Cd. Victoria, Tam.-
Volando se van los sexenios.
La administración del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA está por rendir su
informe número dos, aunque el entrante primero de marzo apenas cumpla 17 meses
de su arribo.
Viene un nuevo recuento de lo dispuesto y realizado. Y, por supuesto, una actualización de sus tareas en marcha, en particular del plan hídrico que busca traer agua del Pánuco a la presa “Vicente Guerrero” y, en un plazo más amplio, hasta la presa “Falcón”. Sin olvidar la segunda línea del acueducto a Victoria.
Hoy que los forcejeos con el vecino estado de Nuevo León por el agua de la presa “El Cuchillo” siguen pendientes de una resolución satisfactoria para ambas partes. Conciliar intereses entre los consumidores de agua potable en la zona metropolitana de Monterrey y los agricultores tamaulipecos del distrito 026 y anexas.
Se diría que el asunto no avanza como debiera por la terquedad de SAMUEL GARCÍA SEPÚLVEDA quien insiste en politizar de más el problema, convirtiéndolo en un tema de propaganda vulgar y autopromoción personal, para refuerzo de su ego, ya bastante insuflado.
La crisis hídrica es local, nacional y global. Tema de las dos candidatas presidenciales y asunto urgente que ocupará un lugar central en ofertas de campaña y planes de gobierno.
Acariciamos ya el terreno de lo distópico, el de las utopías pesimistas, los factibles escenarios de un destino que no queremos pero tal vez nos alcance. El mundo que pintan novelistas y cineastas.
APRETÓN DE AMLO
En julio de 2022, el presidente LÓPEZ OBRADOR sorprendió a la opinión pública cuando pidió a las empresas refresqueras y cerveceras de Nuevo León interrumpir su producción para destinar el agua a las necesidades primordiales de la gente (FORBES: https://tinyurl.com/24c88gbl).
Tema delicadísimo, es cierto. Fue nota mundial por la jerarquía de quien lo expresó. La respuesta empresarial no tardó mucho. Se diría que a botepronto, los caballeros de CAINTRA en la capital reynera abundaron en menciones sobre sus esfuerzos para ahorrar agua en los procesos industriales y las iniciativas para llevarla a las zonas más vulnerables de la población.
El apretón de AMLO en aquel verano del 2022 provocó una cascada de cifras sobre las donaciones del empresariado refresquero y cervecero a la gente necesitada, contabilizadas en millones de metros cúbicos, pipas y tinacos de agua.
Entre otras firmas, la cervecera HEINEKEN y el holding cocacolero ARCA CONTINENTAL. Según sus argumentos defensivos, ni redirigiendo para el consumo humano toda el agua que ellos emplean se aliviarían las carencias básicas de Monterrey y su zona conurbada (EL FINANCIERO: https://tinyurl.com/2apax4eh).
Y también el grupo GEPP (PEPSICOLA). Pero, mire usted, un análisis paralelo de THE WORLD WILDLIFE FUND nos indica que cada litro de cerveza requiere de aproximadamente 155 litros de agua para su elaboración.
Añadiendo que las compañías “utilizan agua para los procesos de elaboración de las bebidas” y “el lavado de los envases retornables”. A esto se suma “el volumen que se usa para la producción de materias primas y de envases desechables” (EXPANSIÓN: https://tinyurl.com/23xfbbzm).
AMAGO OFICIAL
Otro reporte publicado apenas el 14 de febrero pasado apunta también hacia firmas como GRUPO MODELO, NESTLÉ y BIMBO entre los grandes consumidores de agua, en entidades como Baja California Sur, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Ciudad de México, y Estado de México (INFOBAE, https://tinyurl.com/2amb9v7m).
Un portal mexicano especializado en estos temas diagnosticó el problema con un encabezado demoledor: -“En un país con sed, sobra el agua para la industria de las bebidas chatarra” (MÉXICO SOCIAL, https://tinyurl.com/2bdu3auf).
Ciertamente, muchas plantas embotelladoras se encuentran en zonas que ya sufren de estrés hídrico, como Nuevo León, Chihuahua y Chiapas. Otro cálculo nos dice que se necesitan alrededor de 1.75 litros de agua para producir un litro de refresco.
Se recordará que ANDRÉS MANUEL fue funcionario del Instituto Nacional del Consumidor (INCO) en los años ochenta. De aquella experiencia le viene su visión crítica hacia lo que se conoce como alimentación chatarra, bebidas edulcoradas y demás.
Aún le gusta emplear en sus conferencias matutinas aquella vieja etiqueta de la izquierda setentera (muy socorrida por el monero RIUS, entre otros) al llamar a los refrescos de cola “las aguas negras del imperialismo”.
Postura radical, acaso excesiva, difícil de implementar en la práctica, pero con un alto potencial disuasivo que podemos palpar en la inmediata respuesta empresarial. Ese apuro en las cúpulas por demostrar que están conscientes del problema y además implementando medidas para solventarlo.
La postura presidencial, apoyada enseguida por voceros de la 4T, es casi tanto como mostrar la espada de DAMOCLES a los industriales que consumen altos volúmenes de agua para asuntos distintos a las necesidades más urgentes de la población.
El tema da para mucho, pero vale para reflexionar que los forcejeos por el agua entre Tamaulipas y Nuevo León van más allá de “El Cuchillo” y el distrito 26, con todos sus asegunes.
Tiene que ver con una revisión a fondo de su empleo y las prioridades que los gobiernos deban replantear ahora para privilegiar en sus políticas el suministro esencial del vital líquido para consumo humano. Primero la gente, primero las familias.
Viene un nuevo recuento de lo dispuesto y realizado. Y, por supuesto, una actualización de sus tareas en marcha, en particular del plan hídrico que busca traer agua del Pánuco a la presa “Vicente Guerrero” y, en un plazo más amplio, hasta la presa “Falcón”. Sin olvidar la segunda línea del acueducto a Victoria.
Hoy que los forcejeos con el vecino estado de Nuevo León por el agua de la presa “El Cuchillo” siguen pendientes de una resolución satisfactoria para ambas partes. Conciliar intereses entre los consumidores de agua potable en la zona metropolitana de Monterrey y los agricultores tamaulipecos del distrito 026 y anexas.
Se diría que el asunto no avanza como debiera por la terquedad de SAMUEL GARCÍA SEPÚLVEDA quien insiste en politizar de más el problema, convirtiéndolo en un tema de propaganda vulgar y autopromoción personal, para refuerzo de su ego, ya bastante insuflado.
La crisis hídrica es local, nacional y global. Tema de las dos candidatas presidenciales y asunto urgente que ocupará un lugar central en ofertas de campaña y planes de gobierno.
Acariciamos ya el terreno de lo distópico, el de las utopías pesimistas, los factibles escenarios de un destino que no queremos pero tal vez nos alcance. El mundo que pintan novelistas y cineastas.
En julio de 2022, el presidente LÓPEZ OBRADOR sorprendió a la opinión pública cuando pidió a las empresas refresqueras y cerveceras de Nuevo León interrumpir su producción para destinar el agua a las necesidades primordiales de la gente (FORBES: https://tinyurl.com/24c88gbl).
Tema delicadísimo, es cierto. Fue nota mundial por la jerarquía de quien lo expresó. La respuesta empresarial no tardó mucho. Se diría que a botepronto, los caballeros de CAINTRA en la capital reynera abundaron en menciones sobre sus esfuerzos para ahorrar agua en los procesos industriales y las iniciativas para llevarla a las zonas más vulnerables de la población.
El apretón de AMLO en aquel verano del 2022 provocó una cascada de cifras sobre las donaciones del empresariado refresquero y cervecero a la gente necesitada, contabilizadas en millones de metros cúbicos, pipas y tinacos de agua.
Entre otras firmas, la cervecera HEINEKEN y el holding cocacolero ARCA CONTINENTAL. Según sus argumentos defensivos, ni redirigiendo para el consumo humano toda el agua que ellos emplean se aliviarían las carencias básicas de Monterrey y su zona conurbada (EL FINANCIERO: https://tinyurl.com/2apax4eh).
Y también el grupo GEPP (PEPSICOLA). Pero, mire usted, un análisis paralelo de THE WORLD WILDLIFE FUND nos indica que cada litro de cerveza requiere de aproximadamente 155 litros de agua para su elaboración.
Añadiendo que las compañías “utilizan agua para los procesos de elaboración de las bebidas” y “el lavado de los envases retornables”. A esto se suma “el volumen que se usa para la producción de materias primas y de envases desechables” (EXPANSIÓN: https://tinyurl.com/23xfbbzm).
Otro reporte publicado apenas el 14 de febrero pasado apunta también hacia firmas como GRUPO MODELO, NESTLÉ y BIMBO entre los grandes consumidores de agua, en entidades como Baja California Sur, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Ciudad de México, y Estado de México (INFOBAE, https://tinyurl.com/2amb9v7m).
Un portal mexicano especializado en estos temas diagnosticó el problema con un encabezado demoledor: -“En un país con sed, sobra el agua para la industria de las bebidas chatarra” (MÉXICO SOCIAL, https://tinyurl.com/2bdu3auf).
Ciertamente, muchas plantas embotelladoras se encuentran en zonas que ya sufren de estrés hídrico, como Nuevo León, Chihuahua y Chiapas. Otro cálculo nos dice que se necesitan alrededor de 1.75 litros de agua para producir un litro de refresco.
Se recordará que ANDRÉS MANUEL fue funcionario del Instituto Nacional del Consumidor (INCO) en los años ochenta. De aquella experiencia le viene su visión crítica hacia lo que se conoce como alimentación chatarra, bebidas edulcoradas y demás.
Aún le gusta emplear en sus conferencias matutinas aquella vieja etiqueta de la izquierda setentera (muy socorrida por el monero RIUS, entre otros) al llamar a los refrescos de cola “las aguas negras del imperialismo”.
Postura radical, acaso excesiva, difícil de implementar en la práctica, pero con un alto potencial disuasivo que podemos palpar en la inmediata respuesta empresarial. Ese apuro en las cúpulas por demostrar que están conscientes del problema y además implementando medidas para solventarlo.
La postura presidencial, apoyada enseguida por voceros de la 4T, es casi tanto como mostrar la espada de DAMOCLES a los industriales que consumen altos volúmenes de agua para asuntos distintos a las necesidades más urgentes de la población.
El tema da para mucho, pero vale para reflexionar que los forcejeos por el agua entre Tamaulipas y Nuevo León van más allá de “El Cuchillo” y el distrito 26, con todos sus asegunes.
Tiene que ver con una revisión a fondo de su empleo y las prioridades que los gobiernos deban replantear ahora para privilegiar en sus políticas el suministro esencial del vital líquido para consumo humano. Primero la gente, primero las familias.