Cd.
Victoria, Tam.- Los primeros autos eléctricos que conocí fueron aquellos
prototipos presentados como animales raros en las ferias, allá por los años
ochenta. Tema de exposición, tarea de estudiantes tomando apuntes y fotógrafos
de prensa, entre rostros que iban de la sorpresa a la burla.
Tartanitas
feas, vehículos regordetes, pequeños, anteriores a los carros de golf,
presentados pomposamente como “los autos del futuro”. Duda y sonrisa incluidas.
En efecto no usaban gasolina, pero se asumían débiles en velocidad y con una limitadísima durabilidad de la carga, algunas decenas de kilómetros.
Muy apenas una promesa de plazo indefinido. Tendría que pasar mucha agua por el río antes de que esos esperpentos pudieran desafiar a sus parientes mayores de gasolina.
La noticia es que ese futuro que se veía borroso, inasible acaso, ya llegó, se concretó. Por supuesto, dejaron de ser unidades experimentales para constituirse en el nuevo paradigma asumido por la industria automotriz en su conjunto.
Ante el dilema de adaptarse o morir, todas las marcas del planeta le están entrando, norteamericanas, europeas y asiáticas. No solo la joven Tesla, también las tradicionales Chevrolet, Ford, Jeep, Renault, Volkswagen, Mercedes, Volvo, BMW, Kia, Toyota, Nissan y Honda, entre otras.
El tránsito del automotor de combustión interna al eléctrico se habrá de vivir por etapas. Con variantes en cada marca y país, el primer paso lo darán las agencias cuando dejen de vender modelos nuevos de gasolina y solo oferten mantenimiento y refacciones durante un plazo aproximado de 10 a 15 años.
En paralelo irá creciendo el mercado alterno de vehículos sin gasolina, lo cual representa un reto formidable para que las estaciones se conviertan en servicios mixtos que incluyan la carga eléctrica.
Se supone que este camino se alargaría hasta la segunda mitad del presente siglo 21, aunque los tiempos vienen adelantados, se están recortando muy rápido por la prisa de las armadoras y la llegada de gobiernos con posturas más visionarias.
En todo el mundo están dando el paso y tratarán de reducir lo más posible la incómoda transición en la que conviven modelos del viejo y el nuevo paradigma.
Cuestión de recordar, a manera de ilustración, las decisiones drásticas que debieron asumir los gobiernos para forzar un cambio de paradigma muy reciente. El de los televisores analógicos (de cinescopio y caja) a los digitales, las pantallas planas.
Hubo de orquestarse un apagón para los primeros, con apoyo y subsidio que facilitaría el salto, aún al consumidor más atrasado o limitado de recursos.
EL FUTURÓ LLEGÓ
En fin, las noticias recientes en nuestro entorno tamaulipeco y norestense tienen que ver con energía y tecnología. La llegada a Nuevo Laredo de la empresa suiza KÖNIGSBERG AUTOMOTIVE que estará fabricando piezas para autos eléctricos en 2024.
Y también el aterrizaje de TESLA en Santa Catarina, Nuevo León, aquí si con planes amplios de instalar toda una planta de ensamblaje para el mercado nacional y el internacional. Importa recordar que el magnate ELON MUSK estuvo en Monterrey en octubre pasado.
La meta general de MUSK es vender 20 millones de vehículos para 2030. En este reto, la capital reynera estaría quedando incorporada en los planes de expansión de TESLA con nuevas plantas en Austin, Berlín y Shanghái. El corredor eléctrico nuevoleonés ya observa la presencia de marcas como GENERAL MOTORS y KIA.
Al respecto importa subrayar el paulatino pero irreversible proceso de divorcio entre las economías de Estados Unidos y China, cuya rivalidad de mercado va en incremento.
La perspectiva es que se irán adelgazando los vínculos entre las grandes marcas industriales y sus proveedores de un lado y el otro del mundo, poniendo en riesgo las cadenas de suministro.
Oportunidad de oro para México cuyo lugar privilegiado dentro del vecindario norteamericano ubica al país como el receptor natural de este reacomodo en la industria global.
Se recuerda al respecto la anécdota que involucra al canciller KONRAD ADENAUER, artífice de la reconstrucción alemana después de la segunda guerra y precursor de la Unión Europea.
Cuando le preguntaron cuáles serían las condiciones ideales para que tuvieran éxito sus planes de relanzar su economía después del desastre bélico, comentó: “me gustaría tener un kilómetro de frontera con Estados Unidos.”
Cabe el comentario, Alemania no tiene (ni tendrá) ese kilómetro dorado y anhelado con el mercado más poderoso del planeta, pero México sí (3169 kilómetros) y Tamaulipas también (370, mire usted).
Oportunidad de oro para el joven gobierno del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA. Energías limpias y salto tecnológico. El cambio de prioridades deberá sentirse también, de manera clara y sustantiva, en los programas de gobierno que oferten los candidatos presidenciales para la elección próxima del 2024.
Y bueno, en razón del asueto navideño, esta columna dejará de publicarse el resto del presente diciembre para retornar el lunes 2 de enero, en medios, portales y redes.
Felices fiestas, feliz año, enhorabuena para todos.
En efecto no usaban gasolina, pero se asumían débiles en velocidad y con una limitadísima durabilidad de la carga, algunas decenas de kilómetros.
Muy apenas una promesa de plazo indefinido. Tendría que pasar mucha agua por el río antes de que esos esperpentos pudieran desafiar a sus parientes mayores de gasolina.
La noticia es que ese futuro que se veía borroso, inasible acaso, ya llegó, se concretó. Por supuesto, dejaron de ser unidades experimentales para constituirse en el nuevo paradigma asumido por la industria automotriz en su conjunto.
Ante el dilema de adaptarse o morir, todas las marcas del planeta le están entrando, norteamericanas, europeas y asiáticas. No solo la joven Tesla, también las tradicionales Chevrolet, Ford, Jeep, Renault, Volkswagen, Mercedes, Volvo, BMW, Kia, Toyota, Nissan y Honda, entre otras.
El tránsito del automotor de combustión interna al eléctrico se habrá de vivir por etapas. Con variantes en cada marca y país, el primer paso lo darán las agencias cuando dejen de vender modelos nuevos de gasolina y solo oferten mantenimiento y refacciones durante un plazo aproximado de 10 a 15 años.
En paralelo irá creciendo el mercado alterno de vehículos sin gasolina, lo cual representa un reto formidable para que las estaciones se conviertan en servicios mixtos que incluyan la carga eléctrica.
Se supone que este camino se alargaría hasta la segunda mitad del presente siglo 21, aunque los tiempos vienen adelantados, se están recortando muy rápido por la prisa de las armadoras y la llegada de gobiernos con posturas más visionarias.
En todo el mundo están dando el paso y tratarán de reducir lo más posible la incómoda transición en la que conviven modelos del viejo y el nuevo paradigma.
Cuestión de recordar, a manera de ilustración, las decisiones drásticas que debieron asumir los gobiernos para forzar un cambio de paradigma muy reciente. El de los televisores analógicos (de cinescopio y caja) a los digitales, las pantallas planas.
Hubo de orquestarse un apagón para los primeros, con apoyo y subsidio que facilitaría el salto, aún al consumidor más atrasado o limitado de recursos.
EL FUTURÓ LLEGÓ
En fin, las noticias recientes en nuestro entorno tamaulipeco y norestense tienen que ver con energía y tecnología. La llegada a Nuevo Laredo de la empresa suiza KÖNIGSBERG AUTOMOTIVE que estará fabricando piezas para autos eléctricos en 2024.
Y también el aterrizaje de TESLA en Santa Catarina, Nuevo León, aquí si con planes amplios de instalar toda una planta de ensamblaje para el mercado nacional y el internacional. Importa recordar que el magnate ELON MUSK estuvo en Monterrey en octubre pasado.
La meta general de MUSK es vender 20 millones de vehículos para 2030. En este reto, la capital reynera estaría quedando incorporada en los planes de expansión de TESLA con nuevas plantas en Austin, Berlín y Shanghái. El corredor eléctrico nuevoleonés ya observa la presencia de marcas como GENERAL MOTORS y KIA.
Al respecto importa subrayar el paulatino pero irreversible proceso de divorcio entre las economías de Estados Unidos y China, cuya rivalidad de mercado va en incremento.
La perspectiva es que se irán adelgazando los vínculos entre las grandes marcas industriales y sus proveedores de un lado y el otro del mundo, poniendo en riesgo las cadenas de suministro.
Oportunidad de oro para México cuyo lugar privilegiado dentro del vecindario norteamericano ubica al país como el receptor natural de este reacomodo en la industria global.
Se recuerda al respecto la anécdota que involucra al canciller KONRAD ADENAUER, artífice de la reconstrucción alemana después de la segunda guerra y precursor de la Unión Europea.
Cuando le preguntaron cuáles serían las condiciones ideales para que tuvieran éxito sus planes de relanzar su economía después del desastre bélico, comentó: “me gustaría tener un kilómetro de frontera con Estados Unidos.”
Cabe el comentario, Alemania no tiene (ni tendrá) ese kilómetro dorado y anhelado con el mercado más poderoso del planeta, pero México sí (3169 kilómetros) y Tamaulipas también (370, mire usted).
Oportunidad de oro para el joven gobierno del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA. Energías limpias y salto tecnológico. El cambio de prioridades deberá sentirse también, de manera clara y sustantiva, en los programas de gobierno que oferten los candidatos presidenciales para la elección próxima del 2024.
Y bueno, en razón del asueto navideño, esta columna dejará de publicarse el resto del presente diciembre para retornar el lunes 2 de enero, en medios, portales y redes.
Felices fiestas, feliz año, enhorabuena para todos.