jueves, 4 de abril de 2019

Comisión de Energía


Cd. Victoria, Tam. La energía es cosa muy seria, mire usted. La regulación de sus actividades, públicas y privados, también. De aquí la responsabilidad tan delicada que hoy cumple la Comisión Reguladora de Energía (CRE) como organismo federal desconcentrado y autónomo del Poder Ejecutivo.
La dependencia nace en el último bienio salinista, por decreto presidencial emitido en octubre de 1993 y cuyo arranque formal de operaciones se remonta al 3 de enero de 1994.
Al paso del tiempo, las sucesivas administraciones de ERNESTO ZEDILLO a ENRIQUE PEÑA NIETO no quitaron el dedo del renglón en la tarea de incrementar las funciones de la CRE, darle mayor autonomía, dotarla de leyes secundarias y reglamentos.
Desde luego, ganó en complejidad. Hay que decirlo, sus atribuciones son impresionantes, tanto como el efecto potencial de sus decisiones, para bien y para mal, a todos los plazos imaginables.
Su misión es garantizar que la disponibilidad de energéticos en México sea la requerida, con calidad y precios competitivos.
Hasta donde puedo entender, leyendo sus documentos oficiales (no siempre fáciles, ni muy didácticos) dicho propósito se desglosaría en tres rubros:
En hidrocarburos, el proceso que abarca el traslado, almacenamiento, distribución y expendio al público de petróleo, gas natural, gas licuado de petróleo, petrolíferos y petroquímicos;
En bioenergéticos, su transporte por ductos, almacenamiento, distribución y expendio al público.
En electricidad, la generación, sus servicios de transmisión, distribución y comercialización.
Acaso por ello, el titular de la CRE no se manda solo. Reporta sus actividades a un órgano de gobierno que funciona y se renueva con calendario propio, distinto al del poder político.
Dicho consejo está integrado por siete comisionados (incluyendo al comisionado presidente) que el poder legislativo elige en base a ternas enviadas por el Presidente de la República.

LAS VOTACIONES
La tormenta legislativa que en las últimas semanas se ha desatado en torno a la Comisión Reguladora de Energía tiene que ver con el reemplazo de cuatro de sus siete comisionados.
No todas son vacantes naturales, mire usted. Aunque el tema al detalle merece comentario aparte, solo uno de los comisionados (el ingeniero JESÚS SERRANO) había concluido su periodo.
Los otros tres renunciaron en diciembre pasado: la maestra NEUS PENICHE, el doctor MARCELINO MADRIGAL y la maestra MONTSERRAT RAMIRO.
No se fueron, “los fueron”. Lo cual no es novedad en dichos organismos de autonomía formal, eventualmente afectados por las reglas no escritas del viejo sistema presidencialista.
Hay ejemplos de ello en la renovación de magistrados (Suprema Corte y tribunales de los estados), incluyendo los electorales y en todos aquellos cuerpos colegiados que en el papel gozan de autonomía y tienen calendario propio, aunque ello no siempre se cumpla.
Siempre habrá una voz amable que les diga en discreto coloquio: “vete, hazme un favor, desocúpame la silla, quiero poner yo a mi gente.”
Y, bueno, ya que los comisionados del CRE se votan por separado, el presidente LÓPEZ OBRADOR envió al Congreso las cuatro ternas respectivas para su análisis y votación.
Por igual, la ley manda que el senado en pleno apruebe, por mayoría calificada (dos terceras partes) a uno de los tres candidatos que en cada caso habrán de comparecer en dicha cámara, en un plazo no mayor de 30 días.
Desde luego, sus perfiles deben ser los adecuados, tanto en el plano académico como en trayectoria profesional, experiencia en campos específicos, ahí donde la palabra energía es la palabra clave. Algo así como “the name of the game”.
Desde luego existe la posibilidad de que el senado rechace a una terna completa y en ese caso, el Jefe del Ejecutivo está obligado a enviar otra.
Para reemplazo de JESÚS SERRANO las propuestas son: ÁNGEL CARRIZALES (ingeniero egresado, nada menos, que del Tecnológico de Ciudad Madero), PAOLA ELIZABETH LÓPEZ y LUIS LINARES ZAPATA.
Buscando la silla de NEUS PENICHE, van JORGE AMAYA MENDÍVIL, NORMA LETICIA CAMPOS y ALFONSO LÓPEZ ALVARADO.
En reemplazo de MARCELINO MADRIGAL, la terna enviada por AMLO está formada por JOSÉ ALBERTO CELESTINOS, MARIO JOSÉ SILVERIO GALICIA y RAÚL MORALES MITRE.
Y en sustitución de MONTSERRAT RAMIRO, la terna incluye a GUADALUPE ESCALANTE, FERNANDO JUÁREZ MARTÍNEZ y EDMUNDO SÁNCHEZ AGUILAR.
Por cuestión de espacio menciono solamente nombres. Para trayectoria de cada uno, me remito al servicio informativo del Senado, del que puede descargarse el documento completo en formato PDF:

HAY TENDENCIAS
Y bueno, el tema es que (por segunda ocasión) no se pusieron de acuerdo los senadores, asunto muy natural en las democracias, si consideramos que provienen de formaciones políticas distintas en ideología, enfoques, intereses.
Y no es que hayan sido rechazados de golpe, sino que ninguna de las cuatro ternas alcanzó la mayoría calificada, lo cual otorga al Presidente de la República la facultad de ejercer la designación directa.
Los observadores señalan como un indicativo que en las dos rondas de votación se hayan sostenido prácticamente las mismas tendencias en favor de LUIS LINARES ZAPATA (65 votos), NORMA LETICIA CAMPOS (64 votos), JOSÉ ALBERTO CELESTINOS (67) y GUADALUPE ESCALANTE (6).
El senador tamaulipeco ISMAEL GARCÍA CABEZA DE VACA (miembro, por cierto, de la Comisión de Energía) hizo una observación sustantiva al respecto, al recordar que las ternas del Presidente fueron prácticamente las mismas en ambas rondas.
Lo cual en buena medida anula el mecanismo democrático que faculta a los legisladores para rechazar dichas ternas, en espera de que el Ejecutivo formule otras.
Al menos se supone que así debieran ser las cosas. Porque no sirve de mucho efectuar dos votaciones, si los nombres a considerar son iguales.
Todo indica que en Palacio Nacional no hacen distingos (o no quieren hacerlos) entre el mandato de “nuevas ternas” y la práctica que esta vez vimos de “nueva votación, con las mismas ternas.”
Y bueno, habrá que felicitar al senado, en su conjunto, por la respuesta que sus integrantes dieron a un sujeto majadero como el tal EDMUNDO SÁNCHEZ AGUILAR.
Aspirante que compareció ante la Comisión de Energía haciendo gala de autosuficiencia (en plan mamón, hay que decirlo) luciendo por delante sus galones académicos y negándose a responder las preguntas de los legisladores.
El resultado fue que lo mandaron a la chingada. Alguien debió avisarle que pelear con XOCHITL GÁLVEZ es muy mal negocio y representa (además) un esfuerzo inútil. Al final, el suspirante abandonó el recinto pegando de gritos.
El paisano ISMAEL solo alcanzó a decir: “que bueno que ya se va.”