Cd.
Victoria.- Negativa algo sonora, con
lujo de reverberancia y que merece, sin duda, la gloria de la repetición, fue la
que despachó la bancada morenista en la Cámara Baja al presidente LOPEZ
OBRADOR, en el caso CABEZA DE VACA.
Mire usted, es difícil decirle “NO” a un hombre tan obcecado y con un umbral tan bajo de resistencia a la contradicción, como ha demostrado ser el mandatario tabasqueño.
Resulta que ANDRÉS MANUEL había pedido exponer públicamente los detalles de la acusación contra el gobernador tamaulipeco, frente a lo cual se levantó la voz autorizada de PABLO GÓMEZ ÁLVAREZ, diputado presidente de la Sección Instructora en San Lázaro,
-“No se puede abrir el expediente al público, está prohibido por la ley”, respondió PABLO con todas sus letras, pues “quienes tienen acceso a él, lo hacen condicionados al sigilo.”
Para añadir:
-“Si el fiscal general de la república quiere dar a conocer elementos que están en su petición, en su solicitud, es cosa de él, pero en eso nosotros no nos metemos, ni es nuestra responsabilidad.”
Y luego ampliarse sobre el tema:
-“La Sección Instructora no puede dar a conocer lo que está en el expediente, no solamente porque la ley lo impide y es un delito, sino porque no es el procedimiento, porque en el expediente obran nombres, datos personales, no solamente del inculpado, sino de muchísimas otras personas” y “no pueden ser atropelladas esas personas, y nosotros somos custodios de eso.”
Será el sereno, oiga usted, pero PABLO GÓMEZ es don PABLO GÓMEZ, toda una institución dentro de la izquierda mexicana. Un dirigente histórico.
Líder estudiantil y preso político en 1968 (Facultad de Economía), presidente nacional del Partido Comunista y luego del PSUM, con una larga carrera como legislador federal en posteriores organizaciones de izquierda, PMS, PRD y MORENA.
Tiene alma de reportero. Además de su libro sobre los dineros oscuros de la institución presidencial ("Los Gastos Secretos del Presidente", Grijalbo, 1996) ha prestado sus servicios como sabueso en casos de corrupción como el de FOBAPROA y los recursos ilícitos de dos campañas presidenciales, la de PANCHO LABASTIDA (“Pemexgate”) y la de VICENTE FOX (“Amigos de FOX”).
DOBLE
RASERO
Sabido es que ANDRÉS MANUEL ha venido insistiendo en ventilar asuntos sujetos a proceso, al menos desde que andaba en campaña y, más recientemente, en el caso LOZOYA.
Lo ha manifestado varias veces desde sus programas matutinos. Que se sepa, que se divulguen y conozcan al detalle los pormenores de tal y cual acusación.
También lo dijo en el asunto aquel del general CIENFUEGOS, aunque luego bastó un apretón cercano de los jefes militares para que al día siguiente diera marcha atrás.
Pero dicho está, perro que come huevo, aunque le tatemen la bemba.
Sobre el proyecto de desafuero presentado por la FGR al Congreso de la Unión contra CABEZA DE VACA, el presidente dijo el pasado lunes primero de marzo:
“Ojalá y la Cámara de Diputados, si no tiene impedimento, si no está limitada, dé a conocer el expediente del gobernador de Tamaulipas, que se transparente.”
Para añadir:
“Yo quiero conocer el expediente, quiero saber de qué se le acusa, pero no la línea gruesa, quiero leer el expediente, conocerlo, y que todos los mexicanos tengamos acceso.”
Detalle curioso, si recordamos que ANDRÉS MANUEL hizo historia como uno de los jefes de gobierno capitalinos más opacos.
También es paradójico que abogue ahora porque “todos los mexicanos tengan acceso” a los detalles de una acusación, siendo el mismo presidente que ordenó reservar y poner bajo candado temas cruciales de innegable interés público.
Como, por ejemplo, los gastos del Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía; los contratos de suministro en las vacunas del COVID; la explosión en Tlalhuelilpan, la licitación de la aeronave presidencial y hasta el fallido operativo del “Chapito”, OVIDIO GUZMÁN, en Sinaloa.
Por igual está reservado por cinco años el expediente que reside en la Fiscalía General de Justicia Militar, relativo al enfrentamiento entre militares y civiles el 3 de julio de 2020, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Caso este último donde se han presumido ejecuciones extrajudiciales y sobre el cuál el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU ha venido pidiendo cuentas a México de manera reiterada.
Este también es asunto reservado, como tantos. Por ello sorprende que sea ANDRÉS MANUEL tan insistente en ventilar expedientes acusatorios de personalidades como el gobernador GARCÍA CABEZA DE VACA.
¿Aplíquese la transparencia en la milpa de mis adversarios?... Por supuesto, estamos ante una doble moral impuesta a rajatabla, de manera sistemática, calculada, deliberada. Un uso faccioso de la información pública.
Mire usted, es difícil decirle “NO” a un hombre tan obcecado y con un umbral tan bajo de resistencia a la contradicción, como ha demostrado ser el mandatario tabasqueño.
Resulta que ANDRÉS MANUEL había pedido exponer públicamente los detalles de la acusación contra el gobernador tamaulipeco, frente a lo cual se levantó la voz autorizada de PABLO GÓMEZ ÁLVAREZ, diputado presidente de la Sección Instructora en San Lázaro,
-“No se puede abrir el expediente al público, está prohibido por la ley”, respondió PABLO con todas sus letras, pues “quienes tienen acceso a él, lo hacen condicionados al sigilo.”
Para añadir:
-“Si el fiscal general de la república quiere dar a conocer elementos que están en su petición, en su solicitud, es cosa de él, pero en eso nosotros no nos metemos, ni es nuestra responsabilidad.”
Y luego ampliarse sobre el tema:
-“La Sección Instructora no puede dar a conocer lo que está en el expediente, no solamente porque la ley lo impide y es un delito, sino porque no es el procedimiento, porque en el expediente obran nombres, datos personales, no solamente del inculpado, sino de muchísimas otras personas” y “no pueden ser atropelladas esas personas, y nosotros somos custodios de eso.”
Será el sereno, oiga usted, pero PABLO GÓMEZ es don PABLO GÓMEZ, toda una institución dentro de la izquierda mexicana. Un dirigente histórico.
Líder estudiantil y preso político en 1968 (Facultad de Economía), presidente nacional del Partido Comunista y luego del PSUM, con una larga carrera como legislador federal en posteriores organizaciones de izquierda, PMS, PRD y MORENA.
Tiene alma de reportero. Además de su libro sobre los dineros oscuros de la institución presidencial ("Los Gastos Secretos del Presidente", Grijalbo, 1996) ha prestado sus servicios como sabueso en casos de corrupción como el de FOBAPROA y los recursos ilícitos de dos campañas presidenciales, la de PANCHO LABASTIDA (“Pemexgate”) y la de VICENTE FOX (“Amigos de FOX”).
Sabido es que ANDRÉS MANUEL ha venido insistiendo en ventilar asuntos sujetos a proceso, al menos desde que andaba en campaña y, más recientemente, en el caso LOZOYA.
Lo ha manifestado varias veces desde sus programas matutinos. Que se sepa, que se divulguen y conozcan al detalle los pormenores de tal y cual acusación.
También lo dijo en el asunto aquel del general CIENFUEGOS, aunque luego bastó un apretón cercano de los jefes militares para que al día siguiente diera marcha atrás.
Pero dicho está, perro que come huevo, aunque le tatemen la bemba.
Sobre el proyecto de desafuero presentado por la FGR al Congreso de la Unión contra CABEZA DE VACA, el presidente dijo el pasado lunes primero de marzo:
“Ojalá y la Cámara de Diputados, si no tiene impedimento, si no está limitada, dé a conocer el expediente del gobernador de Tamaulipas, que se transparente.”
Para añadir:
“Yo quiero conocer el expediente, quiero saber de qué se le acusa, pero no la línea gruesa, quiero leer el expediente, conocerlo, y que todos los mexicanos tengamos acceso.”
Detalle curioso, si recordamos que ANDRÉS MANUEL hizo historia como uno de los jefes de gobierno capitalinos más opacos.
También es paradójico que abogue ahora porque “todos los mexicanos tengan acceso” a los detalles de una acusación, siendo el mismo presidente que ordenó reservar y poner bajo candado temas cruciales de innegable interés público.
Como, por ejemplo, los gastos del Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía; los contratos de suministro en las vacunas del COVID; la explosión en Tlalhuelilpan, la licitación de la aeronave presidencial y hasta el fallido operativo del “Chapito”, OVIDIO GUZMÁN, en Sinaloa.
Por igual está reservado por cinco años el expediente que reside en la Fiscalía General de Justicia Militar, relativo al enfrentamiento entre militares y civiles el 3 de julio de 2020, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Caso este último donde se han presumido ejecuciones extrajudiciales y sobre el cuál el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU ha venido pidiendo cuentas a México de manera reiterada.
Este también es asunto reservado, como tantos. Por ello sorprende que sea ANDRÉS MANUEL tan insistente en ventilar expedientes acusatorios de personalidades como el gobernador GARCÍA CABEZA DE VACA.
¿Aplíquese la transparencia en la milpa de mis adversarios?... Por supuesto, estamos ante una doble moral impuesta a rajatabla, de manera sistemática, calculada, deliberada. Un uso faccioso de la información pública.