viernes, 17 de mayo de 2024

Entre declinar y arrebatar

Cd. Victoria, Tam.- Que nadie se espante, teoría y práctica del voto útil son más antiguas de lo que parece. La ignorancia (o falta de práctica) de los mexicanos viene de que nuestro principal modelo de referencia (el gringo) es bipartidista.
Al menos en sus cargos fundamentales, nuestros vecinos del norte no requieren de partidos o candidatos que renuncien en favor de otros. Por lógica elemental: nomás son dos: demócrata y republicano. Solo en sus internas (primarias, caucus) ocurren casos así, donde un precandidato se retira para pasarle sus canicas a otro.
Distinto pinta el panorama en Europa, Centro y Sudamérica, donde el mayor número de trincheras obliga a la negociación y (con la ayuda crucial de las encuestas) estudian posibles alianzas en la recta final de las campañas.
Las semanas últimas, cuando los partidos con menores posibilidades de ganar calculan la opción de sumarse a otro que marche adelante y tenga posibilidades de ganar.
Lo cual no ocurriría si el modelo electoral mexicano tuviera segunda vuelta. Esos sistemas donde (con algunas variantes) se repite la elección en caso de que ningún candidato haya alcanzado la mayoría absoluta (mitad más uno) de los sufragios y donde vuelven a enfrentarse los dos candidatos más votados.
 
OPERACIÓN MATANGA
No habiendo en México dicho mecanismo, lo que vemos son (1) declinaciones o bien (2) el robo de votos, cuando un candidato delantero empieza a cortejar a los votantes de los partidos menores para convencerlos de que le den un uso más práctico a su papeleta, pues el candidato al que apoyan no tiene posibilidad de ganar.
En 2000,muchos perredistas fueron atraídos por VICENTE FOX, cuando entendieron que CUAUHTÉMOC CÁRDENAS no tendría posibilidad de ganar al priísta PANCHO LABASTIDA.
En 2006, sectores (y regiones) importantes del voto tricolor se volcaron en favor de FELIPE CALDERÓN, en el entendido de que ROBERTO MADRAZO no pasaría del tercer lugar y como un acuerdo tácito para impedir el ascenso de LÓPEZ OBRADOR.
En 2012, los albiazules devolvieron el favor apoyando al priísta ENRIQUE PEÑA NIETO, cuando constataron que su abanderada JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA tampoco subiría del tercer sitio y que la recta final se disputaba entre PEÑA y AMLO.
En 2018, la ventaja sustantiva de ANDRÉS MANUEL se vio reforzada por priístas que se sintieron muy a disgusto con un candidato tan blandengue como PEPE TOÑO MEADE quien, además de ser externo (sin partido), para colmo fue miembro del gabinete calderonista.
Y también gente del PAN que se sentía agraviada por la manera abusiva, atrabiliaria, que empleó RICARDO ANAYA para apropiarse (a la mala) de la candidatura, desplazando a opciones más interesantes como MARGARITA ZAVALA y RAFAEL MORENO VALLE, entre otros.
 
EN ESO ANDAN…
En efecto, son dos fenómenos distintos, el del candidato que declina y el de los seguidores que cambian de trinchera para apostarle a alguien con verdaderas posibilidades. Pero en los dos casos, el resultado es el mismo.
Variantes, ambas, que parecen rondar en la presente etapa de la puja presidencial 2024. En principio, porque queda claro que el abanderado naranja JORGE ÁLVAREZ MÁYNEZ tiene nulas posibilidades de ganar, pues parece ir montado en un triciclo, frente a las dos locomotoras de CLAUDIA y XÓCHITL.
Y aunque esos puntitos que carga en su bolsillo ni lejanamente le alcancen para ganar la contienda, son sin embargo muy atractivos para los cuartos de guerra de las señoras SHEINBAUM y GÁLVEZ.
Las dos opciones suenan en redes y medios por estos días, con distintas posibilidades de éxito y reacciones diversas entre los directamente interesados:
(1) Por una parte, XÓCHITL haciéndole guiños a los votantes de Movimiento Ciudadano para convencerlos de que votar por ÁLVAREZ MÁYNEZ carece de valor práctico, no sirve de nada y el sufragio útil está con la verdadera oposición que ella encarna.
(2) Pero el fenómeno también se detecta entre los dirigentes partidistas de la coalición “Fuerza y Corazón por México” que de muchas maneras presionan a que MÁYNEZ decline en bien de XÓCHITL.
Aunque el candidato del MC de inmediato invirtió los papeles y planteó algo más absurdo todavía. Que la señora GÁLVEZ renuncie en su favor.
 
¿PERDIDOS?...
Ni uno ni otro. A estas alturas, para nadie es un secreto el que DANTE DELGADO y Movimiento Ciudadano, tras su distanciamiento den 2018, se encuentran en franco camino de reconciliación con MORENA.
El dirigente tricolor ALITO MORENO prometió renunciar a la dirigencia nacional si MÁYNEZ declina en favor de XÓCHITL. A lo que el candidato naranja respondió: “vete tú primero, renuncia y luego hablamos.”
Luces de artificio que la doctora SHEINBAUM ha interpretado de manera pública como una aceptación tácita de la derrota, en ambos frentes, GÁLVEZ y MÁYNEZ.
Aunque muy diferente, otro partidario de la declinación es DONALDO COLOSIO RIOJAS. Pero lo hace de buena fe, pues busca posicionarse como una figura conciliadora, en preparación de sus planes dentro del mediano plazo, que van desde la gubernatura de Nuevo León (2027) hasta la Presidencia de la República (2030).
Quizás la mejor respuesta la ofreció el lunes pasado el cartonista más independiente de LA JORNADA (acaso el único) BULMARO CASTELLANOS, Magú, cuando dibuja un Palacio Nacional bajo el caluroso sol de mayo y con una leyenda en el cielo que dice:
-“Claudia y Xóchitl deberían declinar sus candidaturas en favor de Máynez”, añadiendo más abajo: “…para quedarnos helados y contrarrestar esta ola de calor”, mientras en la fachada de Palacio cuelga una enorme manta que dice: “PRIMERO… LAS MICHELADAS”.
Y tiene toda la razón, en el México del 2024, el drama de las declinaciones raya en el ridículo.