Cd. Victoria, Tam.- Se acerca la rendición de cuentas para el todavía gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y también las especulaciones respecto a su futuro inmediato. Riesgos y posibilidades.
Reynosense solo de manera oficial, desde los primeros años se habló de un presunto natalicio en Estados Unidos, lo cual se reforzaría con sus declaraciones recientes al programa de ALAZRAKI donde confirmó ser “ciudadano norteamericano.”
Detalle curioso, la versión de Wikipedia en español dice que FRANCISCO nació en Reynosa (https://tinyurl.com/2ghvwv87). Aunque la misma fuente en idioma inglés afirma otra cosa.
Cito textual: “García was born in McAllen, Texas.” https://tinyurl.com/2qv5z5dc
En verdad, tamaulipeco fronterizo nunca nos pareció. Su perfil se antoja como de pocho texano, con más codicia que raíces, más ambición que palabras y mucha prisa por capitalizarse. De aquí el estilo mustio, su escaso vocabulario, el tono ahogado y la sintaxis cortante en su narrativa habitual.
Así lo comenté en esta columna desde aquellos debates de abril y mayo en 2016, donde participó el propio CABEZA DE VACA junto a BALTAZAR HINOJOSA y GUSTAVO CÁRDENAS, entre otros candidatos.
La explicación es muy simple, el hombre piensa en inglés (y en espanglés) por ello carece de retórica castellana. Nada elaborado, el mínimo indispensable para hacerse entender y obedecer, solo frases sueltas, entre grandes lagunas semánticas donde todo se focaliza en términos de poder y ganancia.
Su idioma es el de los negocios. Al fin y al cabo, las operaciones aritméticas funcionan más o menos igual en cualquier lengua. Unidades, decenas, centenas, millares, millones. ¡Al universo y más allá!...
El caso es que hoy vive el invierno de su régimen, azuzando infiernillos, destilando azufre tras la derrota electoral sufrida por su delfín CESAR VERÁSTEGUI OSTOS.
Es por ello que ante la caducidad inminente de su investidura, CABEZA opta por boicotear las instituciones a su cargo. No vestirá más la casaca de mandatario, tampoco deja heredero.
La memoria regional habrá de recordarlo de manera sucesiva como un ganador ejemplar, digno del mejor aplauso (2016) y un pésimo perdedor, rencoroso y vengativo (2022).
Antes lo dije aquí. Tras los reiterados fracasos de una fiscalía federal sospechosamente inepta, el verdugo real de FRANCISCO JAVIER sería el padre tiempo. Cuando el fuero se agote.
Reynosense solo de manera oficial, desde los primeros años se habló de un presunto natalicio en Estados Unidos, lo cual se reforzaría con sus declaraciones recientes al programa de ALAZRAKI donde confirmó ser “ciudadano norteamericano.”
Detalle curioso, la versión de Wikipedia en español dice que FRANCISCO nació en Reynosa (https://tinyurl.com/2ghvwv87). Aunque la misma fuente en idioma inglés afirma otra cosa.
Cito textual: “García was born in McAllen, Texas.” https://tinyurl.com/2qv5z5dc
En verdad, tamaulipeco fronterizo nunca nos pareció. Su perfil se antoja como de pocho texano, con más codicia que raíces, más ambición que palabras y mucha prisa por capitalizarse. De aquí el estilo mustio, su escaso vocabulario, el tono ahogado y la sintaxis cortante en su narrativa habitual.
Así lo comenté en esta columna desde aquellos debates de abril y mayo en 2016, donde participó el propio CABEZA DE VACA junto a BALTAZAR HINOJOSA y GUSTAVO CÁRDENAS, entre otros candidatos.
La explicación es muy simple, el hombre piensa en inglés (y en espanglés) por ello carece de retórica castellana. Nada elaborado, el mínimo indispensable para hacerse entender y obedecer, solo frases sueltas, entre grandes lagunas semánticas donde todo se focaliza en términos de poder y ganancia.
Su idioma es el de los negocios. Al fin y al cabo, las operaciones aritméticas funcionan más o menos igual en cualquier lengua. Unidades, decenas, centenas, millares, millones. ¡Al universo y más allá!...
El caso es que hoy vive el invierno de su régimen, azuzando infiernillos, destilando azufre tras la derrota electoral sufrida por su delfín CESAR VERÁSTEGUI OSTOS.
Es por ello que ante la caducidad inminente de su investidura, CABEZA opta por boicotear las instituciones a su cargo. No vestirá más la casaca de mandatario, tampoco deja heredero.
La memoria regional habrá de recordarlo de manera sucesiva como un ganador ejemplar, digno del mejor aplauso (2016) y un pésimo perdedor, rencoroso y vengativo (2022).
Antes lo dije aquí. Tras los reiterados fracasos de una fiscalía federal sospechosamente inepta, el verdugo real de FRANCISCO JAVIER sería el padre tiempo. Cuando el fuero se agote.
CAMBIO DE ESTAFETA
Hace cosa de seis años, pasadas las elecciones, esta columna se publicó bajo un titular anfibio: “Alcuernancia” (https://tinyurl.com/2molm6pm). Encabezado de palabra única que mezcla los verbos alternar y cornar.
El diestro tricolor BALTAZAR HINOJOSA había sido abatido (o, más bien, dejado en calidad de alfiletero, coladera, harapo, andrajo) por el feroz burel albiazul CABEZA DE VACA. Se concretaba así la primera gubernatura no priísta en Tamaulipas. Postpriísta, acaso.
La transmisión de poderes fue de terciopelo. Salientes y entrantes se vieron pronto las caras, con la naturalidad necesaria para encaminar sin contratiempos el protocolo entrega-recepción.
Incluyendo, por supuesto, el encuentro de rigor entre el sucesor en ciernes y el gobernante de entonces. Importa recordarlo ahora porque la narrativa del presente 2022 es radicalmente distinta.
La negación domina los ánimos en Casa de Gobierno. Acaso habría que consultar los textos de la doctora ANITA FREUD para reseñarlo al detalle. Realidad que se suprime, reprime, desplaza, aísla, sublima, cualquier cosa menos aceptarla.
En la óptica de FRANCISCO la derrota no existe. Por eso no baja la guardia, sigue ahí, sacándole jugo a cada minuto del día y cada metro de carretera, brecha, calle, plaza, foro, explanada.
Se diría que flota cuando lo vemos navegar sobre la ilusión de un tiempo estacionado donde seguirá recibiendo aplausos por toda la eternidad.
Pero la noticia es que le quedan 10 días. Avanza la cuenta regresiva y nada de lo que haga modificará el implacable paso de las horas. Alguien debe avisarle que el reloj de arena no se ha detenido. Que la llama ha consumido la vela y le resta el puro aguijón.
Y aunque sus corifeos le vean todavía cara de presidenciable, el común de los analistas lo ubica cercano al flaco de oro MARIO VILLANUEVA MADRID y al señor barriga JAVIER DUARTE DE OCHOA, priístas los dos, primero gobernadores, luego prófugos de la justicia y finalmente reos.
Quintanarroense y veracruzano, en ese orden, huyeron horas y días antes de entregar el mando. Pusieron pies en polvorosa y fueron capturados un tiempito después.
TORMENTA FINAL
Aunque la novedad en CABEZA DE VACA es la cantidad pasmosa de trampas que ha sembrado en el camino de AMÉRICO VILLARREAL.
Le deja una fiscalía hipertrofiada con la mudanza de fuerzas especiales hasta hace poco acampadas en la Secretaría de Seguridad. Un congreso local dividido, inoperante.
De manera artificial dispuso una basificación masiva de personal burocrático, medida pensada y diseñada para intoxicar las relaciones laborales del nuevo gobierno.
Estrategia de mala entraña que enrarece la convivencia social. Envenena el agua, deja el terreno minado, con recursos mermados. Tiene mucha prisa en emponzoñar el ambiente, hundir el barco antes de entregar el timón.
Acaso hablemos de una agresividad del tamaño de su miedo. Del tamaño, también, de su ambición presidencial. Sinergia macabra entre el sueño que jamás llegará y el abismo que sin duda tiene por delante.
La cantaleta burlona que antes utilizó contra sus adversarios (“de que se van, se van”) ahora se aplica en su perjuicio. Fabricó el menjurje, tendrá que beberlo ahora.
La alcuernancia, en efecto, se fue al cuerno. A partir de octubre PACO CABEZA abandona el ámbito político para convertirse en tema de nota roja.
Sembrador de vientos oscuros, le aguarda una abundante cosecha de tempestades. Su nueva vida es adrenalina pura, llanto y crujir de dientes.
Su renovado hábitat se ubica entre ministerios públicos, juzgados, fiscalías, tribunales, amparos, abogados que cobran en dólares, guaruras pagados de su bolsillo, testigos, cómplices, filtraciones, delaciones y traidores. La monserga de andar a salto de mata ante la temida ficha roja de Interpol.
Y al final del túnel, lo inevitable. Eso que los viejos reporteros policiacos llamaban bartolinas, ergástulas, mazmorras, bote, tambo, chirona.