lunes, 16 de diciembre de 2019

El factor Dauahare


Cd. Victoria, Tam.- El 17 de abril de 2013, aterrizaba el vuelo mañanero Victoria-Ciudad de México. Un taxi pintado muy al gusto del entonces Jefe de Gobierno MIGUEL MANCERA (rosa mexicano con vivos blancos y verdes) trasladó al autor de esta columna del aeropuerto al hotel.
Diré que me tocó en suerte un chofer viejo y conversador, como manda la leyenda, peluche por todas partes, zapatito de bebé colgado del espejo principal, la respectiva Virgen de Guadalupe iluminada con focos navideños y canciones de la Sonora Santanera.
Preguntón (como suelen ser), tras averiguar lo básico (“de dónde viene, amigo”, “qué lo trae por estos rumbos”) me consultaría muy educado si deseaba escuchar música o prefería noticias.
Por supuesto, opté por lo segundo y con un rápido apretón de tecla me llegó una voz femenina anunciando una entrevista vía telefónica con el general TOMÁS ÁNGELES DAUAHARE desde su casa.
Su liberación previa era la nota del día, tras pasar 11 meses de prisión, acusado injustamente de complicidad con el narcotráfico.
-“¿Así está bien o le busco otra?”
-“Ahí déjele, nomás póngale volumen.”
Bendecí los embotellamientos y el ritmo lento del traslado (más de 50 minutos) que me permitió escuchar el testimonio detallado de un militar de carrera, al que el gobierno calderonista había refundido en la cárcel y la nueva administración de PEÑA NIETO exoneró al año siguiente.
Quedó libre justo el día que llegué a la capital mexicana. Voz cansada pero feliz de haber recuperado su vida familiar, sin asomo de rencor, ni deseos de contrademandar a sus captores, ni más planes que estar con los suyos.

TRAYECTORIA LIMPIA
Largo es el historial como noble la estirpe del general ÁNGELES DAUAHARE. Sobrino nieto del general revolucionario FELIPE ÁNGELES, defensor del presidente MADERO durante la decena trágica, sumado después a las fuerzas de FRANCISCO VILLA.
Su descendiente, TOMÁS egresó del Heroico Colegio Militar y luego de la Escuela Superior de Guerra. Fungió como subjefe y comandante de batallón, cubrió puntualmente cargo tras cargo hasta convertirse en Agregado Militar en la embajada mexicana en Washington.
Fue también Director del Heroico Colegio Militar, titular del Instituto de Seguridad Social de la Fuerzas Armadas y luego Subsecretario de la Defensa Nacional. En dicho cargo y como general de división, se había retirado en 2008.
Ocurrió que en la primavera del 2012, fue reconocido por los medios entre los invitados especiales del candidato presidencial ENRIQUE PEÑA NIETO, entonces en campaña.
Suficiente razón para que los columnistas dijeran en días subsiguientes que (en caso de ganar EPN) ÁNGELES DAUAHARE iría a la titularidad de SEDENA.
Pero el destino tenía otros planes. De manera inesperada, el 16 de mayo de 2012, el militar fue detenido por elementos del propio ejército, en obediencia a una orden de presentación dispuesta por la PGR. Oficialmente se dijo que un testigo protegido lo acusaba de connivencia con el crimen organizado.
Pasaría 11 meses en el CEFERESO de Almoloya hasta que el nuevo gobierno de PEÑA determinó su inculpabilidad, dejándolo libre en esa fecha citada, el 17 de abril de 2013.
La posibilidad de ocupar la titularidad del ejército quedó frustrada, pero le fueron devueltos sus galones castrenses y pasó a ocupar un discreto cargo como asesor del general SALVADOR CIENFUEGOS, en su respectiva gestión 2012-2018.
Varias cosas me llamaron la atención entonces.
(1) Que PEÑA NIETO se haya tardado tanto en hacerle justicia. Aun sabiendo que TOMÁS ANGELES era inocente, lo vino liberado hasta cinco meses después (abril de 2013) de asumir la presidencia (diciembre de 2012).
(2) Que no haya dispuesto medida alguna para investigar y castigar a quienes le armaron el caso, pese a que el general ANGELES señaló con sus nombres a los principales operadores de su falsa acusación dentro del gobierno calderonista.
A saber: el extitular de SEDENA GUILLERMO GALVÁN, la exprocuradora MARISELA MORALES y el exsecretario de Seguridad GENARO GARCÍA LUNA.
Nombres que, por cierto, se repetirían en distintos medios impresos y electrónicos, entre ellos el noticiero que escuché en aquel taxi el día de su liberación.

NUEVO SESGO
De todo aquello han pasado ya seis años. Muchas cosas cambiaron desde entonces, entre ellas el partido en el poder. Ya no gobierna el priísta PEÑA NIETO sino el morenista LÓPEZ OBRADOR.
El ingeniero GARCÍA LUNA está preso en el distrito de Brooklyn, Nueva York, por presunta relación con capos como JOAQUÍN, “El Chapo”, GUZMÁN y JESÚS, “El Rey”, ZAMBADA.
En este contexto tan diferente, leí con sorpresa la columna “Serpientes y Escaleras” de SALVADOR GARCÍA SOTO el sábado pasado en EL UNIVERSAL, con el largo título de “El rastro que llevó a GARCÍA LUNA y el general que le advirtió a CALDERÓN”.
Personalmente me había quedado con la idea de que había sido la presencia de ÁNGELES DAUAHARE en la campaña del PRI lo que motivó el enojo de CALDERÓN.
Sin embargo, siguiendo el análisis de GARCÍA SOTO, el verdadero pecado del divisionario fue advertirle a CALDERÓN en 2006 sobre los nexos entre GARCÍA LUNA y el narcotráfico, entregándole un amplio expediente con documentación probatoria.
Dicho señalamiento no prosperó ni impidió que FELIPE impusiera a GENARO al frente de la Seguridad federal.
Hoy se recuerda el incidente como una manera de responder al argumento defensivo que esgrime FELIPE, el de “no estuve enterado” de las irregularidades que la corte de Brooklyn señala de GARCÍA LUNA y que (por cierto) datan… ¡desde el año 2001!...
Lo cuál tiene un antecedente interesante. Cuando la CIA le avisó con suficiente tiempo (1976) al candidato presidencial JOSÉ LÓPEZ PORTILLO sobre la alta peligrosidad de su jefe de seguridad ARTURO DURAZO MORENO, a quien se involucraba también con los cárteles.
Igual que CALDERÓN en 2006, LÓPEZ PORTILLO en 1976 desoyó el consejo y convirtió a su gran amigo en Director de la Policía capitalina. Historias paralelas, sin duda, con desenlaces nefastos, ambas.