Cd.
Victoria.- ¿Armas largas, dijo usted?...
Acaso les vio las uñas. El episodio de este fin de semana que involucró a la
comitiva del dirigente nacional morenista MARIO DELGADO CARRILLO parece más una
comedia de equivocaciones que un intento de levantón como en principio
quisieron creer y lo difundieron a todo el país.
Mire usted, resulta hasta comprensible. Viniendo de la capital mexicana, cualquiera se asusta si (1) en gira por Tamaulipas, (2) por la ruta Matamoros-Reynosa (3) es interceptado por un vehículo extraño (4) con tripulantes de aspecto rudo y (5) voces de reclamo.
Aunque de eso a una agresión la diferencia es inmensa y el margen amplio. No hubo tal cosa, aunque tampoco veo la intención de mentir por parte del señor DELGADO CARRILLO.
Observe usted ese rostro, estaba genuinamente apanicado, bastante más que la senadora LUPITA COVARRUBIAS, más que la diputada ADRIANA LOZANO y (por supuesto) mucho más que el hombre de la sonrisa eterna ERASMO LOZANO ROBLEDO, diputado por Madero.
Fue precisamente MARIO DELGADO quien desde su asiento trasero, pidió auxilio a la Guardia Nacional por redes sociales vía celular, sudoroso el rostro, amoratada la piel, desorbitados los globos oculares, trémula su voz.
Hasta dónde se alcanza a observar, los interceptores a bordo de una pickup gris dialogaron de tú a tú y de vehículo a vehículo, con ERASMO, quien iba en el asiento delantero, en calidad de copiloto.
Dada la amplia difusión, cabe pensar en la necesidad de una mejor interpretación de este hecho irrelevante, en verdad minúsculo, que en otras circunstancias no merecería gastar papel, tinta, ni saliva.
LA
BRONCA ES INTERNA
En su recorrido previo a la elección, DELGADO suele tropezar con reclamos de ese corte. Gente inconforme contra el oscuro criterio de selección aplicado a las candidaturas, en particular a las de alcaldes, diputaciones locales y federales.
Y la oscuridad viene del propio método. Encuestas de las que se sabe poco (o nada), salvo los resultados anunciados cualquier día desde la cúpula que (tiro por viaje) sorprenden por el cuestionable perfil de sus beneficiados y generan descontento.
Son decisiones tomadas atrás de la cortina y notablemente parecidas a las del viejo PRI, cuando sus oficiantes destapaban las candidaturas arguyendo que eran producto de “una amplia consulta a los sectores y organizaciones.”
Bueno, la diferencia en MORENA es que no hay sectores ni organizaciones para echarles la culpa. Solo una pálida encuesta por demás etérea, abstracta, incorpórea, espiritual (virtual, acaso) que le otorga a sus oficiantes un poder extraordinario (ojo con esto).
Los intérpretes de dicho alumbramiento estadístico son como los profetas y sumos sacerdotes de la antigüedad que anunciaban de tiempo en tiempo la voluntad divina, sobre la cuál tenían franquicia exclusiva y nadie más podía descifrarla.
Por ello, acaso la mayor hazaña de personajes como ERASMO LOZANO, radique en haber resucitado aquella vieja táctica tricolor que hizo famoso al ingeniero ERNESTO GUAJARDO. Su legendaria consulta al bolsillo.
Al respecto, los inconformes aseguran que LOZANO está convertido en el Gran Recaudador del Sur, en lo que concierne a recursos de campaña, pase de charola y trueque de cariño por nominaciones.
Es así que distinguidos (y distinguidas) militantes morenistas con trayectoria, experiencia y capacidades, no alcanzaron candidaturas locales, ni federales.
Porque en este desolado paisaje postpriísta, no basta ser aspirante. Además se requiere ser un hábil postor (licitador, apostador) de mente ágil, oferta pronta, fidelidad sinuosa, bolsillo gordo y sonrisa dadivosa, sin importar aquí merecimientos, ni principios, ni doctrina.
Bienvenido a la realidad tamaulipeca, estimado líder, señor dirigente, don MARIO DELGADO CARRILLO. Operador en jefe solo de nombre, porque de facto quienes imponen su ley son los intermediarios regionales enganchados con Palacio Nacional. Los coyotes de la voluntad presidencial.
Arteros y matreros en la vendimia de postulaciones. Dicho en tono de alegoría por un miembro del mismo partido (ALEJANDRO ROJAS) la frase se vende sola: “lo que no suena lógico, suena metálico.”
¿EL
DINERO MANDA?
Por todo ello, el tragicómico evento del fin de semana pasado podría haber ocurrido en MACONDO, para encajar como “la increíble y triste historia del cándido MARIO y ERASMO el desalmado.”
De aquí el contraste entre el pavor del primero y la autosuficiencia del segundo, en el citado evento de la camioneta gris. El maderense sabe bien qué terreno pisa.
Por ello cualquier bronca de este corte está contabilizada de antemano entre los riesgos y ganancias de su oficio. Por cierto, en ningún video asoman las armas largas.
Pero en Matamoros se vieron cosas peores, como la trifulca armada por la legisladora local morenista LETICIA SÁNCHEZ GUILLERMO, tildando de “traidor” (oiga usted, a grito pelón) al propio señor DELGADO.
El momento más vistoso ocurre cuando LETICIA trepa al entarimado y arrebata el micrófono al alcalde MARIO LÓPEZ HERNÁNDEZ, candidato a la reelección, por el mismo partido.
En el mismo tenor, la dirigente local de MORENA en Matamoros, GLORIA DELIA GARCÍA CONTE, subió un video a redes sociales donde se presenta sentada atrás de un escritorio acariciando gordos fajos de billetes.
Doña GLORIA dice haber recibido ese dinero de la militancia para ofrecérselo al líder nacional de MORENA a cambio de quitarle la candidatura al alcalde LÓPEZ HERNÁNDEZ.
Lo cual (a una semana de las votaciones) raya en el absurdo. Sin embargo, como hecho noticioso resulta significativa la tenaz ausencia de un método creíble de selección interna, no solo para candidaturas, incluso de dirigencias locales, estatales y más arriba.
Y no lo hay, porque ANDRÉS MANUEL marcó la pauta desde un principio al prescindir de reglas fijas para la contienda interna por el poder y aplicar criterios propios de conveniencia en cada caso.
Por ello, ante la falta de reglas, las nominaciones tienden a resolverse por abajo del agua. Río revuelto, ganancia de pescadores, festín de postores, triunfo de la charola y la consulta al bolsillo.
Todo un submundo de aguas pantanosas donde dinero, influencias y negocios enturbian los procesos internos y restan dignidad, imagen y competitividad no solo a MORENA, a cualquier partido.
Mire usted, resulta hasta comprensible. Viniendo de la capital mexicana, cualquiera se asusta si (1) en gira por Tamaulipas, (2) por la ruta Matamoros-Reynosa (3) es interceptado por un vehículo extraño (4) con tripulantes de aspecto rudo y (5) voces de reclamo.
Aunque de eso a una agresión la diferencia es inmensa y el margen amplio. No hubo tal cosa, aunque tampoco veo la intención de mentir por parte del señor DELGADO CARRILLO.
Observe usted ese rostro, estaba genuinamente apanicado, bastante más que la senadora LUPITA COVARRUBIAS, más que la diputada ADRIANA LOZANO y (por supuesto) mucho más que el hombre de la sonrisa eterna ERASMO LOZANO ROBLEDO, diputado por Madero.
Fue precisamente MARIO DELGADO quien desde su asiento trasero, pidió auxilio a la Guardia Nacional por redes sociales vía celular, sudoroso el rostro, amoratada la piel, desorbitados los globos oculares, trémula su voz.
Hasta dónde se alcanza a observar, los interceptores a bordo de una pickup gris dialogaron de tú a tú y de vehículo a vehículo, con ERASMO, quien iba en el asiento delantero, en calidad de copiloto.
Dada la amplia difusión, cabe pensar en la necesidad de una mejor interpretación de este hecho irrelevante, en verdad minúsculo, que en otras circunstancias no merecería gastar papel, tinta, ni saliva.
En su recorrido previo a la elección, DELGADO suele tropezar con reclamos de ese corte. Gente inconforme contra el oscuro criterio de selección aplicado a las candidaturas, en particular a las de alcaldes, diputaciones locales y federales.
Y la oscuridad viene del propio método. Encuestas de las que se sabe poco (o nada), salvo los resultados anunciados cualquier día desde la cúpula que (tiro por viaje) sorprenden por el cuestionable perfil de sus beneficiados y generan descontento.
Son decisiones tomadas atrás de la cortina y notablemente parecidas a las del viejo PRI, cuando sus oficiantes destapaban las candidaturas arguyendo que eran producto de “una amplia consulta a los sectores y organizaciones.”
Bueno, la diferencia en MORENA es que no hay sectores ni organizaciones para echarles la culpa. Solo una pálida encuesta por demás etérea, abstracta, incorpórea, espiritual (virtual, acaso) que le otorga a sus oficiantes un poder extraordinario (ojo con esto).
Los intérpretes de dicho alumbramiento estadístico son como los profetas y sumos sacerdotes de la antigüedad que anunciaban de tiempo en tiempo la voluntad divina, sobre la cuál tenían franquicia exclusiva y nadie más podía descifrarla.
Por ello, acaso la mayor hazaña de personajes como ERASMO LOZANO, radique en haber resucitado aquella vieja táctica tricolor que hizo famoso al ingeniero ERNESTO GUAJARDO. Su legendaria consulta al bolsillo.
Al respecto, los inconformes aseguran que LOZANO está convertido en el Gran Recaudador del Sur, en lo que concierne a recursos de campaña, pase de charola y trueque de cariño por nominaciones.
Es así que distinguidos (y distinguidas) militantes morenistas con trayectoria, experiencia y capacidades, no alcanzaron candidaturas locales, ni federales.
Porque en este desolado paisaje postpriísta, no basta ser aspirante. Además se requiere ser un hábil postor (licitador, apostador) de mente ágil, oferta pronta, fidelidad sinuosa, bolsillo gordo y sonrisa dadivosa, sin importar aquí merecimientos, ni principios, ni doctrina.
Bienvenido a la realidad tamaulipeca, estimado líder, señor dirigente, don MARIO DELGADO CARRILLO. Operador en jefe solo de nombre, porque de facto quienes imponen su ley son los intermediarios regionales enganchados con Palacio Nacional. Los coyotes de la voluntad presidencial.
Arteros y matreros en la vendimia de postulaciones. Dicho en tono de alegoría por un miembro del mismo partido (ALEJANDRO ROJAS) la frase se vende sola: “lo que no suena lógico, suena metálico.”
Por todo ello, el tragicómico evento del fin de semana pasado podría haber ocurrido en MACONDO, para encajar como “la increíble y triste historia del cándido MARIO y ERASMO el desalmado.”
De aquí el contraste entre el pavor del primero y la autosuficiencia del segundo, en el citado evento de la camioneta gris. El maderense sabe bien qué terreno pisa.
Por ello cualquier bronca de este corte está contabilizada de antemano entre los riesgos y ganancias de su oficio. Por cierto, en ningún video asoman las armas largas.
Pero en Matamoros se vieron cosas peores, como la trifulca armada por la legisladora local morenista LETICIA SÁNCHEZ GUILLERMO, tildando de “traidor” (oiga usted, a grito pelón) al propio señor DELGADO.
El momento más vistoso ocurre cuando LETICIA trepa al entarimado y arrebata el micrófono al alcalde MARIO LÓPEZ HERNÁNDEZ, candidato a la reelección, por el mismo partido.
En el mismo tenor, la dirigente local de MORENA en Matamoros, GLORIA DELIA GARCÍA CONTE, subió un video a redes sociales donde se presenta sentada atrás de un escritorio acariciando gordos fajos de billetes.
Doña GLORIA dice haber recibido ese dinero de la militancia para ofrecérselo al líder nacional de MORENA a cambio de quitarle la candidatura al alcalde LÓPEZ HERNÁNDEZ.
Lo cual (a una semana de las votaciones) raya en el absurdo. Sin embargo, como hecho noticioso resulta significativa la tenaz ausencia de un método creíble de selección interna, no solo para candidaturas, incluso de dirigencias locales, estatales y más arriba.
Y no lo hay, porque ANDRÉS MANUEL marcó la pauta desde un principio al prescindir de reglas fijas para la contienda interna por el poder y aplicar criterios propios de conveniencia en cada caso.
Por ello, ante la falta de reglas, las nominaciones tienden a resolverse por abajo del agua. Río revuelto, ganancia de pescadores, festín de postores, triunfo de la charola y la consulta al bolsillo.
Todo un submundo de aguas pantanosas donde dinero, influencias y negocios enturbian los procesos internos y restan dignidad, imagen y competitividad no solo a MORENA, a cualquier partido.