Cd. Victoria, Tam.- La entrante batalla presidencial desborda en redes y
medios. El frenesí por vislumbrar candidaturas agita las aguas de MORENA, pero
también de sus principales adversarios, el PRI y el PAN.
Importa recordar que fue el
presidente LÓPEZ OBRADOR quien adelantó drásticamente los tiempos en la
mañanera de aquel lunes 5 de julio de 2021 cuando destapó como punteros a
CLAUDIA SHEINBAUM y MARCELO EBRARD. En ese orden, CLAUDIA y luego
MARCELO.
En el mismo rato y con similar
arrogancia, añadiría de manera complementaria a personalidades de relleno como
JUAN RAMÓN DE LA FUENTE, ESTEBAN MOCTEZUMA, TATIANA CLOUTHIER y ROCÍO
NAHLE.
Se recordará que una semana después,
el lunes 12 de julio de 2021, AMLO retomó el tema en el mismo espacio matutino
cuando dijo “yo soy el destapador
y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo, esa es la regla”.
Palabreja un
tanto rasposa (irrespetuosa, acaso vulgar) para referirse a sus probables
sucesores. Pero bueno, a nadie debiera extrañar si antes fue capaz de llamar a
sus seguidores espontáneos con el mote de “solovinos”, término que regularmente
emplean los mexicanos para referirse a los perros callejeros.
EL FACTOR
ADÁN
Pero bueno, el
caso es que refrendó con ello su condición de gran elector, dentro del viejo
estilo priísta. La diferencia es el disfraz, la coartada que encubre y muy
apenas disimula la decisión unipersonal.
Hoy llaman
“encuestas” a lo que la vieja ortodoxia tricolor identificaba como presuntas
consultas “a los sectores y organizaciones del partido”. En términos prácticos,
el dedazo es igual.
Sin embargo,
dentro del propio oficialismo se habrían de registrar variantes, tras la
incorporación en la titularidad de SEGOB de ADÁN AUGUSTO LÓPEZ el 26 de agosto
de 2021, quien hubo de pedir licencia como gobernador de Tabasco para entrar al
relevo de doña OLGA SÁNCHEZ CORDERO en el sillón principal de Bucareli.
Y aunque AMLO en
principio negó que ADÁN AUGUSTO fuera presidenciable, su figura fue creciendo
en influencia durante los meses posteriores del 2021 y arrancó el 2022 con la
fuerza suficiente para meterse a la pelea.
Ciertamente,
tuvo un tropiezo el sábado 2 de abril (ocho días antes de la consulta
revocatoria) cuando viajó a Torreón, Coahuila, para cubrir una presunta agenda
de seguridad nacional, pero empleó su oportunidad al micrófono para apoyar
abiertamente la consulta.
Acto
eminentemente partidista al que viajó en avión de la Guardia Nacional,
acompañado nada menos que del general LUIS RODRÍGUEZ BUCIO, comandante de la
Guardia Nacional y el subsecretario de Seguridad Pública Federal RICARDO MEJÍA.
Evento donde también participó MARIO DELGADO, dirigente nacional de
MORENA.
VINO EL
AJUSTE
Ante el alud de
críticas sobre el inocultable sesgo proselitista visible en la agenda de ADÁN
AUGUSTO, el propio AMLO haría la corrección dos días después, en la conferencia
matutina del lunes 4 de abril, cuando justificó a su amigo aduciendo que se
encontraba en Coahuila realizando tareas oficiales y dijo:
“Él, para que se tranquilicen los adversarios, está ayudándome en la transformación, no es precandidato a la Presidencia (…) que no se confunda, el no está haciendo campaña.”
“Él, para que se tranquilicen los adversarios, está ayudándome en la transformación, no es precandidato a la Presidencia (…) que no se confunda, el no está haciendo campaña.”
Aunque eso fue a
principios de abril. Con el mismo espíritu caprichoso que le caracteriza,
semanas después el Presidente demostró una vez más que “cómo dice una cosa dice
otra”, con ese estilo antes visto en personajes como VICENTE FOX y que parece
emular a FLORINDA MEZA, la Chimoltrufia.
Si primeramente
(a raíz del incidente en Torreón) AMLO bajó de la contienda al titular de
SEGOB, 24 días después, el pasado jueves 28 de abril, reunido con legisladores
de su partido en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, lo volvió a meter a la
contienda, cuando dijo a manera de pregunta:
-“A ver, vamos a poner a consideración, vamos a hacer una especie de encuesta, de consulta rápida, breve. díganme si sí o no, ¿verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?”.
-“A ver, vamos a poner a consideración, vamos a hacer una especie de encuesta, de consulta rápida, breve. díganme si sí o no, ¿verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?”.
A lo cual los
asistentes, en respuesta prácticamente condicionada, pavloviana, no solo
respondieron con una ovación fogosa sino que, además, se pusieron de pie y
empezaron a corear el mantram esperado de: “¡Presidente, Presidente,
Presidente!”
Mejor todavía,
ANDRÉS MANUEL diría de su paisano tabasqueño palabras clave:
-“Me ayuda mucho, me aligera la carga”, en referencia a sus tareas de conciliación, “los acuerdos con legisladores, con gobernadores, con la Fiscalía General de la República, con el Poder Judicial.”
-“Me ayuda mucho, me aligera la carga”, en referencia a sus tareas de conciliación, “los acuerdos con legisladores, con gobernadores, con la Fiscalía General de la República, con el Poder Judicial.”
El lector podría
preguntar, ¿por qué palabras clave?, mire usted, porque medio año atrás había
dicho lo mismo de CLAUDIA SHEINBAUM, en una gira de trabajo por la Ciudad de
México, el 24 de septiembre de 2021, cuando dijo de CLAUDIA que le ayuda mucho
pues “me aligera la carga (…) me representa muy bien, me siento representado
por la jefa de gobierno (…) una mujer trabajadora, honesta, con
convicciones.”
Por eso llamó la
atención la miniencuesta con aclamación incluída del pasado jueves 28, porque
el destapador en jefe empleó las mismas palabras.
Pero como dice
una cosa, dice otra. Luego corrige y este ajuste llegó al día siguiente,
viernes 29 de abril, cuando en la misma mañanera negó haber consultado a los
legisladores sobre la Presidencia y solamente habría preguntado (dijo) si ADÁN
AUGUSTO era “un buen Secretario de Gobernación”.
Sin embargo,
para no excluir a su amigo, retomaría después la narrativa de que será una
encuesta la que decida y todos los aspirantes pueden participar (lo cual
incluye tácitamente al titular de SEGOB).
ESPÍRITUS
CHOCARREROS
Como dato
curioso, cabe recordar que el lunes 14 de marzo el propio AMLO hizo un destape
un tanto singular, al dar a conocer lo que (según su criterio) sería una lista
de 10 aspirantes opositores a la Presidencia y los mencionó en este orden:
La senadora
LILLY TÉLLEZ, el excandidato presidencial y actual diputado federal GABRIEL
QUADRI, la exprimera dama MARGARITA ZAVALA, el exsecretario de Gobernación y
también diputado federal SANTIAGO CREEL, los comunicadores CARLOS LORET DE MOLA
y CARMEN ARISTEGUI, los dirigentes partidistas ALEJANDRO MORENO y MARKO CORTEZ,
el empresario CLAUDIO X. GONZÁLEZ y el senador panista DAMIÁN ZEPEDA.
Casi mes y medio
después, en la ya citada conferencia del día 29 de abril, volvió sobre el tema
en el mismo tono socarrón y desdeñoso que de sobra le conocemos, añadiendo los
nombres del bloguero CHUMEL TORRES, la comunicadora DENISE DRESSER, el
excandidato presidencial DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS y el gobernador de Yucatán
MAURICIO VILA.
Por supuesto,
son listas burlonas que podríamos interpretar como recuentos amplios de sus
animadversiones, donde conjunta a las personalidades que mayormente desprecia,
por ser quienes con más frecuencia lo critican.
Justo es
adelantar que si de algo ANDRÉS MANUEL puede estar seguro es que todos esos
malquerientes cultivados a pulso desde las mañaneras, estarán ahí cuando su
estrella se apague el último día de septiembre del 2024.
El largo listado
de adversarios es también un recuento de sus miedos. Los fantasmas que le jalan
los pies en las madrugadas cuando recuerda que un día más es también un día
menos.
Ese poder al que
se tardó 18 años en llegar, pero después se le está yendo como agua. Se sabe y
siente de salida y su obsesión por precipitar la puja sucesoria parece cobrar
tintes autodestructivos.