Cd.
Victoria, Tam.- En Tamaulipas seguimos
preguntando por ella, pero este lunes 16 de septiembre se estrena formalmente
la Guardia Nacional en el desfile patrio, con 15 mil elementos, ante la mirada vigilante
de su artífice y jefe supremo, el presidente de la república.
Lo comenté varias veces en este espacio y, por
supuesto, sigo pensando que el camino fue demasiado largo y espinoso, estridente,
tortuoso, para llegar al presente umbral, este punto de inflexión donde nos
encontramos ahora.
Podrían haberse ahorrado toda suerte de consultas, polémica
en medios, trifulcas en redes, batallas legislativas, forcejeos con las fuerzas
armadas, cambiando simplemente de nombre y uniforme a la Policía Federal (PF) y
purgando cuadros mediante la aplicación rigurosa de las consabidas pruebas de
confianza.
La guardia habría quedado lista en diciembre pasado, en
las primeras semanas del régimen.
Se eligió, por desgracia, la ruta más complicada, con
un gran desgaste político.
Igual de innecesaria resultó la discusión en torno a
la naturaleza de sus mandos (melón o sandía, civiles o militares), asunto que
ya estaba resuelto en la PF, nacida bajo las órdenes de comisarios civiles,
pero con formación, disciplina y equipamiento militares.
También habrían podido evitar ese accidentado proceso
de absorción de los policías federales al nuevo proyecto, su difícil reconversión
en guardias nacionales.
Proceso que, como sabemos, provocó una comprensible
ola de inconformidad entre numerosos agentes que no quieren ser recontratados
sino indemnizados de acuerdo a la ley. Todo ello, frente a un gobierno que no
quiere gastar un cinco en liquidaciones.
La más reciente protesta (entre tantas) paralizó el
viernes pasado la Ciudad de México cuando docenas de elementos de la PF
bloquearon por espacio de ocho horas los accesos a la Terminal 1 del Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Por cierto, también podríamos habernos ahorrado los
pesados debates legislativos provocados por las iniciativas de reforma a los
artículos 10, 16, 21, 31, 35, 36, 73, 76 y 89 de la Constitución Mexicana y su posterior
aprobación en las 32 legislaturas locales.
INTEGRAR LO DIVERSO
Destaca entre sus retos el de conformar un equipo cohesionado,
coherente, sabiendo que bajo el mismo uniforme jaspeado coexistirán exmarinos,
exsoldados, expolicías federales, exmiembros del Estado Mayor Presidencial y,
en menor medida, personal de nuevo ingreso.
Origen diverso que nos hace pensar en diferentes
tabulaciones salariales, prerrogativas laborales, derechos adquiridos
(antigüedad, entre otros) y también, de unos a otros, distinta capacitación.
Más importante aún, La misión que la Guardia Nacional
viene a cumplir en el combate al crimen organizado, la delincuencia que en lo
que va de este año alcanzó estadísticas nunca antes vistas, superiores a las de
la treintena neoliberal (PEÑA, CALDERÓN, FOX, ZEDILLO y SALINAS).
Sin embargo, importa reconocer que pese a trompicones
y forcejeos burocráticos, esta Guardia Nacional está logrando en apenas 10
meses, lo que ENRIQUE PEÑA NIETO jamás cristalizó en todo su gobierno, con aquel
sueño fallido de la Gendarmería.
Imaginó PEÑA NIETO desde su campaña con dicha gendarmería
que crecería en automático cambiando de adscripción a marinos, soldados y
policías federales para montar en tiempo récord una fuerza híbrida de cobertura
nacional, con 40 mil efectivos, mando civil y formación militar.
Contaba para ello con la asesoría de un célebre general
colombiano de nombre ÓSCAR NARANJO TRUJILLO, quien originalmente había sido
buscado por la candidata presidencial del PAN en 2012 ,JOSEFINA VÁSZQUEZ MOTA.
El caso es que el entonces titular de SEGOB, MIGUEL
ANGEL OSORIO, jamás pudo echar a andar el proyecto por la tenaz resistencia del
sector castrense.
La historia de dicho fracaso la contó alguna vez un
conocedor de estos temas, el reportero JORGE CARRASCO ARAIZAGA en el semanario PROCESO
(“Un remedo llamado gendarmería”, agosto 22, 2014). Comparto el link: http://tinyurl.com/y69ators
PROYECTOS SUCESIVOS
La noticia es que hoy será presentada en sociedad y muy
pronto (al menos eso esperamos) estas turbulencias de coyuntura habrán de
quedar atrás y tendremos que encarar lo que verdaderamente importa.
Se anuncia una columna de “414 vehículos motorizados y
blindados”, así como “motocicletas, tractores de artillería, tractocamiones
quinta rueda con camas bajas, ambulancias, puestos de mando, camionetas equipadas
con rayos X y gamma, cocinas comunitarias, purificadora de agua y el
agrupamiento montado”, entre otros.
Por igual, PEÑA había soñado con presentar la nueva
Gendarmería en las primeras fiestas patrias de su gobierno, el desfile del 16
de septiembre de 2012. Quedó en sueño guajiro.
Al final, el gozo se fue al pozo. Sin gran pompa, el parto
de los montes apareció tímidamente hasta 2014, muy por debajo de las
expectativas generadas en campaña.
Para mediados de sexenio, la pomposa gendarmería
terminaría reducida a una triste división de la PF y nada más. El general
NARANJO acabaría renunciando a su consejería para regresar a Colombia.
En este aspecto, AMLO representa una diferencia
sustantiva. La Guardia Nacional es un hecho consumado, un proyecto que cuajó y
ahora existe como institución, tiene personalidad jurídica, luce mandos y
tropa.
Mejor aún, está diseñada para reemplazar a todas las
corporaciones civiles y castrenses en la difícil batalla contra la
delincuencia.
Coincidencia curiosa, también a LÓPEZ OBRADOR le gustó
el emblemático 16 de septiembre de su primer año de labores, para lanzar su
proyecto y mostrar músculo, como un desplante de fuerza con mensaje incluido. Es
hora de verlo funcionar.