lunes, 14 de octubre de 2013

La vie en rose…


Cd. Victoria, Tam.- La inolvidable EDITH PIAF popularizó en 1946 una melodía que en verdad marcó terreno en la Francia devastada de postguerra.
Parecería, incluso, un sarcasmo invocar tanta dulzura ante el horizonte de aquel París bombardeado por los alemanes.
No lo era, EDITH sabía lo que hacía. Le importaba recordar la grandeza del amor a quienes por entonces sufrían la tragedia colectiva, sus secuelas de dolor y luto en ciudades, barrios y familias.
Ante el duelo, la esperanza, cantaba EDITH:
-“Des yeux qui font baisser les miens...”
-“Ojos que miran en los míos, una sonrisa que se pierde en los labios, es el retrato sin retoques, el hombre de quien soy cuando me toma en sus brazos. Me susurra, veo la vida en rosa.”
Frente al daño, la expectativa plausible, aunque (debo confesar) a veces cueste demasiado trabajo el mantener la bandera en alto ante panoramas que de golpe se presentan tan oscuros.
Y aún así: “la vie en rose”, la opción propositiva, porque (CHURCHILL dixit) cualquier otra opción sería peor.
Nada fácil resulta el blandir como espada un mensaje constructivo ante situaciones y rostros que apuntan al desaliento.
Por amargo que sea el trago, sigue y seguirá siendo válida la máxima tomista de que “si algo es necesario, es posible.”
Vale pues la reflexión ante quienes hoy, desde la sociedad civil y las instituciones asistenciales, orquestan voluntades para luchar contra males igualmente destructivos como los diversos tipos de cáncer que afectan a las mujeres.
-“Vive fuerte, vive rosa” dicen los mensajes que por estos días difunde el DIF Tamaulipas que preside PILAR GONZALEZ.
Por supuesto, el programa hace hincapié en la etapa preventiva.
Está de moda entre figuras de la televisión, locutores, conductores de noticieros regionales y nacionales (LOPEZ DÓRIGA, entre otros) portar el moño rosa en solidaridad con la campaña, entre otras razones para recordar a las damas la importancia crucial de la prevención.
El mensaje es claro: mujeres cuídense, quiéranse, examínense…
El rosa como color que nada tiene que ver con la tibieza o el conformismo, sino que matiza una forma inteligente de responder al apremio que –de no atenderse- puede llevar a la muerte.
Importa subrayar que cuando la fatalidad afecta a madres de familia, daña también, de manera indeleble, a los hijos.
Alguna vez me dijo RODOLFO TORRE que cada centavo invertido en prevención ahorra pesos en curación.
Prevenir, pues, con tareas de información periódica y comprensible, haciendo gala de recursos didácticos, expositivos, atrayentes para las audiencias y segmentos definidos a los que se busca llegar.
Ahí donde la ignorancia es el principal enemigo y donde la postergación puede hacer la diferencia entre vivir o morir, estar o no estar junto a tus seres queridos.
De aquí me surgió una idea, no de ahora, de 12 meses atrás…
En el plano personal, debo confesar que por segundo año consecutivo me he permitido plantear en redes sociales (Facebook, Twitter) la siguiente pregunta al sector femenino:
-“A ver mujeres, ¿Si la campaña fuera por el cáncer de próstata estarían dispuestas a portar un moño celeste todo el mes?”
Y mire usted, igual hace un año que ahora, la respuesta femenina fue abrumadora, una aceptación generalizada y entusiasta, al menos entre las chicas de diversas edades que mucho me honran al seguir mis comentarios en ambas redes (LopezArriaga21).
Estoy hablando de una inquietud personal, una simple consulta en Internet y cierto tipo de reacción, muy alentadora, claro, afín.
Por segunda vez hubo un sí contundente, definitivo.
Creo que gustó la idea.
La vida en azul.
La vie en bleu???
Se los dejo de tarea.
A manera de colofón, muchos varones todavía no saben que la detección del cáncer de próstata hace tiempo tornó innecesario el concurso de un proctólogo.
Ninguna honra, pues, hay que proteger ahora que el antígeno prostático (PSA, le llaman) es detectable mediante una simple muestra de sangre.
O lo que es lo mismo…
Dont worry men!