del purpurado, que esos poderosos hombres de mitra y capelo no estuviesen
enterados del caso abre la puerta a un sinfín de especulaciones.
La
crónica de L´Osservatore revela desde su primera línea el pasmo del momento:
-“Desconcierto,
sorpresa, estupor, conmoción”, enumera, para dibujar luego los rostros de
cardenales y prelados:
-“Las
miradas de todos se cruzaron, un leve rumor se alzó en la sala y la
estupefacción se transformó en disgusto.”
Consagrado
papa el 19 de abril del 2005, en los últimos años había crecido la especie de
que BENEDICTO renunciaría por motivos propios de la edad. Incapacidad mental,
cansancio físico, salud.
Ciertamente,
como bien recordó CARMEN ARISTEGUI, la especulación arreció en 2010 a partir de
una entrevista concedida al periodista alemán PETER SEEWALD donde RATZINGER
hizo un deslinde claro:
-“Si un
papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no puede
ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas circunstancias
también el deber de renunciar.”
Tres
años después, este lunes 11 de febrero, el tono de su carta de renuncia parece
una cabal continuación de las declaraciones vertidas a SEEWALD.
En sus
párrafos medulares, anuncia BENEDICTO:
-“He
llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para
ejercer adecuadamente el ministerio petrino.”
Por
ello, concluye…
-“Renuncio
al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro (…) de forma que, desde
el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San
Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene
competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.”
Tratándose
de un hombre de 85 años, no debiera sorprender su renuncia, salvo por el
carácter vitalicio del papado.
Todos
sus antecesores murieron en el cargo en los últimos 600 años. El último
pontífice que dimitió según se recuerde fue GREGORIO XII en 1415. De entonces
para acá los papas han gobernado hasta entregar su último aliento.
BENEDICTO
XVI marcará un hito en seis siglos pues asistirá a la coronación de su relevo,
como no lo hicieron JUAN PABLO II ni JUAN PABLO I ni PAULO VI ni JUAN XXIII ni
PIO XII, por mencionar algunos.
¡La
novedad es que esta vez el maestro RATZINGER estará en primera fila!
Bueno,
¿Quién suena para la sucesión?
Los
medios barajan nombres, aunque justo es recordar que en las cuatro últimas
sucesiones, los expertos fallaron palmariamente. Aún así, va una lista de 10
prospectos:
ANGELO
SCOLA (Italia, 71 años), CRISTOPH SCHOENBERG (Austria, 67 años), GIANFRANCO
RAVASI (Italia, 70 años), JOAO BRAZ DE AVIZ (Brasil, 65 años), ODILO PEDRO
SCHERER (Brasil, 63 años), LEONARDO SANDRI (Argentina, 69 años), LUIS ANTONIO
TAGLE (Filipinas, 55 años), MARC OULLENT (Canadá, 68 años), PETER TURKSON
(Ghana, 64 años) y TIMOTHY DOLAN (Estados Unidos, 62 años).
¿Y que
dice al respecto San MALAQUÍAS, el profeta de los papas?
MALAQUÍAS
de Armagh, arzobispo católico irlandés del siglo XI, profetizó que el próximo
papa sería el último y lo etiquetó con la clave "PETRUS ROMANUS".
¿A
quien le queda dicha clave?...
Bueno,
creo que encaja bien en el cardenal piamontés TARCISIO PIETRO BERTONE, nacido
en la localidad de Romano Canavese y quien hoy ostenta los estratégicos cargos
de Camarlengo y Secretario de Estado Vaticano.
Por si
usted no las vio, subrayo dos coincidencias:
(1) El
gentilicio que parece sugerir la palabra ROMANUS, con la localidad donde nació:
Romano Canavese.
(2) Su
segundo nombre PIETRO con el PETRUS usado en la clave.
¿Será
este el sucesor de RATZINGER?...