Cd.
Victoria, Tam.- Túnel del tiempo. Quinto año de ENRIQUE PEÑA
NIETO, noviembre de 2017, diversas instancias del gobierno, centros patronales,
partidos, sindicatos, opinocracia nacional, discuten todos en torno a los
salarios mínimos ante la perspectiva del ajuste anual.
El
minisalario fijado entonces a la sazón de 80 pesos por día (2 mil 400
mensuales) luce todo el aspecto de un paciente grave, policontundido, agónico, al
que un grupo de doctores situados alrededor de su cama discuten acaloradamente
entre las opciones de recetar media aspirina, acaso tres cuartos de aspirina, quizás
la aspirina completa, tal vez más.
¿Subirlo a 85 pesos diarios?, mejor 90, tal vez 95. Alguno dijo 100 (¡vaya audacia!) pero gradualmente, añadía el interfecto, para tranquilizar a sus colegas.
Me ocupé del tema algunas veces en aquel bimestre final del 2017, imaginando cada opción… ¿5 pesos más, 10 pesos, 15?... una monedita, dos moneditas, tres moneditas más en la palma de la mano…
Al mes, las propuestas presentadas por líderes políticos y cúpulas empresariales, equivalían a cantidades igualmente ridículas como el cambiar de 2 mil 400 a 2 mil 550 en un caso. En otro a 2 mil 700, en uno más a 2850 y en el más alto llegaba a 3 mil. (¡Por mes!)
Para entonces había un referente poderoso. En aquel 2017, el análisis de un organismo oficial de estudios económicos como es el CONEVAL, había establecido que, en términos ideales, el salario mínimo de un trabajador tendría que ser (tome nota lector) de 11 mil 290 pesos mensuales, para así cumplir su promesa de cubrir el gasto básico del trabajador y su familia (casa, vestido, sustento).
Es decir 376 pesos al día. ¡Años luz por encima de los ajustes mezquinos discutidos por el peñismo con personajitos como el entonces jefe capitalino MIGUEL MANCERA, el por aquellos días secretario del Trabajo ALFONSO NAVARRETE PRIDA, el de Economía IDELFONSO GUAJARDO, el mandamás de COPARMEX, GUSTAVO DE HOYOS y el del Consejo Coordinador Empresarial, JUAN PABLO CASTAÑÓN!
En ellos precisamente pensé al imaginar al grupo de médicos embusteros situados en torno a un paciente agónico y argumentando con displicencia si recetaban un cuarto de aspirina, media aspirina o la aspirina completa.
La decisión final tomada por PEÑA NIETO y anunciada en aquel diciembre fue de 88 pesos, poquito más de media aspirina. Vi de pronto ese incremento de 8 pesitos en la palma de mi mano.
PRECIOS Y SALARIOS
Se discute con amplitud y cada quien cuenta la historia como mejor le conviene. ¿En qué momento se cargó el payaso a los salarios de este país?
Creo recordar los lejanos años ochenta cuando los caricaturistas incurrían de tiempo en tiempo en un lugar común, al ilustrar la carrera de salarios contra precios como la tortuga y la liebre, en ese orden.
Para ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR el mal llegó en 1988 con CARLOS SALINAS DE GORTARI, su antagonista clásico al que alguna vez etiquetó con el mote del “Innombrable”, como aquel personaje maligno de las películas LORD VOLDEMORT.
Pero no es el único diagnóstico. El ingeniero CUAUHTÉMOC CÁRDENAS SOLÓRZANO pensaba que la desviación del proyecto revolucionario empezó con el gobierno de MIGUEL DE LA MADRID, en 1982.
Aunque PORFIRIO MUÑOZ LEDO todavía nos remonta más atrás, 1979, tercer año del lopezportillismo, cuando el propio DE LA MADRID asciende a titular de Programación y Presupuesto (SPP) en sustitución de RICARDO GARCÍA SÁENZ, un abogado de centro izquierda que luego sería accionista de LA JORNADA.
El empoderamiento de MMH en SPP representó un verdadero umbral en la política económica, primer paso de los neoliberales en la jerarquía superior del Estado.
Con dicho cambio de mandos, la relación de precios y salarios empieza a modificarse sustantivamente en favor de los primeros y en detrimento grave de los segundos. La liebre deja muy atrás a la tortuga.
La historia posterior es de sobra conocida. En 1982, MMH brinca de SPP a la Presidencia de la República para luego heredar el poder a su principal discípulo CARLOS SALINAS en 1988 y este a ERNESTO ZEDILLO en 1994.
Insiste AMLO en que fueron 30 años de políticas neoliberales, haciendo la suma de cinco sexenios: SALINAS, ZEDILLO, FOX, CALDERÓN y PEÑA. No incluye, por cierto, a DE LA MADRID porque entonces ANDRÉS MANUEL era priísta, al igual que su paisano ENRIQUE GONZÁLEZ PEDRERO.
Para el ingeniero CÁRDENAS SOLÓRZANO fueron 36, incluyendo a MMH, pero no le toca un pelo a LÓPEZ PORTILLO porque con este presidente CUAUHTÉMOC fue senador y luego gobernador de Michoacán.
Fue PORFIRIO el más sincero. ¿En qué momento se empezó a perder la batalla?... Con el ascenso de MMH a SPP, en 1979, que PORFIRIO describió como un “golpe técnico” de las oligarquías económicas.
AJUSTE RECIENTE
Con tales antecedentes, la decisión de LÓPEZ OBRADOR en bien de recuperar el salario real (por encima de la inflación) marca una diferencia tajante, que contrasta de manera sustantiva con los últimos cinco regímenes previos, de SALINAS a PEÑA NIETO. O seis, si consideramos a DE LA MADRID.
Aunque igual nos podríamos remontar al año tercero de LÓPEZ PORTILLO, cuando el enfoque fondomonetarista se impuso en los espacios decisivos de la política económica nacional.
Sea cual sea el cálculo previo, lo cierto es que desde la llegada de AMLO (diciembre de 2018) el enfoque cambió. Partiendo de aquel minisalario de 88.36 pesos establecido en el último año de PEÑA NIETO, para el primer día de 2019 se instauró un aumento a 102.68 (16%).
Un año después, en 2020 subirá a 123.22 (20%), en 2021 a 141.20 (15%), en 2022 a 172.87 (22%) y para el primer día del 2023 será de 207.44 (20%).
Desde luego, estamos lejos todavía de los 376 pesos recomendados en 2017 por el CONEVAL, pero se camina en esa dirección
Cabe la pregunta de orden especulativo: ¿en dónde estarían los mínimos bajo una hipotética presidencia de PEPE TOÑO MEADE o RICARDO ANAYA CORTÉS?... dejo la respuesta al amable lector.
El hombre más rico de México, CARLOS SLIM, ha dicho algo muy sabio. Que los buenos salarios son más efectivos que los programas sociales, porque el aumento en el poder adquisitivo de los trabajadores es también bueno para el mercado interno.
En efecto, entre los muchos errores que se pueden encontrar en el gobierno obradorista, la política salarial destaca como uno de sus grandes aciertos.
Justo es recordar que la brutal caída del poder adquisitivo en las décadas finales del siglo 20 y los primeros años del siglo 21 ha corrido en paralelo al explosivo incremento de la criminalidad. Decía JOHN F. KENNEDY que los pobres desprecian la ley cuando la ley los trata como enemigos. Tal cual.
¿Subirlo a 85 pesos diarios?, mejor 90, tal vez 95. Alguno dijo 100 (¡vaya audacia!) pero gradualmente, añadía el interfecto, para tranquilizar a sus colegas.
Me ocupé del tema algunas veces en aquel bimestre final del 2017, imaginando cada opción… ¿5 pesos más, 10 pesos, 15?... una monedita, dos moneditas, tres moneditas más en la palma de la mano…
Al mes, las propuestas presentadas por líderes políticos y cúpulas empresariales, equivalían a cantidades igualmente ridículas como el cambiar de 2 mil 400 a 2 mil 550 en un caso. En otro a 2 mil 700, en uno más a 2850 y en el más alto llegaba a 3 mil. (¡Por mes!)
Para entonces había un referente poderoso. En aquel 2017, el análisis de un organismo oficial de estudios económicos como es el CONEVAL, había establecido que, en términos ideales, el salario mínimo de un trabajador tendría que ser (tome nota lector) de 11 mil 290 pesos mensuales, para así cumplir su promesa de cubrir el gasto básico del trabajador y su familia (casa, vestido, sustento).
Es decir 376 pesos al día. ¡Años luz por encima de los ajustes mezquinos discutidos por el peñismo con personajitos como el entonces jefe capitalino MIGUEL MANCERA, el por aquellos días secretario del Trabajo ALFONSO NAVARRETE PRIDA, el de Economía IDELFONSO GUAJARDO, el mandamás de COPARMEX, GUSTAVO DE HOYOS y el del Consejo Coordinador Empresarial, JUAN PABLO CASTAÑÓN!
En ellos precisamente pensé al imaginar al grupo de médicos embusteros situados en torno a un paciente agónico y argumentando con displicencia si recetaban un cuarto de aspirina, media aspirina o la aspirina completa.
La decisión final tomada por PEÑA NIETO y anunciada en aquel diciembre fue de 88 pesos, poquito más de media aspirina. Vi de pronto ese incremento de 8 pesitos en la palma de mi mano.
PRECIOS Y SALARIOS
Se discute con amplitud y cada quien cuenta la historia como mejor le conviene. ¿En qué momento se cargó el payaso a los salarios de este país?
Creo recordar los lejanos años ochenta cuando los caricaturistas incurrían de tiempo en tiempo en un lugar común, al ilustrar la carrera de salarios contra precios como la tortuga y la liebre, en ese orden.
Para ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR el mal llegó en 1988 con CARLOS SALINAS DE GORTARI, su antagonista clásico al que alguna vez etiquetó con el mote del “Innombrable”, como aquel personaje maligno de las películas LORD VOLDEMORT.
Pero no es el único diagnóstico. El ingeniero CUAUHTÉMOC CÁRDENAS SOLÓRZANO pensaba que la desviación del proyecto revolucionario empezó con el gobierno de MIGUEL DE LA MADRID, en 1982.
Aunque PORFIRIO MUÑOZ LEDO todavía nos remonta más atrás, 1979, tercer año del lopezportillismo, cuando el propio DE LA MADRID asciende a titular de Programación y Presupuesto (SPP) en sustitución de RICARDO GARCÍA SÁENZ, un abogado de centro izquierda que luego sería accionista de LA JORNADA.
El empoderamiento de MMH en SPP representó un verdadero umbral en la política económica, primer paso de los neoliberales en la jerarquía superior del Estado.
Con dicho cambio de mandos, la relación de precios y salarios empieza a modificarse sustantivamente en favor de los primeros y en detrimento grave de los segundos. La liebre deja muy atrás a la tortuga.
La historia posterior es de sobra conocida. En 1982, MMH brinca de SPP a la Presidencia de la República para luego heredar el poder a su principal discípulo CARLOS SALINAS en 1988 y este a ERNESTO ZEDILLO en 1994.
Insiste AMLO en que fueron 30 años de políticas neoliberales, haciendo la suma de cinco sexenios: SALINAS, ZEDILLO, FOX, CALDERÓN y PEÑA. No incluye, por cierto, a DE LA MADRID porque entonces ANDRÉS MANUEL era priísta, al igual que su paisano ENRIQUE GONZÁLEZ PEDRERO.
Para el ingeniero CÁRDENAS SOLÓRZANO fueron 36, incluyendo a MMH, pero no le toca un pelo a LÓPEZ PORTILLO porque con este presidente CUAUHTÉMOC fue senador y luego gobernador de Michoacán.
Fue PORFIRIO el más sincero. ¿En qué momento se empezó a perder la batalla?... Con el ascenso de MMH a SPP, en 1979, que PORFIRIO describió como un “golpe técnico” de las oligarquías económicas.
AJUSTE RECIENTE
Con tales antecedentes, la decisión de LÓPEZ OBRADOR en bien de recuperar el salario real (por encima de la inflación) marca una diferencia tajante, que contrasta de manera sustantiva con los últimos cinco regímenes previos, de SALINAS a PEÑA NIETO. O seis, si consideramos a DE LA MADRID.
Aunque igual nos podríamos remontar al año tercero de LÓPEZ PORTILLO, cuando el enfoque fondomonetarista se impuso en los espacios decisivos de la política económica nacional.
Sea cual sea el cálculo previo, lo cierto es que desde la llegada de AMLO (diciembre de 2018) el enfoque cambió. Partiendo de aquel minisalario de 88.36 pesos establecido en el último año de PEÑA NIETO, para el primer día de 2019 se instauró un aumento a 102.68 (16%).
Un año después, en 2020 subirá a 123.22 (20%), en 2021 a 141.20 (15%), en 2022 a 172.87 (22%) y para el primer día del 2023 será de 207.44 (20%).
Desde luego, estamos lejos todavía de los 376 pesos recomendados en 2017 por el CONEVAL, pero se camina en esa dirección
Cabe la pregunta de orden especulativo: ¿en dónde estarían los mínimos bajo una hipotética presidencia de PEPE TOÑO MEADE o RICARDO ANAYA CORTÉS?... dejo la respuesta al amable lector.
El hombre más rico de México, CARLOS SLIM, ha dicho algo muy sabio. Que los buenos salarios son más efectivos que los programas sociales, porque el aumento en el poder adquisitivo de los trabajadores es también bueno para el mercado interno.
En efecto, entre los muchos errores que se pueden encontrar en el gobierno obradorista, la política salarial destaca como uno de sus grandes aciertos.
Justo es recordar que la brutal caída del poder adquisitivo en las décadas finales del siglo 20 y los primeros años del siglo 21 ha corrido en paralelo al explosivo incremento de la criminalidad. Decía JOHN F. KENNEDY que los pobres desprecian la ley cuando la ley los trata como enemigos. Tal cual.