Cd.
Victoria, Tam.- Están cerrando fuerte
los aspirantes de MORENA a la gubernatura tamaulipeca aunque, como en todas las
competencias, hay prospectos reales y elementos de relleno, meras comparsas que
ni caso tiene mencionar.
Detalle interesante, los tres personajes principales y de verdadero peso nacieron en los años cincuenta: AMÉRICO VILLARREAL ANAYA (Ciudad Victoria, 1958), RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA (Tampico, 1956) y ALEJANDRO ROJAS DÍAZ-DURÁN (CDMX, 1957).
Es, por cierto, la década de TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA (Matamoros, 1957), EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES (Ciudad Victoria, 1959) y EGIDIO TORRE CANTÚ (1957).
Se dice fácil pero entre los gobernadores previos hubo grandes saltos generacionales. TOMÁS es 11 años más joven que su antecesor MANUEL CAVAZOS LERMA (Matamoros, 1946), quien, a su vez, es 15 años menor a su predecesor AMÉRICO VILLARREAL GUERRA (Ciudad Victoria, 1931).
En promedio, uno por década. Amén de que este último recibió el poder de un hombre 12 años menor, el doctor EMILIO MARTÍNEZ MANAUTOU (Ciudad Victoria, 1919).
En el año clave de 2010, todo indicaba que los nativos del medio siglo dejarían el poder a un mandatario nacido en los sesentas (RODOLFO TORRE CANTÚ, 1964). Su repentina ausencia nos regresó a la década previa (EGIDIO, 1957).
Sin embargo, para la elección posterior de 2016, los dos contrincantes principales ya eran oriundos de los años sesenta: FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA (Reynosa, 1967) y BALTAZAR HIJOJOSA OCHOA (Matamoros, 1963).
El tema es que la terca realidad parece empujarnos de nuevo y con cierta insistencia hacia la generación de los cincuentas, la de AMÉRICO, RODOLFO y ALEJANDRO. Dato curioso, misma década en la que nació el tampiqueño SEBASTIAN GUILLÉN VICENTE (Tampico, 1957).
AMISTAD
DIFÍCIL
Las precampañas de hombres como RODOLFO GONZÁLEZ y ALEJANDRO ROJAS, siendo intensas y propositivas, observan un pequeño escollo que deriva de su padrinazgo: RICARDO MONREAL ÁVILA.
Todo indica que ANDRÉS MANUEL está tomando previsiones para frenar a MONREAL en la lucha sucesoria de 2024, donde nomás el tabasqueño decide.
Su primer movimiento fue meterle una cuña en la Cámara Alta, por medio de GABRIEL GARCÍA HERNÁNDEZ, quien el pasado 24 de junio dejó la estratégica coordinación de programas sociales para regresar a su cargo como senador de lista nacional.
Un segundo mensaje lo vimos cuando AMLO ignoró a MONREAL en su lista de prospectos a la sucesión presidencial, en la mañanera del 5 de julio.
Y un tercero ocurrió una semana después, este lunes 12 de julio cuando incorporó a MARTÍ BATRES como secretario de gobierno en la capital mexicana, brazo político y operativo de la titular CLAUDIA SHEINBAUM.
MARTÍ ha sido aspirante franco a la jefatura capitalina y su reciente ascenso representa una mala noticia para RICARDO MONREAL, quien también ha soñado con dicho cargo.
El senador MONREAL brilla con luz propia, pero no es discípulo obediente sino aliado de LÓPEZ OBRADOR. Razón suficiente para generar desconfianza a un hombre como el tabasqueño, hoy temeroso de su futuro más allá del 2024.
Al tiempo sabremos si tales escarceos entre AMLO y RICARDO afectarán también a los precandidatos de este último para la gubernatura de Tamaulipas: RODOLFO y ALEJANDRO.
AQUEL
ABRIL
La ventaja del senador VILLARREAL ANAYA es que no tiene patrocinador. Su relación es directa con ANDRÉS MANUEL y viene de una amistad muy antigua del tabasqueño con el ingeniero VILLARREAL GUERRA.
La cual se remonta a los tiempos del ingeniero LEANDRO ROVIROSA WADE, secretario de Recursos Hidráulicos (1970-76) y luego gobernador de Tabasco (1977-82).
Al doctor VILLARREAL ANAYA los victorenses lo recuerdan como director del Hospital General y luego subsecretario estatal de Salud.
Con MORENA dio color en 2018 cuando aceptó la nominación a la senaduría por Tamaulipas, haciendo mancuerna con la maestra normalista LUPITA COVARRUBIAS CERVANTES. Campaña ganadora.
En toda su actividad desde entonces ha dado a entender que trae el apoyo de Presidencia, lo mismo cuando promueve la entrega de recursos a familias de estrato social bajo afectadas por la pandemia, que al presidir la comisión senatorial de salud y operar desde ahí el arribo de programas sociales a la entidad.
Acaso el dato más significativo que hoy cuenta en favor de AMÉRICO fue aquel discurso de MARIO DELGADO CARRILLO, dirigente nacional de MORENA, el 16 de abril del presente año, en Culiacán, Sinaloa.
El doctor VILLARREAL ANAYA era delegado especial del partido en la elección a gobernador de Sinaloa y en apoyo al entonces candidato (hoy gobernador electo) RUBEN ROCHA MOYA.
En pleno evento proselitista, DELGADO CARRILLO haría referencia a “nuestro delegado AMÉRICO VILLARREAL, al que traemos en pleno entrenamiento, porque pronto se va a ofrecer allá por Tamaulipas, la tarea de llevar la Cuarta Transformación. Así que nos está ayudando pero también está agarrando ritmo para regresar a Tamaulipas.”
En fin, son tres los precandidatos que con verdaderas posibilidades buscan la nominación de MORENA a la gubernatura de Tamaulipas. Ya falta menos.
Detalle interesante, los tres personajes principales y de verdadero peso nacieron en los años cincuenta: AMÉRICO VILLARREAL ANAYA (Ciudad Victoria, 1958), RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA (Tampico, 1956) y ALEJANDRO ROJAS DÍAZ-DURÁN (CDMX, 1957).
Es, por cierto, la década de TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA (Matamoros, 1957), EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES (Ciudad Victoria, 1959) y EGIDIO TORRE CANTÚ (1957).
Se dice fácil pero entre los gobernadores previos hubo grandes saltos generacionales. TOMÁS es 11 años más joven que su antecesor MANUEL CAVAZOS LERMA (Matamoros, 1946), quien, a su vez, es 15 años menor a su predecesor AMÉRICO VILLARREAL GUERRA (Ciudad Victoria, 1931).
En promedio, uno por década. Amén de que este último recibió el poder de un hombre 12 años menor, el doctor EMILIO MARTÍNEZ MANAUTOU (Ciudad Victoria, 1919).
En el año clave de 2010, todo indicaba que los nativos del medio siglo dejarían el poder a un mandatario nacido en los sesentas (RODOLFO TORRE CANTÚ, 1964). Su repentina ausencia nos regresó a la década previa (EGIDIO, 1957).
Sin embargo, para la elección posterior de 2016, los dos contrincantes principales ya eran oriundos de los años sesenta: FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA (Reynosa, 1967) y BALTAZAR HIJOJOSA OCHOA (Matamoros, 1963).
El tema es que la terca realidad parece empujarnos de nuevo y con cierta insistencia hacia la generación de los cincuentas, la de AMÉRICO, RODOLFO y ALEJANDRO. Dato curioso, misma década en la que nació el tampiqueño SEBASTIAN GUILLÉN VICENTE (Tampico, 1957).
Las precampañas de hombres como RODOLFO GONZÁLEZ y ALEJANDRO ROJAS, siendo intensas y propositivas, observan un pequeño escollo que deriva de su padrinazgo: RICARDO MONREAL ÁVILA.
Todo indica que ANDRÉS MANUEL está tomando previsiones para frenar a MONREAL en la lucha sucesoria de 2024, donde nomás el tabasqueño decide.
Su primer movimiento fue meterle una cuña en la Cámara Alta, por medio de GABRIEL GARCÍA HERNÁNDEZ, quien el pasado 24 de junio dejó la estratégica coordinación de programas sociales para regresar a su cargo como senador de lista nacional.
Un segundo mensaje lo vimos cuando AMLO ignoró a MONREAL en su lista de prospectos a la sucesión presidencial, en la mañanera del 5 de julio.
Y un tercero ocurrió una semana después, este lunes 12 de julio cuando incorporó a MARTÍ BATRES como secretario de gobierno en la capital mexicana, brazo político y operativo de la titular CLAUDIA SHEINBAUM.
MARTÍ ha sido aspirante franco a la jefatura capitalina y su reciente ascenso representa una mala noticia para RICARDO MONREAL, quien también ha soñado con dicho cargo.
El senador MONREAL brilla con luz propia, pero no es discípulo obediente sino aliado de LÓPEZ OBRADOR. Razón suficiente para generar desconfianza a un hombre como el tabasqueño, hoy temeroso de su futuro más allá del 2024.
Al tiempo sabremos si tales escarceos entre AMLO y RICARDO afectarán también a los precandidatos de este último para la gubernatura de Tamaulipas: RODOLFO y ALEJANDRO.
La ventaja del senador VILLARREAL ANAYA es que no tiene patrocinador. Su relación es directa con ANDRÉS MANUEL y viene de una amistad muy antigua del tabasqueño con el ingeniero VILLARREAL GUERRA.
La cual se remonta a los tiempos del ingeniero LEANDRO ROVIROSA WADE, secretario de Recursos Hidráulicos (1970-76) y luego gobernador de Tabasco (1977-82).
Al doctor VILLARREAL ANAYA los victorenses lo recuerdan como director del Hospital General y luego subsecretario estatal de Salud.
Con MORENA dio color en 2018 cuando aceptó la nominación a la senaduría por Tamaulipas, haciendo mancuerna con la maestra normalista LUPITA COVARRUBIAS CERVANTES. Campaña ganadora.
En toda su actividad desde entonces ha dado a entender que trae el apoyo de Presidencia, lo mismo cuando promueve la entrega de recursos a familias de estrato social bajo afectadas por la pandemia, que al presidir la comisión senatorial de salud y operar desde ahí el arribo de programas sociales a la entidad.
Acaso el dato más significativo que hoy cuenta en favor de AMÉRICO fue aquel discurso de MARIO DELGADO CARRILLO, dirigente nacional de MORENA, el 16 de abril del presente año, en Culiacán, Sinaloa.
El doctor VILLARREAL ANAYA era delegado especial del partido en la elección a gobernador de Sinaloa y en apoyo al entonces candidato (hoy gobernador electo) RUBEN ROCHA MOYA.
En pleno evento proselitista, DELGADO CARRILLO haría referencia a “nuestro delegado AMÉRICO VILLARREAL, al que traemos en pleno entrenamiento, porque pronto se va a ofrecer allá por Tamaulipas, la tarea de llevar la Cuarta Transformación. Así que nos está ayudando pero también está agarrando ritmo para regresar a Tamaulipas.”
En fin, son tres los precandidatos que con verdaderas posibilidades buscan la nominación de MORENA a la gubernatura de Tamaulipas. Ya falta menos.