martes, 19 de abril de 2022

Los videos de Arturo Diez

Cd. Victoria, Tam.- Pegarle al competidor que marcha como líder es una vieja estrategia de mercadotecnia comercial que aplica también al marketing político. Es táctica de perdedores, cuando no hay mucho que ofrecer en cuanto a diagnóstico y propuesta, solo golpear y mover la matraca.
La han usado (entre tantos ejemplos) GABRIEL QUADRI en la carrera presidencial del 2012 y también GUSTAVO CÁRDENAS en sus tres alegres derrotas de 1998, 2004 y 2016.
Y bueno, la peculiaridad de los competidores morralla es que, por su condición de sotaneros, sin importar a quien disparen, siempre estarán escupiendo para arriba.
Hoy vemos el caso del candidato naranja ARTURO DIEZ GUTIÉRREZ, abanderado de Movimiento Ciudadano (MC). Su ejemplo se explica solo. Trae una desventaja promedio entre 20 y 30 puntos abajo de CESAR VERÁSTEGUI OSTOS (PAN) y AMÉRICO VILLARREAL ANAYA (MORENA).
De aquí la estrategia montada en los últimos días con sendos videos donde pretende cuestionar a los contendientes reales de esta pelea, empleando argumentos que provocan pena ajena.
Sobre VERÁSTEGUI, el chico DIEZ dice que no es confiable porque le apodan el “Truco”, basándose en el significado más inmediato de dicha palabra. Truco, engaño, trampa.
Ignora que el apodo le viene a CÉSAR de su gusto juvenil por un personaje de las tiras cómicas dominicales, llamado en inglés ALLEY OOP, creado en 1932, por el caricaturista norteamericano VINCENT HAMLIN y renombrado en los países de habla hispana como TRUCUTÚ.
Sin atender este detalle, ARTURO afirma que el “Truco” (por dicho apodo) tampoco merece ser invitado a su casa, ni venderle un automóvil, porque “no es de fiar, es corrupto, es Mataulipas”.
Argumentos infantiles todos ellos, pedestres a más no poder, aunque también riesgosos. Si acusa a alguien de corrupción tendría que decir por qué, además de presentar elementos probatorios, argumentación, documentos y testimonios. De otra manera estaría incurriendo en un delito.
Ello, amén de que la palabra “Mataulipas” es sumamente ofensiva. Tiene origen en la prensa chilanga y connotaciones claras de desprecio hacia la entidad. Constituye una ostensible falta de respeto a los tamaulipecos.
 
SEGUNDO ROUND
No contento con ello, el abanderado del MC perpetró otro video igual de infamante y cínico, ahora contra el doctor VILLARREAL ANAYA, donde lo acusa de jamás haber recetado una aspirina, pretendiendo decir con ello que nunca ha ejercido la medicina.
Lo cual no solamente es falso sino que constituye una mentira brutal contra un contrincante que tiene cuatro décadas honrando su profesión como responsable de diferentes áreas de la salud pública y un trabajo paralelo de consultorio privado que es de sobra conocido.
Y bueno, en ambos casos puede decirse que escupir para arriba es malo. Sobre todo cuando el declarante ha incurrido en los mismos pecados que ahora critica a sus competidores, solo que de manera bastante más grosera y burda.
¿Es malo que AMÉRICO sea hijo de priísta y ahora morenista?... Muy bien, si el ataque fuera por la variación de partidos, bastaría recordar que ARTURO fue panista en los años noventa, tricolor en los tiempos de EUGENIO HERNÁNDEZ y ahora trae puesta la camiseta naranja. Tres chaquetas de colores diferentes en su trayectoria, igual que GUSTAVO.
Tampoco tiene autoridad para decir que AMÉRICO, por ser hijo de gobernador, “no conoce los problemas de la gente porque nunca ha tenido que mover un dedo y porque le han dado todo.”
Mire usted, la descripción sería exacta y muy ilustrativa si con ella quisiéramos pintar un retrato del propio ARTURO DIEZ GUTIERREZ. Le queda como un traje hecho a la medida, como anillo al dedo.
Quienes lo padecimos como alcalde de Victoria supimos que jamás conoció la problemática cueruda, el cargo le pasó de noche, anduvo perdido esos tres años. Sus boletines de prensa eran de risa loca.
Y, en efecto, ARTURO es alguien que jamás ha tenido que “mover un dedo” porque llegó a dicho cargo gracias a que “le han dado todo”.
El suyo es un ejemplo de la más cruda cultura del privilegio y le viene del tener un suegro como don ABELARDO OSUNA COBOS, no solamente poderoso sino además generoso con la élite política.
Lo cual bastó y sobró a DIEZ GUTIERREZ para llegar a la silla principal del 17 Hidalgo, sin mayor mérito que el parentesco. De ahí en fuera, nada ha hecho que valga la pena recordar, salvo el comercio de lavabos y excusados que puso sobre el eje vial.
Lo comenté en esta columna en junio del año pasado: “Su precaria idea del paisaje cuerudo parecía tener por límites los campos de golf del Club Campestre, los fraccionamientos de la zona norte y los ranchos madereros de su familia. Fuera de ello se perdía.” (Interiores, “Diez, guiñol de Cárdenas”, 28/06/2021, https://bre.is/u8pVhvkt).
 
EL COMPARATIVO
Cuando las agencias encuestadoras equiparan las trayectorias de los tres candidatos a gobernador, subrayan que VERÁSTEGUI ha sido presidente estatal de su partido (PAN), legislador federal, alcalde dos veces de Xicoténcatl y cinco años secretario general de gobierno. Amén de un reconocido liderazgo dentro del sector rural, como empresario del ramo agropecuario.
Las agencias señalan también que AMÉRICO fue titular de cuidados intensivos y luego director del Hospital General de Victoria, subsecretario de salud y hoy senador, entre otras responsabilidades.
La hoja de servicios de ARTURO, en cambio, está para reír llorando (o llorar a carcajadas). Un solo cargo de elección (Victoria) que todos entendimos como graciosa concesión al “papa-suegro” OSUNA COBOS, cuyos autobuses de lujo tipo “pullman” han paseado a los gobernadores de Tamaulipas en los últimos 40 años.
Aquí no hay engaño. Si en alguien se cumple la subcultura del junior ignorante, comodino, hueco y baquetón que trepa a un cargo sin trayectoria, ni militancia, ni conocimiento del medio, sin la menor vocación de servicio público, es precisamente en ARTURO DIEZ GUTIÉRREZ.
Pero ya habló, ya escupió para arriba, hay memoria de ello, las grabaciones están ahí y ahora tendrá que afrontar las consecuencias. Veremos con interés la respuesta de sus adversarios.