Cd. Victoria.- Cabe otorgar el beneficio de la duda al candidato de MORENA a la alcaldía de Victoria EDUARDO GATTÁS BÁEZ. Pero más allá de cualquier diagnóstico, necesario es decir que los señalamientos en su contra son muy severos, por varias razones:
(1) Hoy más que nunca, la causa de las mujeres se ubica en el primer plano de la política nacional, ante el funesto boom de violaciones, golpizas, secuestros y asesinatos, todo ello enmarcado en la temática de género. Muy cercano a este asunto, el problema de la pedofilia, por igual, grave.
(2) La cantidad de escándalos que en los últimos días golpean a las fórmulas de MORENA, empezando por el violador serial FELIX SALGADO MACEDONIO en Guerrero, sin olvidar al candidato a gobernador de Zacatecas DAVID MONREAL ÁVILA y su presente escándalo por tocamientos indebidos a una compañera de partido.
A lo que ahora se agrega el diputado federal poblano SAUL HUERTA CORONA, quien ya acumula dos acusaciones por abuso de adolescentes, en proceso de investigación.
(3) Lo cual parece empeorar con la actitud desdeñosa del presidente LÓPEZ OBRADOR ante este tipo de querellas, a las que minimiza sin emoción alguna y cambia de tema, lo cual irrita todavía más a la opinión pública nacional.
El año pasado, en alguna de sus mañaneras, ANDRÉS MANUEL llegó a pedir que no le preguntaran de una mujer desollada en fecha previa, porque su agenda del día giraba en torno a la rifa del avión. Hágame usted el recabrón favor.
(4) Candente la noticia en sus múltiples facetas, podría catapultar el caso del victorense GATTÁS BÁEZ, por el contexto de abusos vinculados a su partido y (además) el tipo de documentación que acompaña al señalamiento.
Copias de una formal denuncia ante la Agencia Primera del Ministerio Público de lo familiar, con fecha 12 de octubre de 2008, donde se consignan golpizas (en número de siete, mire usted) a su excónyuge.
El candidato ha respondido condenando esos golpes bajos y prometiendo que por cada nuevo ataque que reciba hará una propuesta constructiva en bien de Victoria.
Lo cual podría sonar interesante en términos de marketing electoral, aunque nada tenga que ver una cosa con la otra. Son dos asuntos de naturaleza muy diferente.
La cola larga o corta que arrastre un aspirante no cambia de dimensiones con la difusión de una promesa feliz ni desaparece mágicamente ante un nuevo compromiso de campaña.
Aun tratándose de un asunto antiguo (2008), es mala estrategia esconderlo, echarle tierra, porque ello no va a modificar la actitud que hoy tiene el votante, tras la amplia difusión que está recibiendo la nota en medios y redes regionales. Lo sabe todo Victoria.
EFECTO CONTRARIO
Y lo vimos con la candidata a gobernadora en Nuevo León CLARA LUZ FLORES (de MORENA, en efecto). Iba muy bien, derrochando simpatía, punteando en las encuestas, pero un pésimo manejo de medios la llevó a donde está, el cuarto lugar.
Muy distinta habría sido su suerte, si en vez de tapar su relación con el depredador sexual KEITH RANIERE, la dama hubiera asumido públicamente esa mancha oscura en su trayectoria, con el debido “mea culpa”, el reconocimiento del error y eso que llaman propósito de enmienda.
La habría costado, tal vez, algunos puntos en la estadística electoral, pero seguiría en la pelea. Esa caída drástica que la ubica en el sótano de la competencia (por abajo de PRI, PAN y MC) es efecto directo de su flagrante mentira.
Desde luego, todos los candidatos tienen esqueletos en el closet, chicos, medianos, grandes, algunos más vistosos que otros. Cierta parte de sus vidas que no quisieran recordar, les inquieta, afecta, incomoda.
El problema surge cuando ese tipo de episodios vergonzantes deja de pertenecer al ámbito privado para asomar a la vida pública.
La negativa los agiganta, los rodea de un interés morboso y un halo siniestro, detalle que los adversarios aprovecharán tiro por viaje, es decir, siempre.
Por supuesto, CLARITA supo con tiempo que el caso RANIERE le estaba tocando la puerta. Craso error, lo rechazó de manera tajante. Muy oronda.
La realidad castiga. En menos de 48 horas, el cuarto de guerra priísta liberó ese devastador video de 80 minutos donde se revela una relación cercanísima con el gurú neoyorquino, hoy preso y sentenciado.
Negar es mentir dos veces y esto también lo vemos en el asunto del zacatecano DAVID MONREAL, donde, por igual, hay un video elocuente.
La gente no está dispuesta a creer la explicación de que fue un tocamiento involuntario. Dicho en términos futboleros, se asume que es penalti, cuando la mano va al balón y no el balón a la mano.
Embarazoso, además, que en aras de quedar bien con sus padrinos, la candidata a presidenta de Juchipila ROCÍO MORENO SÁNCHEZ se sume al coro de quienes niegan todo. El argumento defensivo es un nuevo embuste.
Está pasando también con el diputado HUERTA CORONA, el poblano (otro de MORENA). No bien había rechazado el señalamiento (abuso sexual de un adolescente) cuando sale a la luz una grabación donde la abuela de la víctima nos presenta la voz del legislador intentando vanamente comprar su silencio.
Peor todavía, ya apareció por ahí una segunda víctima. Otro joven que se dice acosado por el mismo personaje y con idéntico “modus operandi”. Habría sido engatusado mediante presunta oferta de trabajo para luego llevarlo al cuarto de un hotel capitalino.
En todos estos episodios, ante la contundencia de las acusaciones y la claridad de los hechos, el ocultamiento ofende y agrava el escándalo, lo extiende y arraiga en la opinión pública.
En este sentido, GATTÁS tiene varios caminos a elegir:
(1) Afrontar el problema y contarle a sus electores qué ocurrió, con el más sincero de los arrepentimientos o, bien, (2) dejar el campo libre para que sus adversarios lo narren con lujo de imaginación y toda la mala leche del mundo, o acaso (3) una tercera opción, radical pero no imposible, es que renuncie a la candidatura y su partido busque urgentemente un reemplazo. Nadie dijo que la política fuera fácil.