Cd.
Victoria, Tam.- Rasgo relevante de la
elección pasada. La por tanto tiempo pospuesta expansión territorial de MORENA,
cuya mejor expresión se observa en su número de gobernadores.
Ganaron 11 entidades, de las cuáles 10 son nuevas y repitieron en una, gracias a lo cual están avanzando de 7 a 17. Son mayoría en número de gubernaturas (17 de 32) y tendrán bajo su mando a 58 millones de mexicanos.
Magna cosecha si recordamos que solo el PRI ha controlado dicha cantidad de estados. Ni el PAN ni el PRD en sus mejores épocas han igualado la cifra. Lo comenté aquí.
El partido de AMLO gobernaba solo en Baja California (JAIME BONILLA), Chiapas (RUTILIO ESCANDÓN), CDMX (CLAUDIA SHEINBAUM), Morelos (CUAUHTÉMOC BLANCO), Puebla (MIGUEL BARBOSA), Tabasco (ADÁN LÓPEZ) y Veracruz (CUITLÁHUAC GARCÍA).
Con el resultado de junio pasado, el partido guinda repite en Baja California (PILAR ÁVILA) y agrega Baja California Sur (VICTOR MANUEL CASTRO), Campeche (LAYDA SANSORES), Colima (INDIRA VIZCAINO), Guerrero (EVELYN SALGADO), Michoacán (ALFREDO RAMÍREZ), Nayarit (MIGUEL ÁNGEL NAVARRO), Sinaloa (RUBÉN ROCHA), Sonora (ALFONSO DURAZO), Tlaxcala (LORENA CUÉLLAR) y Zacatecas (DAVID MONREAL).
Aunque lo anterior ya es noticia vieja para esta columna. Lo nuevo es preguntar qué sigue ahora para el bienio 2022-23, en la misma materia, territorial. Estamos hablando de 6 gobiernos en disputa en 2022 y 2 más en 2023. En total, 8 jefes políticos regionales.
BIENIO
ENTRANTE
Entre otros datos interesantes figura el que MORENA nada tenga que perder y todo por ganar, porque en ninguna de las entidades federativas que estarán en juego encabeza gobierno alguno. En todas es oposición.
No hay manera de que reduzca su cuota y sí contempla posibilidades amplias de incrementarla. Su margen de avance es entre 1 y 8 nuevas comarcas. En el mejor de los casos (si gana todo) llegaría a 25.
Tema crucial porque el control territorial será de primerísima importancia para los comicios presidenciales de 2024. El partido de AMLO estaría afianzando una ventaja fundamental.
Todo indica que, al menos en este renglón (el de las administraciones estatales) los partidos tradicionales no han tocado fondo, todavía. Continúan a la baja, siguen cayendo y esto aplica, por igual, a PRI, PAN y PRD.
En 2022 habrá 6 gubernaturas en disputa, mismas que me permito referir, con los nombres de sus titulares actuales, profesión y partidos que los empoderaron:
-Aguascalientes: MARTÍN OROZCO SANDOVAL, contador público, PAN.
-Durango: JOSÉ ROSAS AISPURO, abogado, PAN.
-Hidalgo: OMAR FAYAD MENESES, abogado, PRI.
-Oaxaca: ALEJANDRO MURAT HINOJOSA, abogado, PRI.
-Quintana Roo: CARLOS JOAQUÍN GONZÁLEZ, contador público, PAN-PRD.
-Tamaulipas: FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, administrador de empresas, PAN.
Para 2023 serán reemplazados solamente 2 jefes políticos estatales:
-Coahuila: MIGUEL RIQUELME SOLÍS, ingeniero, PRI.
-Edomex: ALFREDO DEL MAZO MAZA, administrador de empresas, PRI.
De ese total de 8, el lector podrá observar que en 5 está metido el PAN: Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas. Los otros 3 son del PRI: Hidalgo, Oaxaca, Coahuila.
TERCA
INCOMPETENCIA
La estadística preelectoral ya empieza a circular, aunque el autor de esta columna suele desconfiar mucho de los números mientras no haya candidatos formales, con nombres y apellidos.
Al menos en estos cargos de ejecutivos regionales, la gente vota por (o contra) membretes pero, sobre todo, en función de personas concretas.
Necesario es decir que nos encontramos ya en la segunda mitad del tercer año de gobierno y la oposición (en su conjunto) sigue sin estructurar un programa común para el 2024. No avanzan.
Los unen sus odios, en particular la fobia al presidente tabasqueño, pero no se observa que unifiquen diagnóstico, ni propósitos, ni criterios programáticos para construir un mejor país.
Tampoco ofrecen mucho (ni dan para más) los respectivos perfiles del dirigente tricolor ALEJANDRO MORENO y su colega albiazul MARKO CORTÉS. En ambos, pragmatismo ramplón, pobreza doctrinal, carencia de ideales, medio pelo.
Al único dirigente que vemos atizar desde ahora el fogón sucesorio es al brujo de Alvarado, Veracruz, DANTE DELGADO, franquiciario en jefe de Movimiento Ciudadano, quien ya parece tener lista su carta en la persona del gobernador jalisciense ENRIQUE ALFARO.
Con un serio problema geográfico, pues MC solo tiene asegurado el control de Jalisco y (en fecha reciente) Nuevo León, con SAMUEL GARCÍA. La ola naranja hace ruido, pero ni de lejos tiene canicas para ganar la Presidencia de la República, a menos que el resto de la oposición les siguiera.
Por lo pronto, a los cuatro principales (PAN, PRI, PRD y MC) se les está yendo el tiempo en lamentaciones y reyertas contra LÓPEZ OBRADOR, pero no aciertan en generar un trabajo sólido, capaz de elaborar alguna propuesta competitiva para el 2024.
Y mientras eso sucede, AMLO sigue proyectando su sombra sobre nuevos territorios, alentando el tapadismo y aceitando su maquinaria partidista con renovados programas sociales.
Ganaron 11 entidades, de las cuáles 10 son nuevas y repitieron en una, gracias a lo cual están avanzando de 7 a 17. Son mayoría en número de gubernaturas (17 de 32) y tendrán bajo su mando a 58 millones de mexicanos.
Magna cosecha si recordamos que solo el PRI ha controlado dicha cantidad de estados. Ni el PAN ni el PRD en sus mejores épocas han igualado la cifra. Lo comenté aquí.
El partido de AMLO gobernaba solo en Baja California (JAIME BONILLA), Chiapas (RUTILIO ESCANDÓN), CDMX (CLAUDIA SHEINBAUM), Morelos (CUAUHTÉMOC BLANCO), Puebla (MIGUEL BARBOSA), Tabasco (ADÁN LÓPEZ) y Veracruz (CUITLÁHUAC GARCÍA).
Con el resultado de junio pasado, el partido guinda repite en Baja California (PILAR ÁVILA) y agrega Baja California Sur (VICTOR MANUEL CASTRO), Campeche (LAYDA SANSORES), Colima (INDIRA VIZCAINO), Guerrero (EVELYN SALGADO), Michoacán (ALFREDO RAMÍREZ), Nayarit (MIGUEL ÁNGEL NAVARRO), Sinaloa (RUBÉN ROCHA), Sonora (ALFONSO DURAZO), Tlaxcala (LORENA CUÉLLAR) y Zacatecas (DAVID MONREAL).
Aunque lo anterior ya es noticia vieja para esta columna. Lo nuevo es preguntar qué sigue ahora para el bienio 2022-23, en la misma materia, territorial. Estamos hablando de 6 gobiernos en disputa en 2022 y 2 más en 2023. En total, 8 jefes políticos regionales.
Entre otros datos interesantes figura el que MORENA nada tenga que perder y todo por ganar, porque en ninguna de las entidades federativas que estarán en juego encabeza gobierno alguno. En todas es oposición.
No hay manera de que reduzca su cuota y sí contempla posibilidades amplias de incrementarla. Su margen de avance es entre 1 y 8 nuevas comarcas. En el mejor de los casos (si gana todo) llegaría a 25.
Tema crucial porque el control territorial será de primerísima importancia para los comicios presidenciales de 2024. El partido de AMLO estaría afianzando una ventaja fundamental.
Todo indica que, al menos en este renglón (el de las administraciones estatales) los partidos tradicionales no han tocado fondo, todavía. Continúan a la baja, siguen cayendo y esto aplica, por igual, a PRI, PAN y PRD.
En 2022 habrá 6 gubernaturas en disputa, mismas que me permito referir, con los nombres de sus titulares actuales, profesión y partidos que los empoderaron:
-Aguascalientes: MARTÍN OROZCO SANDOVAL, contador público, PAN.
-Durango: JOSÉ ROSAS AISPURO, abogado, PAN.
-Hidalgo: OMAR FAYAD MENESES, abogado, PRI.
-Oaxaca: ALEJANDRO MURAT HINOJOSA, abogado, PRI.
-Quintana Roo: CARLOS JOAQUÍN GONZÁLEZ, contador público, PAN-PRD.
-Tamaulipas: FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, administrador de empresas, PAN.
Para 2023 serán reemplazados solamente 2 jefes políticos estatales:
-Coahuila: MIGUEL RIQUELME SOLÍS, ingeniero, PRI.
-Edomex: ALFREDO DEL MAZO MAZA, administrador de empresas, PRI.
De ese total de 8, el lector podrá observar que en 5 está metido el PAN: Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas. Los otros 3 son del PRI: Hidalgo, Oaxaca, Coahuila.
La estadística preelectoral ya empieza a circular, aunque el autor de esta columna suele desconfiar mucho de los números mientras no haya candidatos formales, con nombres y apellidos.
Al menos en estos cargos de ejecutivos regionales, la gente vota por (o contra) membretes pero, sobre todo, en función de personas concretas.
Necesario es decir que nos encontramos ya en la segunda mitad del tercer año de gobierno y la oposición (en su conjunto) sigue sin estructurar un programa común para el 2024. No avanzan.
Los unen sus odios, en particular la fobia al presidente tabasqueño, pero no se observa que unifiquen diagnóstico, ni propósitos, ni criterios programáticos para construir un mejor país.
Tampoco ofrecen mucho (ni dan para más) los respectivos perfiles del dirigente tricolor ALEJANDRO MORENO y su colega albiazul MARKO CORTÉS. En ambos, pragmatismo ramplón, pobreza doctrinal, carencia de ideales, medio pelo.
Al único dirigente que vemos atizar desde ahora el fogón sucesorio es al brujo de Alvarado, Veracruz, DANTE DELGADO, franquiciario en jefe de Movimiento Ciudadano, quien ya parece tener lista su carta en la persona del gobernador jalisciense ENRIQUE ALFARO.
Con un serio problema geográfico, pues MC solo tiene asegurado el control de Jalisco y (en fecha reciente) Nuevo León, con SAMUEL GARCÍA. La ola naranja hace ruido, pero ni de lejos tiene canicas para ganar la Presidencia de la República, a menos que el resto de la oposición les siguiera.
Por lo pronto, a los cuatro principales (PAN, PRI, PRD y MC) se les está yendo el tiempo en lamentaciones y reyertas contra LÓPEZ OBRADOR, pero no aciertan en generar un trabajo sólido, capaz de elaborar alguna propuesta competitiva para el 2024.
Y mientras eso sucede, AMLO sigue proyectando su sombra sobre nuevos territorios, alentando el tapadismo y aceitando su maquinaria partidista con renovados programas sociales.