Cd.
Victoria, Tam. Crítica y valores: ¿es
factible aplicar un solo rasero al comportamiento similar de un mismo conductor
televisivo ante dos jefes de la nación tan diferentes?
Parece trabalenguas, disculpe usted. Lo comenté este
fin de semana en redes. El 4 de abril de 2018, en plena campaña electoral, el
personaje interpretado por el humorista televisivo VICTOR TRUJILLO, hizo un
severo extrañamiento al entonces presidente ENRIQUE PEÑA NIETO.
Le llamó “HENRY MONSTER” y le exigió respetar el resultado de las elecciones en curso.
Le llamó “HENRY MONSTER” y le exigió respetar el resultado de las elecciones en curso.
Como quien reprende a un niño, lo reconviene con tono
furibundo y dedo aleccionador, frente a la cámara: “¡HENRY, ENRIQUE, te estoy
hablando!”, para añadir:
-“¿Sabes qué?, si no pudiste tener una administración digna, como la que este país se merece, por lo menos danos una salida que pueda dar un poco de aire a esta asfixia a la que estás llevando al país.”
-“¿Sabes qué?, si no pudiste tener una administración digna, como la que este país se merece, por lo menos danos una salida que pueda dar un poco de aire a esta asfixia a la que estás llevando al país.”
-“El equipo este de mediocres que comandaste a lo
largo de la administración, ya se van muy contentos, ahorita todo mundo está
borrando las huellas, todo mundo está viendo que todos los amigos queden a
salvo y sin sospecha, todo eso lo están cuidando, están haciendo la mudanza tan
irresponsable…”
Ello, amén de recordarle el divulgado escándalo de la ESTAFA
MAESTRA. Maraña de corrupción que le mereció al portal ANIMAL POLÍTICO un
premio internacional de periodismo, el ORTEGA y GASSET.
El referido conductor televisivo empleó para ello su estilo tajante y palabras acaso muy severas que la gente, sin embargo, vio con simpatía.
El referido conductor televisivo empleó para ello su estilo tajante y palabras acaso muy severas que la gente, sin embargo, vio con simpatía.
La prueba de ello es que (1) el video se volvió viral,
(2) las redes lo festejaron y (3) cualquier intento de defensa para PEÑA (si es
que lo hubo) fue mínimo, con sordina.
CIRCO Y
POLÍTICA
El perfil del personaje (BROZO, payaso tenebroso)
viene desde los días en que VICTOR TRUJILLO colaboraba con TV AZTECA, años
noventa.
Para los que no se acuerdan, es una parodia, un remedo
trágico, de otro payaso más viejo (este sí, infantil) llamado BOZO, cuya fama internacional
le permitió funcionar como franquicia, pues lo mismo lo interpretaban actores
norteamericanos que mexicanos.
De este último, la versión de TRUJILLO es deliberadamente
oscura. En el lenguaje popular capitalino, la palabra “broza” es una manera de
referirse (con simpatía, ojo) al pueblo llano, la gente “raspa” de las colonias.
En el norte diríamos “la raza”, en referencia al mismo
ánimo popular que, en la crudeza de su lenguaje, legitima su autenticidad.
BROZO es, pues, el payaso de barrio, que en lugar de
hacer reír, espanta, por su talante agresivo y su lenguaje tabernario, crudo,
procaz, siempre enojado contra la vida infame que le tocó vivir.
Su mudanza del canal del Ajusco a TELEVISA le acarreo
no pocos reclamos de sus seguidores, aunque amplió notablemente el espectro de
su público. El cómico evoluciona como figura y lo veremos alternando en mesas
de periodistas.
Le han dicho que su crítica tiene mucho de ficticia,
que bajo los regímenes del PRI y el PAN fue más bien acomodaticio, alternaba el
golpe y el halago, fiel reflejo de una empresa diseñada, de origen, para la connivencia
con el poder.
Pues bien, esta semana, con el mismo estilo frontal,
TRUJILLO la emprendió de nuevo contra el primer mandatario de la nación, solo
que ahora se trató de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
La irreverencia emerge igual en intensidad, el tono
encorajinado, la procacidad del lenguaje, el ánimo lapidario.
Aunque la diferencia es que ahora sí reaccionaron las
redes. Ciertamente, la popularidad de un mandatario es muy distinta en el año
sexto (EPN) que en primero (AMLO).
La gente se enoja y no la culpo, pero detrás de la
perorata, exabrupto, regañina de TRUJILLO contra LÓPEZ OBRADOR hay una realidad
de fondo que vale la pena rescatar.
LAS
MATUTINAS
Esta vez, el principal motivo de su enojo fueron las conferencias
de prensa llamadas “mañaneras”, que ofrece ANDRÉS MANUEL, la mayor parte de las
veces en Palacio Nacional.
Nada nuevo, por cierto, Ya otros cronistas habían observado
que el staff presidencial ha ido acomodando a los reporteros más amistosos en
las primeras filas, buscando ahuyentar a los críticos.
Y relegando, también, a los colegas de los grandes
medios (impresos y electrónicos) para otorgar lugar y espacio protagónico al llamado
periodismo social. Portales de reciente creación, blogueros de audiencia dudosa,
algunos enviados de provincia más manejables.
Es algo que también señaló el semanario PROCESO, en
aquella portada memorable del 21 de abril (edición 2216) donde advierte sobre
la “tentación autoritaria” del régimen obradorista, incluyendo en su caricatura
final (Mono Sapiens, HERNÁNDEZ y HELGUERA) un referencia chusca al ambiente fársico,
maquillado, que se percibe en las “mañaneras”.
En el trabajo que en dicho número se intitula “Diálogo
Circular”, vemos a LÓPEZ OBRADOR respondiendo a toda suerte de preguntas
absurdas, entre ellas, la de un reportero que se identifica así…
-“Señor presidente, soy Juan de los Palores del sitio web mi gallo es el Peje”…
-“Señor presidente, soy Juan de los Palores del sitio web mi gallo es el Peje”…
Quien luego pregunta…
-“¿A qué hora abren la ventanilla para pasar a cobrar la publicidad de mi sitio?”
-“¿A qué hora abren la ventanilla para pasar a cobrar la publicidad de mi sitio?”
Reclamo de humor agudo, ciertamente, que luego en el
programa de BROZO veremos convertirse en un estallido de cólera. Dice, sobre
las referidas “mañaneras”:
-“Se ponen de acuerdo para que uno de los reporteros
que ya están ubicados en el elenco fijo le dé la palabra a otro cabrón que,
casualmente, le está besando los huevos a ANDRÉS MANUEL.”
La cita es literal, por supuesto. Pero después se
queja de los omnipresentes compañeros de primera fila (“el elenco fijo”) ya muy
conocidos en el medio, ¡hasta por sus apodos!...
Siempre adelante y con preguntas fáciles, a modo.
Los describe TRUJILLO, mediante apodos y observaciones
mordaces:
-“Está ese señor Molécula, que es uno de los locos Adams, del elenco fijo, gente que tiene el papel de reportero y que ya todo mundo los conoce… la señora güera, que es la del corredor keniano, que también todo mundo la ubica, y (también) el ranchero caliente…”
-“Está ese señor Molécula, que es uno de los locos Adams, del elenco fijo, gente que tiene el papel de reportero y que ya todo mundo los conoce… la señora güera, que es la del corredor keniano, que también todo mundo la ubica, y (también) el ranchero caliente…”
ANTES Y
AHORA
Entre la alegoría y el chistorete, BROZO describe lo mismo
que los cartonistas de “MONO SAPIENS” semanas atrás. Un ambiente benigno arreglado
previamente para privilegiar a los “reporteros de la casa” y cerrar fila a los
incómodos (como JORGE RAMOS, por citar un ejemplo).
Desde luego, los seguidores de AMLO (que son legión)
están muy enojados con el payaso tenebroso, como lo estuvieron con RAMOS. Sin ánimo
de defender a estos comunicadores, justo es recordar que el mismo trato dieron (ambos)
a los presidentes anteriores.
Baste recordar que cuando el gobierno tricolor acosó a
CARMEN ARISTEGUI por sus denuncias sobre la llamada “Casa Blanca”, RAMOS exigió
desde su tribuna la renuncia de PEÑA NIETO.
Y bueno, igual es digna de considerar la dureza que, por
tradición, ha empleado BROZO contra PEÑA y sus antecesores.
Ahora es AMLO y esto marca la diferencia, en un país
donde quizás la principal conquista de la prensa es que no haya intocables,
incluyendo en ello a quien ocupe la silla presidencial. Sin importar de qué
partido.